«Por los humedales del Sur se ha hecho bastante, aunque nunca es suficiente»
-Aunque la declaración oficial de los espacios fue en 1984 fue a partir de 1974 cuando un grupo de personas nos dimos cuenta de la necesidad que había de proteger las lagunas. Se hicieron públicos proyectos tan llamativos como la construcción de un club deportivo en la laguna de Zóñar que hubiera acabado, sin duda, con la riqueza de este humedal. Y había otras como Amarga desecada y Rincón casi desecada.
-¿Quiénes formaban parte de esta iniciativa?
-En un principio estudiantes de la Facultad de Biología de Córdoba, entre los que me encontraba yo. Fue madurando la generación de un colectivo de personas que se concienció del problema. Fundamos la Asociación de Amigos de la Malvasía. Se trataba de una especie que estaba en peligro de extinción y usaba la laguna de Zóñar para su procreación. Llegamos a contar con cinco mil socios no solo españoles sino de distintos países de Europa. No podemos olvidarnos de otros colectivos como ‘Soña’ en Aguilar que también estuvo trabajando sin desvelo.
-¿Qué primeras actuaciones se llevaron a cabo?
-La más ambiciosa para empezar fue la compra de la laguna del Rincón en el término municipal de Aguilar. Era propiedad privada y sus propietarios no hacían nada por mantenerla. Se hizo una venta simbólica poniendo un precio al metro cuadrado de laguna. A cada comprador se le entregaba un título de propiedad y se recaudaron los tres millones de pesetas que costó. Lo conseguimos en noviembre de 1983. Por esta iniciativa obtuvimos los Premios Ford nacional e internacional por conservación de la naturaleza que consistía en un millón de pesetas.
-Unos años antes de la aprobación de la ley de protección hubo algunas batallas ganadas, ¿no?
-Antes de que la Junta de Andalucía tuviera las competencias en conservación de la naturaleza las tenía el Icona pero nunca atendían nuestras solicitudes. Sólo conseguimos que se prohibiera la caza en Zóñar a partir de diciembre de 1979 y que un decreto del Consejo de Ministros en mayo de 1982 convirtiera la laguna en refugio nacional de caza.
«Sólo conseguimos que se prohibiera la caza en Zóñar a partir de diciembre de 1979 y que un decreto del Consejo de Ministros en mayo de 1982 convirtiera la laguna en refugio nacional de caza»
-¿Cuándo comenzó a ser más fácil la conservación?
-Con el traspaso de las competencias ambientales a la Junta y con el apoyo de los responsables de la Agencia de Medio Ambiente pudimos elaborar en muy poco tiempo la ley. En el pleno del Parlamento andaluz se defendió la ley por el diputado Manuel Arenas. Recuerdo con emoción el aplauso final que se produjo cuando el presidente anunció el resultado de la votación. Sólo quedaba la publicación en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía. Algo que se produjo el 25 de octubre de 1984.
-Su trayectoria profesional le llevó después a seguir defendiendo las lagunas desde la Administración, ¿es así?
-Pasé de francotirador a ser el responsable de la gestión. Primero como delegado de Medio Ambiente en Córdoba y luego como secretario general de la delegación. Por este motivo trabajé conociendo la trayectoria y la evolución de todo el proceso reivindicativo de protección.
-Para velar por todas las lagunas se creó el patronato…
-Su creación fue de los primeros pasos que se dieron tras la ley de protección. Fue de las primeras exigencias: que un órgano en el que estuviera representada toda la sociedad ligada al medio ambiente pudiera vigilar la actuación de la administración y colaborar en la gestión.
-¿Se ha hecho lo suficiente?
-Se ha hecho bastante. Nunca es suficiente. El ritmo de los proyectos siempre nos gustaría que fuese más rápido. Pero aquello que se consiguió en los años 70 fue el principal logro dado que estaban abocadas a su final.