Una ONG ceutí denuncia el uso de «control violento y represivo» para proteger las fronteras

CEUTA 9 Oct. (EUROPA PRESS) –

Una treintena de personas se ha congregado este miércoles en Ceuta ante la llamada de la Asociación Elín, que ha denunciado «el control violento y represivo» que se ejerce en las fronteras bajo el amparo de «políticas orientadas a reprimir y controlar, vulnerando los derechos de las personas que intentan migrar».

La Asociación Elín ha vuelto a convocar su ‘Círculo del Silencio’, que organiza el segundo miércoles de cada mes en la plaza de la Constitución de la ciudad autónoma a las 19,30 horas para denunciar la situación de las personas migrantes y refugiadas.

Los asistentes han obviado la llovizna que ha mojado las calles de la ciudad y se han agrupado en círculo para presenciar la lectura del manifiesto, que se ha expuesto en árabe, francés y español, guardar unos minutos de silencio y, por último, entonar la ya tradicional canción ‘Ouvrez les frontières’ (abrid las fronteras).

«La situación de Ceuta sigue causando desapariciones y muertes de personas que tratan de llegar hasta nuestras costas a través del mar o el vallado fronterizo. La falta de vías legales y seguras para migrar sigue empujando a muchas personas a lanzarse al mar para llegar a la ciudad de Ceuta», han comenzado.

La ONG dedicada a la atención de personas migrantes en Ceuta ha aludido a lo sucedido el pasado 15 de septiembre, cuando centenares de jóvenes y familias intentaron cruzar a la ciudad autónoma desde la localidad marroquí de Castillejos. «Estas personas fueron reprimidas brutalmente por las fuerzas de seguridad marroquíes», han asegurado.

Han recriminado a España y a la Unión Europea que estas violaciones se producen bajo su «atenta mirada», ya que «siguen aplaudiendo y justificando estas intervenciones como una forma de garantizar una migración ordenada y segura».

Han puesto el foco en la «securitización» de las fronteras, no solo las de Ceuta y Melilla, también las de Canarias, donde han lamentado que el pasado 28 de septiembre se produjera el naufragio de un cayuco que procedía de Mauritania y que dejó «por lo menos nueve personas muertas y 48 desaparecidas que, hasta el momento, no se han logrado localizar».

«Estas políticas están orientadas a reprimir y controlar, vulnerando los derechos de las personas que intentan migrar», han evidenciado. De entre las políticas expuestas han señalado el uso de «dispositivos, como drones, sensores de calor y láser, e, incluso, inteligencia artificial, para incrementar el control que se ejerce sobre las fronteras» de las ciudades autónomas y las islas.

«Lamentamos que se sigan invirtiendo millones de euros en el control y la vigilancia de las fronteras, en lugar de proporcionar recursos de acogida dignos», han continuado. También han denunciado el «alarmismo sembrado por los medios de comunicación que, una vez más, no ponen el foco en las causas de la migración, creando miedo y rechazo entre la población».

A estos les han pedido que proporcionen «información rigurosa que no estigmatice a las personas migradas ni siembre alarmas». También han exigido «que se facilite el acceso a vías legales y seguras, como el visado o las solicitudes de asilo en las embajadas».

Esperan los miembros de Elín «que las políticas de la Unión Europea no centren sus esfuerzos en expulsar y detener, sino en acoger dignamente» y que «se ofrezcan condiciones de acogida dignas a las personas migrantes y refugiadas que llegan a España, en cuanto a recursos materiales y humanos».

Además de facilitar el proceso migratorio, han pedido que se dote de más y mejores «recursos de acogida» a los lugares de destino, donde «siguen siendo insuficientes y precarios». «Los niños y niñas que llegan a Canarias sin acompañamiento están siendo alojados en centros de acogida temporal, es decir, en recursos policiales, o en centros de menores que están siendo investigados por la fiscalía por casos de malos tratos», han visibilizado.

Pretenden que «se posibiliten más recursos de acogida, especialmente en las Islas Canarias, donde la atención a las personas que llegan, sobre todo a los menores, sigue siendo insuficiente, precaria e inhumana».