Toca saber de qué pasta está hecho este Betis Baloncesto

Toca saber de qué pasta está hecho este Betis Baloncesto




Derrotado en Torrelavega, el Real Betis Baloncesto ya carga con menos peso en la mochila de la responsabilidad. Perdió la condición de invicto y esto, lejos de arrugarlo o generarle dudas, debería liberarlo mentalmente en este maratón de 34 jornadas que inició en San Sebastián con el ineludible objetivo del ascenso. Claro que hubiera sido mucho mejor vencer al Grupo Alega Cantabria manteniendo el cero en el casillero de las derrotas, pero ya que no se dio, bien haría el conjunto verdiblanco en digerir cuanto antes ese traspié, olvidarlo tras realizar las correcciones oportunas sellando las fisuras que explotó el rival, y afrontar con la mente limpia el duelo de este sábado en el pabellón San Pablo ante el Palencia Baloncesto, un recién descendido que es rival directo.

Lo de Torrelavega es historia, ya pasó. Conviene asimilarlo como un toque de atención, en clave de accidente, sin enrocarse en lo que pudo ser y no fue. Al cabo, era la primera derrota en siete partidos oficiales. Si ese inesperado revés bastó para comprender que no todo el monte es orégano y que la categoría está repleta de trampas y también de partidos que se pueden atragantar, bienvenido sea. El último de la tabla le ganó al segundo, así que el Betis ya tiene la lección aprendida: no puede bajar la guardia, tampoco pensar que sacará todos los partidos a ráfagas de talento. Hace falta un puntito más de consistencia.

En Torrelavega se perdió por un cúmulo de razones, aunque estadísticamente la más llamativa fue el rebote. Hubo una diferencia de diez capturas entre un equipo y otro. El Betis permitió muchas segundas opciones a sus rivales, crecidos en la segunda parte, y por esa fisura acabó desangrándose. Y esto sí es censurable. Porque el rebote es cuestión de atención y deseo, una labor gremial en la que todos los jugadores deben involucrarse. Si en la plantilla verdiblanca no existe un hombre especializado en esa tarea, y es cierto que no lo hay, toca repartirse los esfuerzos tanto en el tablero propio como en el ajeno. Sólo desde la altruista colaboración pensando en el bien colectivo pueden disimularse las carencias. Y el Betis Baloncesto, como todos los equipos del planeta, las tiene.

Contra el Grupo Alega se echó de menos a Rubén López, actor secundario pero imprescindible de la rotación por lo que le estaba aportando al equipo, esencialmente energía, capacidad física y rebote de ataque. Muchas cosas. Gonzalo García, técnico verdiblanco, cubrió esa baja con Domènech y Radoncic como relevos del ala-pívot titular, Álex Suárez, pero el primero sólo jugó en la primera parte y el segundo se apagó en la segunda después de un excelente inicio.

Fue de más a menos el Betis, cómodo hasta el descanso y desnaturalizado tras el receso, sobrepasado en intensidad a ratos y desquiciado por un arbitraje de discretísimo nivel en el que no cabe refugiarse a modo de excusa. Sencillamente, el Betis Baloncesto fue peor porque su rendimiento defensivo, retratado en el rebote, bajó varios peldaños con respecto al de las tres primeras jornadas. Toca corregirse en ese aspecto nuclear del juego aunque la semana de entrenamientos no ha sido la mejor posible, como apuntó en la previa el técnico verdiblanco, Gonzalo García, debido a los problemas físicos de algunos jugadores.

El factor defensivo

Puede sorprender que se incida tanto en la defensa teniendo en cuenta la pléyade de recursos con los que cuenta el plantel en materia anotadora, pero una cosa es la hoja Excel y otra, la realidad de los partidos. Y en esta apertura de la temporada, el Betis se ha distinguido más por su tracción defensiva que por su producción ofensiva, con la excepción de la victoria por demolición (95-76) contra el Tizona. El único partido liguero, por cierto, que ha jugado delante de su público.

Obligado a una doble jornada a domicilio por la ocupación de la instalación por el Santander Sevilla Máster de A1 Pádel, el Betis vuelve a casa. Y en el club han optado por abrir las puertas de San Pablo a todo aquel que venga con la camiseta del equipo, como ya anunciara el presidente, Pedro Fernández, la semana pasada. Cumpliendo únicamente ese requisito, el acceso será libre. Se abre la mano en aras de llenar el pabellón y generar la atmósfera más favorable posible para darle ese empujoncito extra que todos los equipos necesitan de su afición.

Falta le hará seguramente al Betis Baloncesto porque la cita es de aúpa, de lo más exigente. Llega el Palencia, con 2-2 en el balance de victorias-derrotas y tras anunciar esta semana nuevo patrocinador ‘title-sponsor’: Súper Agropal. No es un rival cualquiera el que aparece por Sevilla sino un exACB con entrenador sevillano (y del cuerpo técnico de la selección española) al frente, Luis Guil, y dos jugadores en nómina con pasado verdiblanco: Tobias Borg, que ascendiera con el Betis en 2019; y Cameron Krutwig, apuesta personal de Javi Carrasco del que el grupo mexicano prescindió a las primeras de cambio en un error flagrante, ya que el pívot norteamericano se erigió en el mejor jugador en su puesto de la pasada campaña hasta el punto de ser uno de los líderes del Força Lleida que consiguió el ascenso. Juega con mucha inteligencia, visión de juego y calidad.

Además, el Palencia tiene en la dirección de juego a Wintering, ex del Estudiantes que ya causó algún roto en Sevilla; y a un polivalente argentino para el tres y el cuatro con galones ACB llamado Juampi Vaulet, al que también le sobra talento. Oroz, Kamba, Kunkel y Chema González completan el aparentemente sólido esqueleto de este Palencia que usa defensas alternativas (ojo con esto) y se examina ante otro rival directo tras suspender los dos exámenes precedentes (contra el San Pablo Burgos y el Movistar Estudiantes). Si con presión carga el Betis, qué decir de su rival, también diseñado para ascender.

  • Real Betis Baloncesto: Renfroe (1,91, 32); Benite (1,94, 8); Radoncic (2,02, 88); Suárez (2,06, 93); Kasibabu (2,03, 13) -posible quinteto inicial-; Hughes (1,93, 3); Cvetkovic (1,88, 4); Pablo Marín (1,90, 6); Domènech (2,08, 12); DeBisschop (2,06, 22); Jelinek (1,94, 25).

  • Súper Agropal Palencia: Wintering (1,80, 2); Borg (1,83, 6); Kamba (1,96, 9); Vaulet (1,99, 22); Krutwig (2,06, 25) -posible quinteto inicial-; Kunkel (1,93, 5); Oroz (1,94, 7); Manu Rodríguez (1,92, 11); Chema González (2,07, 15); Pablo Hernández (2,01, 21); Dimitrov (2,03, 34); Mballa (2,01, 35).

  • Árbitros: Rial Barreiro, Ávila Zurita, Arresa Quintero.

  • Hora y TV: 19.00 (app LaLiga Plus).

Picar piedra

Antes del partido, la diferencia más llamativa entre los dos se localiza en la defensa: frente a los 69 puntos de media que concede el Betis a sus rivales, la permisividad del Palencia se dispara hasta los 82. De ahí la importancia de echar los cerrojos y convertir la zona alrededor de la canasta propia en un campo de minas. Este Betis Baloncesto ya ha demostrado que puede hacerlo. La tierra, para el que se la trabaja. Hay que picar piedra. Y en la Primera FEB no hay caza mayor sin sufrimiento. Ante rivales de parecidas dimensiones como este Palencia, tal vez el elemento diferencial sea el motor defensivo. Póngase en marcha de nuevo.

Fuente: www.abc.es