Una recreación digital devuelve a la iglesia de Sar su románico original
La arquitectura puede volverse una ventana al pasado: estudiar los edificios de diferentes épocas, representantes de los estilos presentes en su tiempo, es una manera de aproximarnos a la cultura, la historia y el patrimonio gallegos. Pero al paso del tiempo, de los siglos, lo acompaña el desgaste y la erosión, y las labores de restauración se acaban volviendo necesarias para asegurar la integridad de estas estructuras. Con el ojo puesto en respetar su valor patrimonial, pero anteponiendo el cuidado y la preservación del conjunto arquitectónico. Aun así, es inevitable que en ciertos casos se sufran pérdidas, especialmente si las labores se acometieron en periodos de tecnología rudimentaria. Es lo que sucedió en la iglesia de Sar, en Santiago de Compostela, que hace ochocientos años lucía un aspecto bien distinto; y ahora, tras una extensa investigación, un equipo de expertos en cultura y patrimonio han recreado su interior y exterior. Su planta, tal como era en el siglo XIII, en un recorrido virtual.
El trabajo se enmarca en una expansión de la oferta museográfica de la capital gallega que promueve la Fundación Catedral y se traduce en un convenio entre el Arzobispado de Santiago y la Universidad de Vigo (UVigo) impulsado por la Consellería de Cultura. Victoriano Nodar, catedrático y profesor en la facultad de Historia, en Orense, y director científico del proyecto, recuerda en conversación con ABC cómo echó a rodar, hace unos dos años. La iglesia ya era su vieja conocida: publicó su primer estudio sobre ella en 2012 y cuenta que es, «después de la Catedral, el edificio románico mejor conservado» de Santiago. Con todo, su estructura actual está inclinada, parcialmente hundida, casi dando la impresión de que «se va a caer». El trabajo de Nodar y su equipo se propuso ilustrar a qué se debe.
Bóvedas y arcadas
«En su momento descubrimos que la inclinación de la iglesia no era debida al terreno, sino a unas bóvedas que se le pusieron en el siglo XV […]. Su peso provocó que la iglesia estuviese a punto de colapsar, y en el siglo XVIII la reformaron completamente. Le pusieron esos arbotantes, esos arcos tan grandes y potentes que tiene por fuera. Se tuvo que rehacer toda la entrada y que reconstruir las bóvedas», cuenta. El audiovisual que prepararon recorre, por dentro y por fuera, una recreación virtual, realista y a escala de la iglesia tal y como era en su origen, antes de que se le realizase cualquier añadido.
Además de la falta de arcadas en sus flancos, para Nodar «sorprende mucho la fachada con tres rosetones», hoy ausentes –tras sustituirse por ventanas en las obras del siglo XVIII, una alternativa más económica–. Del interior, el experto destaca que los pilares «no están inclinados», al representarse antes de sufrir la sobrecarga de las bóvedas, y que preside las arcadas un falso triforio, a imagen de la Catedral.
«El objetivo era, a partir de la documentación de esa reforma y de otras iglesias que son similares, reconstruir cómo habría sido ese proyecto inicial». Porque resulta que la de Sar, cuenta Nodar, es «una especie de cabeza de serie, digamos, de un modelo que se va a extender en la segunda mitad del siglo XII y en el XIII»: «Tenemos otros ejemplos que están muy ligados con Sar a pesar de estar lejos, como la colegiata de Santa María, en Xunqueira de Ambía (Orense), que es su gemela». «Hacer los planos fue lo primero. Para eso contamos con Elena Bello –especialista en documentación técnica e histórica de la Catedral de Santiago–, que los dibujó, incorporando referencias de otros monumentos» para recrear una estampa fiel de «cómo habría sido», resume.
«A partir de eso, Alejandro Durán, del Programa de Doctorado de Patrimonios, Programa Interuniversitario de la Universidad de Málaga, hizo el modelo 3D. «Que parece que le das un botón al ordenador y queda listo, pero no es así. Fue un proceso tremendo», el de traducir los bosquejos a un entorno virtual a escala, que se desarrolló este último año, rememora.
Para Nodar, la importancia del proyecto que culminó con su equipo se resume con que «una imagen vale más que mil palabras». Se trata de «transferir conocimiento», y su enfoque brinda un resultado más visual que cualquier artículo científico. Si se cumplen los objetivos, la recreación, que ahora puede verse en la web de MuSar, también se integrará en la exposición del museo.