Un millar de científicos de todo el mundo piden un alto al fuego en Oriente Próximo
Más de 1.000 científicos de todo el mundo se han unido para pedir un alto al fuego en Oriente Próximo. Piden a la comunidad internacional que exija al Gobierno de Israel que respete el derecho internacional humanitario en Palestina y Líbano y que ponga fin a la ocupación en Gaza y Cisjordania. Han insistido en que Israel y Hamás deben liberar a todos los rehenes y civiles «indebidamente encarcelados», y han condenado la espiral «de odio, muerte y destrucción» que se ha desencadenado en la región.
La carta nació en las universidades de La Sorbona (Francia) y Princeton (Estados Unidos). Poco a poco se fueron sumando psicólogos y neurocientíficos de todo el mundo, entre ellos los noruegos May-Britt Moser y Edvard Moser (que compartieron el Nobel de Medicina en 2014) y el japonés Susumu Tonegawa (Nobel de Medicina en 1987).
Entre las firmas españolas se encuentran la de Pablo Lanillos, del grupo de Neuro Inteligencia Artificial y Robótica del Instituto Cajal (del Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Él mismo ha subrayado la importancia de este llamamiento desde el ámbito de la neurociencia al ser ellos quienes estudian el funcionamiento del cerebro en este tipo de conflictos. Igual que Lanillos, los investigadores han expuesto en la carta como la psicología humana cambia sus percepciones en situaciones de guerra.
Pero «desafortunadamente», según denuncian, hay personas para quienes las diferencias son tan fuertes que llegan a» deshumanizar al otro» y una minoría de extremistas puede llevar este sentimiento tan lejos «que esté dispuesta a exterminar a los demás, pensando que ello puede ir en el interés de su propio grupo».
Piden a la comunidad internacional que actué
Es por ello que culpan a la comunidad internacional por su silencio y le piden que actué: «Sin presión internacional, los extremistas en el poder se sienten más fuertes y llevan a cabo sus intenciones letales, lo que genera una espiral de odio, violencia y resentimiento. Se trata de un proceso que se perpetúa y nos aleja de la justicia y la paz«.
Según relata la carta, las partes implicadas están atrapadas en un ciclo de violencia, venganza y destrucción que solo conduce a más resentimiento y violencia hacia los civiles y que amenaza el potencial de estos pueblos para coexistir a largo plazo. Por ello, en el mismo documento condenan los crímenes perpetrados por Hamás e Hizbulá contra civiles israelíes, pero sobre todo recalcan los «innumerables» crímenes de guerra que está cometiendo Israel que han provocado la muerte de más de 40.000 gazatíes, más de 3.000 libaneses y que han dejado sin hogar a más de un millón de palestinos.
Su llamamiento incluye detener el suministro de armas ofensivas a Israel y reevaluar las asociaciones y colaboraciones económicas con instituciones de los territorios ocupados. «No estamos en contra del pueblo israelí; estamos a favor de todos los pueblos, israelí, palestino y libanés«, han concluido.