Sergio Rodríguez : «Cuando veo los trofeos en casa, me acuerdo de lo duro que fue y de lo bien que acabó»
La Ribera del Duero es tierra de castillos y buen vino. Por eso, sorprendió ver esta semana en aquellos lares a todo un mito del baloncesto como Sergio ‘El Chacho’ Rodríguez (La Laguna, Tenerife, 38 años). El canario, que puso fin el pasado verano a una exitosa carrera de 20 temporadas en la élite, acudió a las bodegas de Protos para recoger una condecoración por sus valores en la cancha y por los muchos trofeos conquistados durante su etapa profesional. Siempre fue uno de los favoritos de la prensa, no solo por sus canastas y sus asistencias, sino por su impecable comportamiento y educación. Una personalidad que se ha hecho aún más dulce tras la retirada, momento en el que el base cambió el frenético calendario deportivo por una vida íntima y familiar. Sobre todo ello y mucho más reflexiona con ABC. -La primera pregunta es obligada: ¿Sigue pensando mucho en el baloncesto?-Muchísimo. Siempre ha sido mi ‘hobby’, mi pasión. Ahora lo veo desde un prisma diferente, pero sigo consumiendo mucho baloncesto, sobre todo los partidos del Real Madrid. También veo los de la selección española, los de la Euroliga, los de los diferentes equipos en los que he estado y también muchos de la NBA. – ¿Fue difícil ejecutar la retirada? Daba la sensación de que, por lo menos, tenía cuerda para un par de temporadas más.-Lo tenía muy claro. Además, se me presentó la oportunidad de acabar ganando, que era una pequeña obsesión que me había perseguido en los últimos años. Tenía en la cabeza terminar alzando un título, celebrando algo. Por lo tanto, estas dos últimas campañas con el Real Madrid han sido fantásticas, ya que conquistamos la Euroliga, la Liga y dos Supercopas.-En la Final Four de Kaunas de 2023, además de levantar la Copa de Europa, fue uno de los mejores jugadores a sus 36 años. ¿Es el momento culmen de su carrera?-Posiblemente, pero no solo me quedo con la final ante el Olympiacos o las semifinales ante el Barça. Creo que una de las mejores actuaciones de mi vida la realicé en el quinto encuentro contra el Partizan, en cuartos (los blancos remontaron una desventaja de 18 puntos y el canario fue autor de 13 en el último periodo). En general, he tenido mucha suerte. He podido estar en contextos difíciles, en la lucha por los títulos en lugares muy especiales. Pero sí, los dos duelos en Belgrado, la revancha en el WiZink y la final en Kaunas los tengo en la mente como unos recuerdos preciosos. -En esa vorágine de remontadas, muchos de sus compañeros aseguraron que se vio al Sergio más veterano, uno que no dudaba en echar una buena reprimenda si era necesario.-Es importante, cuando tienes tantos años de carrera a tus espaldas, saber interpretar los momentos, qué necesita el equipo ante ciertas situaciones. Yo ayudaba donde podía, unas veces jugando y otras veces en el vestuario, hablando o motivando. Estos dos últimos años en el Madrid han sido muy bonitos, muy diferentes a todo lo que había vivido antes. Fue muy especial volver al club después de tantos años en el extranjero. Me siento muy afortunado de poder haber cerrado mi carrera en el Madrid. -¿Tiene muchos recuerdos en casa de todas sus vivencias?-Si, tengo muchos. Al principio, cuando eres joven, lo haces de forma compulsiva, quieres tener un recuerdo de cada partido. Pero ahora solo tengo a la vista los más importantes y en un sitio muy concreto de mi casa, como camisetas, premios, trofeos… Es muy agradable levantarse cada día y cruzar por delante de ellos. Te vienen ‘flashes’ de lo mal que se llegó a pasar y lo bien que acabaron las cosas.-Entonces, ¿a qué dedica su tiempo el Chacho en la actualidad?-Estoy en un periodo de adaptación, en una rutina muy familiar. Durante las últimas temporadas he tenido un día a día muy complicado, con muchos viajes, muchas ausencias en casa. Ahora solo quiero estar con mis niños y mi mujer, llevarlos al colegio, poder pasar fines de semana todos juntos. Tengo que asimilarlo y, además, compaginarlo con el seguimiento de las competiciones, aparte de seguir haciendo deporte.Noticia Relacionada Cada vez más distanciados del socio opinion Si 125 aniversario del Barça, entre mentiras de Laporta: ni Messi ni Camp Nou Salvador Sostres «Además de incumplir lo prometido, el club ha aprovechado el destierro a Montjuic para distanciarse del socio»-¿Se ve de traje en un banquillo o en el despacho de algún equipo?-No lo sé, pero sé que lo que haga será relacionado con el baloncesto. Con toda mi experiencia, creo que puedo aportar mucho con mi punto de vista. Pero, como te digo, ahora es un momento familiar. -Se fue a la NBA muy joven, directamente desde el Estudiantes. ¿Resultó una etapa tan dura como parecía por televisión?-Más que duro, fue algo nuevo. Estaba jugando contra mis ídolos. En el momento, siempre quieres más y cuando eres joven lo quieres todo muy rápido. Pero, si lo pongo en perspectiva, fueron periodos muy buenos. Era un chaval extranjero de 20 años y acabé jugando muchos partidos. Después de Portland, estuve en los Sacramento Kings y en los New York Knicks. Estoy orgulloso de haber vivido esos tiempos y de haber salido reforzado de esas experiencias, que no eran fáciles. -Jugar de local en ‘La Meca’, en el Madison Square Garden, ¿es tan espectacular como parece?-Uno de los momentos más especiales de mi carrera, sin duda. Salir de titular con los Knicks, con mi familia y mis amigos en las gradas… Fueron unos meses increíbles en Nueva York. -En la actualidad, los grandes jugadores de la NBA son europeos, como Jokic, Antetokounmpo o Doncic. ¿A usted le miraban de un modo raro por ser del otro lado del charco?-En mi época ya había europeos que habían marcado una época, como Pau o Tony Parker. Pero sí, es cierto que en los últimos años ha habido mucha más apertura, cada vez es más natural que se produzca ese salto. La clave es que muchos europeos ya se desarrollan desde muy jóvenes en el baloncesto estadounidense. -Cuando vuelve a Europa en 2010, ¿sentía la necesidad de demostrar que era un estrella?-Sí tenía la necesidad de competir, de luchar por títulos, porque en la NBA solo disputé un año los playoffs. Y claro, el Madrid me daba la oportunidad de intentar ganarlo todo. -Aunque sea de la cantera del Estudiantes, ¿se puede decir que el Madrid es el equipo de su vida?-Sí, totalmente. Es donde más tiempo he permanecido, soy seguidor desde muy pequeño, y es el sitio en el que más he disfrutado y donde más cómodo he estado. Mi primera etapa fue genial y, la última, ha sido un colofón. -Su carrera con la selección española también tiene miga…-Mi paso por la selección se divide en dos etapas. Los primeros tres años, cuando debuté en el Europeo 2005 y cuando ganamos el Mundial al año siguiente, y luego, tras no ser convocado, la vuelta en 2012. Ha sido impresionante todo lo que conseguimos. Creo que es muy difícil de igualar, ahora estamos en un periodo diferente, pero hay mucho talento y hay que darle facilidades a la gente joven para que pueda desarrollarse y que tenga su momento de demostrar de qué pasta está hecha. -Con España, en la final olímpica de 2012, estuvo muy cerca de derrotar a Estados Unidos. Serbia, el pasado verano, más de lo mismo. ¿Llegará el día en que los mejores hinquen la rodilla?-Es complicado, yo creo que sí, que habrá momentos en los que se den ciertas circunstancias que lo permitan. Ellos son los número uno en todo, pero Serbia estuvo muy cerca (risas). -El Chacho, Spanoulis, Teodosic… ¿Cree que su perfil, ese jugador de pura magia, está en vías de extinción?-Yo creo que el nivel en Europa es altísimo, el formato de la Euroliga es muy amplio y siempre habrá jugadores que den espectáculo. Ahora el perfil de moda es otro, más marcado por las condiciones físicas, pero no solo en los bases. Antes los pívots eran más móviles, pero llegó Tavares, lo cambió todo, y ahora los equipos quieren tener un gigante para el puesto de cinco.