¿Por qué explota la batería de un móvil?
La explosión de la batería de un teléfono móvil provocó el incendio en el que fallecieron cuatro personas de una misma familia en la localidad sevillana de Guillena el pasado domingo, según ha informado la Guardia Civil. El dispositivo estaba cargando en la parte inferior de la vivienda, sobre un sofá, que ardió de forma inmediata y actuó como elemento dispersor del fuego, que ascendió rápidamente hacia la parte alta, donde se encontraban los fallecidos.
Las causas, en este suceso en concreto, podrían estar relacionadas con “una reacción química descontrolada”, según han apuntado fuentes de la investigación, que recuerdan que hay que vigilar “que el móvil no se caliente mucho”, además de respetar los tiempos de carga indicados por el fabricante, evitando dejar enchufado el dispositivo durante toda la noche.
Pero, ¿cómo ha podido suceder un accidente así? ¿Es habitual que las baterías de los dispositivos móviles se incendien? A continuación se intenta dar respuesta a las principales dudas que este hecho puede suscitar:
¿De qué están hechas las baterías?
Las baterías de iones de litio son las más comunes en la actualidad, y se utilizan en miles de millones de productos, como teléfonos inteligentes, tabletas, ordenadores portátiles, automóviles eléctricos o patinetes.
Estas baterías pueden contener diferentes metales, como litio, níquel, cobalto, manganeso, fosfato, silicio o grafito; y se caracterizan por su alta densidad energética, lo que significa que pueden almacenar una gran cantidad de energía en un espacio reducido. Sin embargo, su rápida degradación y sensibilidad a las elevadas temperaturas provocan que, en casos extremos, puedan destruirse por inflamación o incluso por explosión, aunque cuentan con medidas adicionales de seguridad para minimizar este riesgo.
¿Cómo funcionan?
Las baterías de ion de litio se componen de un electrodo negativo o ánodo, del que salen los electrones; y un electrodo positivo o cátodo, que los recibe. Los iones de litio se mueven desde el ánodo hasta el cátodo a través de un electrolito, dando lugar a la diferencia de potencial que produce la corriente eléctrica.
Durante la carga, los iones de litio se mueven desde el cátodo hacia el ánodo a través del electrolito y se almacenan en el material de grafito del ánodo. Durante la descarga, los iones de litio fluyen en la dirección inversa, desde el ánodo al cátodo, liberando energía.
¿Por qué se pueden producir las explosiones?
Las baterías de iones de litio están construidas con materiales muy inflamables. En general, los dispositivos electrónicos están diseñados para reducir el riesgo de explosiones, pero las medidas de seguridad con las que cuentan no son perfectas. Entre otros, los principales peligros podrían derivarse de un mal uso, defectos de fabricación, golpes, exceso de calor, problemas de sobrecarga o empleo de componentes no originales.
«Las baterías no son peligrosas. Llevan con nosotros muchísimos años y no podemos pensar que son inseguras», valora para RTVE.es Roberto Álvarez, director de la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad Antonio de Nebrija, quien, sin embargo, matiza que «hay que contar con que cualquier producto tiene un componente aleatorio de fallo». «Es verdad que pueden emitir gases nocivos, inflamables o explosivos, pero es básicamente por una manipulación inadecuada«, explica.
¿Cómo se producen los sobrecalentamientos?
Hay varias situaciones capaces de provocar el calentamiento excesivo de la batería. En ellas, la batería puede entrar en lo que se conoce como «fuga térmica», un proceso donde el sobrecalentamiento genera reacciones químicas descontroladas que elevan la temperatura aún más, haciendo que los elementos químicos que están en su interior se vuelvan inestables y puedan explotar.
En este sentido, la carga es un momento especialmente crítico. Por ello, es recomendable que, cuando estén enchufados, los dispositivos se coloquen en superficies sólidas y estables, que permitan la circulación del aire para regular la temperatura. Además, hay que tener en cuenta que usar cargadores de baja calidad, incompatibles o con defectos de fabricación, puede provocar también un sobrecalentamiento excesivo de la batería, especialmente si se trata de cargadores rápidos.
Los defectos de fabricación es otra de las causas habituales de sobrecalentamiento, ya que pueden afectar a la capacidad de disipar calor de las baterías. Igualmente, la exposición prolongada a fuentes de calor externas, como dejar un dispositivo móvil sobre un radiador encendido, o expuesto al sol, o dentro de un coche en pleno verano. También el agua y la humedad, que pueden entrar en contacto con los componentes internos de la batería y crear un cortocircuito que provoque su explosión.
¿Es peligroso que las baterías reciban golpes?
Los golpes o impactos son una de las causas más comunes de deterioro de las baterías, y además son potencialmente peligrosos, ya que la estructura puede sufrir daños internos que provoquen cortocircuitos, sobrecalentamiento o incluso explosiones. Un impacto puede deformar la batería, causar fugas y desencadenar reacciones químicas, lo que aumenta el riesgo de incendio. Si se sospecha que una batería ha sido dañada por un golpe, debe dejar de usarse de inmediato y ser revisada por un especialista.
«Las baterías son muy malas soportadoras de golpes», declara Roberto Álvarez, quien describe cómo «las baterías de ion litio tienen el problema de los gases que liberan cuando reciben un golpe o tienen alguna malformación». «Esos gases, que contienen hidrógeno y litio, son explosivos y nocivos para la salud», apunta, y recomienda en este sentido estar muy atentos a posibles impactos y «mantener unas normas de seguridad con esos productos».
¿Son seguros los nuevos automóviles eléctricos?
Por regla general, los automóviles eléctricos emplean exactamente la misma tecnología que la gran mayoría de los dispositivos móviles, basada en baterías de iones de litio. En cuanto al riesgo de incendio de sus baterías, estos vehículos son generalmente seguros, aunque no están exentos de riesgos. Para minimizarlos, los fabricantes implementan medidas de seguridad adicionales, como sistemas de control de la temperatura, carcasas protectoras o sensores que monitorizan constantemente el estado de las celdas de la batería. El riesgo de incendio existe, pero las probabilidades son bajas, más incluso que las de los dispositivos móviles en general, ya que los estándares de calidad de la industria automovilística son, en líneas generales, más exigentes.
«Pensamos que las baterías de un coche son diferentes a las de un móvil, pero no lo son, la tecnología es la misma. Lo que ocurre es que la batería de un coche es mucho más grande, y tiene más celdas conectadas en serie o en paralelo», detalla Roberto Álvarez, de la Universidad Nebrija. Sobre la posibilidad de que la batería de un automóvil pueda explotar y arder después de un accidente de tráfico, agravando sus consecuencias, este ingeniero opina que ese riesgo «no debería existir», ya que «las baterías están bastante protegidas para los golpes». «Si no fuera así, tendríamos muchísimas incidencias de ese tipo, y en general son pocas», añade.
«Particularmente creo que en este sentido es más seguro un coche eléctrico que uno de combustión. Los coches eléctricos no suelen tener problemas de explosión o ignición por un golpe», considera.
¿Y los patinetes?
El director de la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad Nebrija, Roberto Álvarez, opina que «ahora mismo, los patinetes son el elemento susceptible de tener más problemas, aunque hay una serie de medidas de seguridad que se pueden tomar para proteger sus baterías». «Si los patinetes son más baratos, las baterías pueden estar menos protegidas para golpes, o se pueden cargar con un cargador de intensidad superior, y eso produce también problemas», asegura en este sentido.
¿Qué medidas se pueden tener en cuenta?
- Elegir siempre cargadores de calidad y certificados por el fabricante del dispositivo, ya que los cargadores genéricos, generalmente de baja calidad, pueden no cumplir con los estándares de seguridad.
- Realice comprobaciones periódicas de los enchufes, cables y tomas de corriente para detectar marcas de quemaduras, sonidos de arcos eléctricos (como zumbidos o crujidos), calor excesivo…
- Evite en la medida de lo posible la carga rápida.
- No coloque los dispositivos electrónicos bajo el sol o dentro de un coche durante el verano.
- Evite dejar el cargador enchufado durante largos períodos de tiempo.
- Evite el contacto de los dispositivos electrónicos con elementos inflamables mientras permanezcan conectados a la red eléctrica. Tampoco hay que cubrirlos con materiales como mantas, cojines o almohadas.
- Evite la carga de dispositivos mientras se duerme, ya que disminuye la capacidad de respuesta en caso de que haya algún problema.