Rueda asegura que en Galicia «no hubo Koldos ni Aldamas»

Rueda asegura que en Galicia «no hubo Koldos ni Aldamas»





La sesión de este viernes de la comisión de investigación sobre la contratación pública de la Xunta de Galicia era una de las más esperadas debido a la comparecencia del presidente, Alfonso Rueda. Tanto es así que en la jornada se personaron los líderes de la oposición: Ana Pontón, que solo estuvo presente el primer día de las comparecencias, y José Ramón Gómez Besteiro, que acudió por primera vez. Quizás sea ese el motivo por el cual ambos emplearon argumentos contrarios a los que defendieron la gran mayoría de los ponentes, reiterando la presencia del presunto sobrecoste del Álvaro Cunqueiro e irregularidades en la contratación menor del Ejecutivo.Pese a que al principio de su comparecencia Rueda destacó la importancia de los mecanismos parlamentarios como una muestra de la «fortaleza democrática de las instituciones gallegas», también afeó lo que la «inconcreción» de la comisión lanzada por el BNG que, dijo, usaron «como recipiente de todo aquello que se les fue ocurriendo para convertirla en algo que a día de hoy ni sus impulsores sabrían definir». Su comparecencia, dijo, parece resultado de una «revancha» por el la «decisión que tomaron los gallegos hace unos meses», «un intento de trasladarnos a la tierra de la toxicidad y los líos continuos de la política nacional» y, en su opinión, probablemente también se trate de «una escenificación» frente a la Asamblea Nacional y el Congreso de los socialistas que están en el calendario. Su pretensión en la comparecencia de este viernes, dijo, no es otra que defender el buen hacer de los técnicos de la Xunta tanto desde el 2009 como en legislaturas anteriores en lo que al objeto de la comisión se refiere. Así, defendió tanto el proceso escogido para la construcción del Álvaro Cunqueiro como los contratos hechos durante la pandemia, aseverando que los proveedores con los que contrató la Xunta, como Universal Support o Mape Asesores, formaban parte del acuerdo macro estatal de proveedores de referencia. «Todo hecho acorde a la legalidad. Señorías, aquí no hubo Koldos ni Aldamas. Eso pasó en el Gobierno de España», criticó, arremetiendo, a la vez, contra los grupos de la oposición, especialmente el BNG, por no criticar con el mismo ímpetu los presuntos casos de corrupción de sus «socios» en Madrid. «En Galicia afortunadamente eso no sucedió y, por lo tanto, no tenemos nada de que avergonzarnos». Ya en la réplica, quedó clara la pretensión de los diferentes grupos. El primero en intervenir fue Armando Ojea de Democracia Ourensana, que recordó que apoyó la constitución de la comisión con un objetivo, la «transparencia», motivado por el informe del Consello de Contas. Con todo, dijo, una «Parte significativa de los comparecientes que estuvieron presentes aquí parecen coincidir en que [la licitación público-privada] era la »única forma de poder hacer el hospital«. Algo que reiteró el jueves el representante de la firma Garrigues, encargada de hacer un informe en el bipartido analizando la viabilidad de la construcción del hospital, que constató que la licitación pública a través del Sociedade Pública de Investimento no permitiría cumplir con los objetivos de déficit marcados por la UE debido a la crisis. Esta fórmula es, según la oposición, la que iban a emplear, pese a que insisten en que no había »ningún informe« que demostrase que eso era inviable. En todo caso, para el orensano lo que está claro es que hoy en día el área sanitaria de Vigo disfruta de una infraestructura «a la vanguardia de Europa», por lo que empleó su intervención -como acostumbra a hacer- para referirse a Orense y reclamar una infraestructura similar para la ciudad, «aunque tenga que tomar decisiones arriesgadas como hacerlo a través de una fórmula público-privada». Algo que, según le dijo el presidente, no sería necesario, porque «afortunadamente» hoy la situación financiera es otra, mostrando, a su vez, el compromiso con la provincia para avanzar en la mejora de las infraestructuras sanitarias. Por su parte, en sus intervenciones, ni Pontón ni Besteiro dijeron nada nuevo, pese a ser una de las primeras veces que acudieron a las comparecencias -la primera del socialista-. Ambos se remitieron a reiterar el presunto sobrecoste de 470 millones del Cunqueiro, la opacidad y la falta de transparencia de la administración, el fraccionamiento de contratos y el favoritismo a empresas del entorno del Partido Popular. Al presidente, lo tacharon de «trumpista» y «escudero de Feijóo», que volvió a ser recurrente en la sesión. todas ellas cuestiones que rebatió el portavoz popular, Alberto Pazos, que acusó tanto a nacionalistas como a socialistas de «entorpecer» la investigación con «acusaciones desmentidas» por otras comparecientes. Entre ellos, cito a los conselleiro mayores de Contas, que afirmaron que, de haber algún indicio de ilegalidad en el informe del Hospital, este sería remitido a Fiscalía, pero no lo fue. Igual que explicaron que no existe un sobrecoste, o que la modalidad escogida era única opción viable, como reconoció la consultora contratada por el bipartito. Se validó, también, recordó, la contratación de emergencia, en la que contas tampoco vio indicios de ilegalidad, y reiteró que la contratación con Eulen se hace en otros países, en todo España y en administraciones de todos los colores políticos. De hecho, según expusieron los populares, entre la legislatura del bipartito y la primera legislatura de Feijóo, la contratación con esta empresa descendió un 65%. Asimismo, de media anual, la contratación con esta empresa casi no varió entre un gobierno y otro, tan solo en centésimas, rondando ambas los 4,7 millones. «Es eso lo que marca la diferencia entre lo que es y no favoritismo», se había preguntado ya el mandatario la semana anterior, al exponer los mismos datos. En todo caso, la gran cuestión de la semana quedó sin responder. Y es que tanto pazos como Rueda repitieron a la nacionalista la misma cuestión que le presentaron estas semanas atrás, acerca de si puede o no confirmar que ninguna persona de su entorno cercano tuvo algún contrato menor con administraciones gobernadas por el BNG. Pregunta que, otra vez, quedó sin respuesta.

Fuente: www.abc.es