Pradales evita hablar sobre el «derecho a decidir» y no aclara su choque con el PSE
El debate sobre el Nuevo Pacto Estatutario, tal y como lo calificaron PNV y PSE (Partido Socialista de Euskadi) en su acuerdo de Gobierno en el País Vasco, no acaba de coger vuelo. Ambos partidos mantienen posiciones enfrentadas respecto a una de las cuestiones clave, la incorporación en el nuevo texto del «derecho a decidir». Hoy, durante la primera sesión de control al Ejecutivo regional, el lendakari, Imanol Pradales, no ha despejado las dudas sobre una cuestión que todavía está por definir, a la espera de que los nacionalistas inicien una ronda de contactos con los distintos partidos.
Una falta de concreción que contrasta con las iniciativas que han salido adelante la última semana en otras instituciones. Concretamente, en las Juntas Generales de Guipúzcoa, donde este jueves PNV y EH Bildu votaron de forma conjunta dos mociones en las piden que el nuevo estatus recoja el derecho a decidir y una relación de bilateralidad con el Estado (España, en los términos del nacionalismo vasco). Reclamación que no contó con el respaldo ni del PSE ni del PP.
Es por eso que este viernes, cuando Pradales se enfrentaba a su primera sesión de control, la oposición ha tratado de meter el dedo en la llaga. Tanto desde el espacio aberzale como constitucionalista. El primero, Pello Otxandiano, líder de EH Bildu en el Parlamento vasco y candidato en la última investidura, que ha reclamado «coherencia institucional» para afrontar «grandes transformaciones».
Y es que desde Bildu, cómodos por su buena tendencia electoral y como partido principal de la oposición, transmiten moderación, abriéndose a pactar con el PNV en todo lo que tenga que ver con políticas identitarias. Una postura que les permite, además, cuestionar la capacidad de liderazgo de Pradales para avanzar en el ámbito del autogobierno vasco y señalar recurrentemente las diferencias entre PNV y PSE en esta materia.
Los peneuvistas han fijado una hoja de ruta: cumplimento completo del Estatuto de Guernica, con el traspaso de las competencias pendientes, y actualización del marco estatutario. Algo que figura en el programa de Gobierno que comparten con los socialistas, pero que, en lo relativo al debate estatutario, ambas partes relegan a la acción de los partidos y no del Ejecutivo regional.
Un equilibrio complejo de mantener para el lendakari, con un socio que ya se ha mostrado contrario al derecho a decidir -Eneko Andueza, líder de los socialistas vascos, afirmó que «no vale una mayoría para el Gobierno Vasco y optar por otras para transitar por otros caminos»- y con sectores de su propio partido, específicamente el guipuzcoano, empujando la dirección contraria. Debilidad que explota la izquierda aberzale.
A eso responden las palabras de Otxandiano, exigiendo liderazgo y «perspectiva de país». Algo que Pradales no ha querido dejar pasar, recriminando al bildutarra que no es el único que la tiene. Esta no ha sido, sin embargo, la única mención al Estatuto, pues la única diputada de Vox en la cámara regional, quien ha mantenido un choque con el lendakari a cuenta del veto que éste a impuesto a su partido, le ha preguntado -sin obtener respuesta- por el encaje constitucional de su reforma.
«¿Considera que su propuesta se ajusta y tiene encaje en el marco constitucional?», ha cuestionado Amaia Martínez al lendakari, que planteó que el País Vasco, en el plano político, debía establecer una relación bilateral con el resto de España similar a la que existe con el Concierto Económico. «Más que un concierto su propuesta es un verdadero desconcierto político. No se ponen de acuerdo entre miembros de gobierno», le ha espetado Martínez.
Pradales, desde su asiento en la primera fila de la bancada del Ejecutivo, escuchaba la respuesta delegada en María Ubarretxena, consejera de gobernanza, administración digital y autogobierno. «Tenemos dos puntos vista antagónicos», ha contestado a la diputada autonómica de Vox: «A ustedes les sobra el concierto, el Estatuto, el sistema de garantías, cualquier herramienta de autogobierno, y a nosotros no». Antes había insistido en que será el Parlamento el que decida «el contenido y el alcance competencial» de la modificación estatutaria, pues los nacionalistas esperan que esta sea aprobada en la Cámara vasca antes de ser remitida al Congreso de los Diputados y ratificada en referéndum por la ciudadanía vasca.