Un niño de 19 años
Nada más terminar de hacer la entrevista a Vitor Roque que hemos publicado en ABC de Sevilla y Alfinaldelapalmera.com lo tuve claro y así lo expresé: «Es que es un niño de 19 años». Ha vivido un montón de cosas muy rápido. No quiere ser un muñeco cuya carrera sea efímera. Empezó todo muy pronto y eso cuesta asimilarlo si no se tiene la cabeza en su sitio o se está muy bien rodeado, como es su caso, por sus seres más queridos. A los 10 años ya maravillaba en los escalafones inferiores del América Mineiro y se convirtió en la perla de su cantera. Tres años después, su fichaje por el Cruzeiro con un contrato juvenil llevó al América MG a demandar a su nuevo club ante el Departamento de Trabajo del Estado. Pero hubo acuerdo y los derechos económicos quedaron repartidos entre el 65% para el Cruzeiro y el 35 para el América. Y después, en el 2022, cumplió uno de sus sueños. Con 18 años recién cumplidos, Vitor Roque debutaba con la selección brasileña absoluta. Luego llegó el traspaso al Athletico Paranaense y muy rápido también su desembarco en el Barcelona.Tímido por momentos. Nervioso, también. Pero muy sonriente. Quiere olvidar los meses que pasó en la Ciudad Condal. No habla de eso cuando durante la entrevista se le preguntó con algo de insistencia. E insistía en que, entre otras cosas, para eso ha venido al Betis, para volver a ser feliz. De hecho, reconoció que en la capital catalana perdió la sonrisa. Ya la ha recuperado. Necesitaba salir de allí.Ahora sólo queda que esa alegría que desprende un niño de 19 años, con todo su presente y su futuro por delante, se traduzca en los goles que necesita el Betis. Tiene todo el mundo claro que todavía, por mucho que sea un jugador propiedad de todo un FC Barcelona, sigue siendo un futbolista por hacer. Pero también se espera que todo lo que ha demostrado hasta ahora lo pueda repetir, o incluso mejorar, con la camiseta que luce el escudo de las trece barras. Tiene la portería entre ceja y ceja. Ya ha celebrado su primer rugido y qué mejor forma que haberlo hecho en el Villamarín, ante su nueva afición. Debe ser el primero de muchos. La paciencia que se tenga con Vitor Roque y el acierto que el de Timóteo tenga de cara a las porterías rivales serán claves para decidir al final de la temporada si es un delantero que merezca continuar en el Betis. Él quiere. Ahora tiene que demostrarlo.