Prohíben el baño en esta playa de Canarias por la presencia de carabela portuguesa y dragón azul en sus aguas
Las autoridades canarias han informado este viernes del cierre temporal de la playa de La Melenara, situada en la costa este de la isla de Gran Canaria, debido a la presencia de dos especies marinas peligrosas: la carabela portuguesa y el dragón azul.
La Melenara, una popular playa de arena negra y aguas tranquilas, pertenecienteal municipio de Telde, es un lugar frecuentado tanto por turistas como por residentes locales.
Este cierre temporal busca garantizar la seguridad de los bañistas y evitar accidentes con estas especies marinas, cuya aparición ha sido alertada por las autoridades en un mes, el de octubre, en el que, dado el clima privilegiado canario, aún son muchos los que se acercan a sus playas.
Se ha emitido una advertencia clara: los ciudadanos deben evitar acercarse a la orilla y bajo ninguna circunstancia tocar a estos animales.
Aunque pueden parecer inofensivos, ambos representan un riesgo significativo para la salud humana debido a sus potentes toxinas. Ante cualquier avistamiento, se recomienda informar a las autoridades locales.
¿Qué es la carabela portuguesa?
La carabela portuguesa (Physalia physalis) es una colonia flotante de organismos que puede parecer una medusa, aunque en realidad es un sifonóforo.
Esta especie marina es conocida por su apariencia llamativa: un cuerpo transparente con tonalidades azuladas o violáceas que flota sobre la superficie del agua, impulsado por los vientos y las corrientes.
Sin embargo, su belleza es engañosa, ya que sus tentáculos pueden alcanzar los 30 metros de largo y contienen células urticantes que liberan una toxina capaz de causar dolor intenso, problemas respiratorios, y en casos extremos, reacciones alérgicas severas.
Dragón azul: belleza y peligro
Por su parte, el dragón azul (Glaucus atlanticus) es un pequeño molusco marino de solo unos pocos centímetros de longitud, con una apariencia espectacular que combina tonos azules, plateados y blancos.
Aunque es más pequeño que la carabela portuguesa, el dragón azul es igual de peligroso, ya que se alimenta de ésta, acumulando su veneno en su propio cuerpo. Al entrar en contacto con la piel humana, puede causar quemaduras dolorosas e irritación severa.