Paul vs. Tyson, un ‘atentado’ de 80 millones de dólares contra el arte del boxeo
El boxeador más famoso de todos los tiempos, con la salvedad de Muhammad Ali, se volverá a subir al ring en una pelea profesional que ha despertado un gran interés mediático. Lo hará en la madrugada del viernes al sábado en el AT&T Stadium de Arlington, Texas, frente a Jake Paul, estrella de las redes sociales metido a luchador (la velada arranca a las 02:00 AM; el combate estelar sobre las 05:00 hora peninsular).
La culpa de este atentado contra el noble arte del boxeo la tienen 80 millones de dólares, la astronómica bolsa que ambos púgiles se repartirán en una velada que sí cuenta con combates serios y que retransmitirá Netflix sin ‘pay per view’ para sus casi 300 millones de abonados en todo el mundo, lo que garantiza una audiencia sin apenas precedentes.
Y no será un combate de exhibición, sino uno oficial en la división de los pesados que contará el ranking de ambos. Así ha sido gracias a que el Departamento de Licencias y Regulación de Texas ha sancionado la pelea. Poco ha importando que Tyson tenga 58 años, problemas de salud y haga 19 de la última vez que se subió a un ring en una pelea profesional, cuando Kevin McBride lo noqueó confirmando que su carrera estaba concluida. Un hombre de 58 años no debería ser autorizado por una comisión atlética para pelear en un ring. Además, el mito de los años 80 y 90 acarrea una grave úlcera estomacal que hizo aplazar este circo mediático, previsto para el pasado 20 de julio.
Conscientes de estas circunstancias, la pelea contará con tres salvedades respecto a los combates habituales. La primera es que se ha pactado a 8 asaltos, cuando lo normal son diez o, como en las de título, doce. La segunda es que los asaltos no durarán tres minutos cada uno, sino dos. Estas circunstancias favorecen a Tyson, que no cuenta con un estado de cardio como el de un joven de 27 años. Si se llega al límite, serán 16 minutos de pelea frente a los 30 o 36 habituales. Por último, usarán guantes grandes, de 14 onzas de peso, cuando los pesos completos pelean con 10 onzas, mucho más pequeños y, por tanto, peligrosos. Los guantes de 14 onzas se usan para entrenar en sesiones de ‘sparring’, pero no para combates oficiales. Llama poderosamente la atención que las autoridades hayan dado su visto bueno. Si hay que aplicar estas excepciones quizás signifique que la pelea no debe darse.
El público general puede pensar que ‘Iron’ Tyson machacará a este ‘youtuber’ metido a boxeador. Cabe, desde luego, la posibilidad de que el excampeón le conecte uno de sus terribles ‘uppercut’ y lo siente en la lona, pero la diferencia de edad es enorme: 31 años a favor de Paul. La última vez que Tyson peleó, la estrella de las redes sociales tenía ocho años de edad.
Jake Paul sabe boxear. Tiene once peleas oficiales y ganó diez, aunque es cierto que no fueron contra auténticos boxeadores, salvo la que perdió. Esta derrota se la infligió Tommy Fury, medio hermano de Tyson Fury, el excampeón de los pesos pesados. Y el pequeño de los Fury es un segundón del peso crucero. Si Jake Paul peleara de verdad, contra boxeadores de su peso en activo, difícilmente pasaría del primer asalto. Por eso lo hace frente a luchadores de MMA o, como en este caso, con un anciano del boxeo.
Cabe la posibilidad de que haya un pacto tácito para repartirse los millones -que están garantizados- y no hacerse demasiado daño, pero cuando se ente entre las dieciséis cuerdas, no se sabe cómo saldrá. Todas las hipótesis son malas: un joven en su mejor momento físico golpeando a un hombre de casi 60 años; una gloria del boxeo que conserva poder en su puños noqueando a un youtuber; o una pantomima por y para el ‘show business’.
Organizado por Most Valuable Promotions (MVP), la promotora del propio Jake Paul, la velada contará con dos peleas por el título mundial en la cartelera. La coestelar es el combate femenino más esperado de los últimos tiempos, que medirá en revancha a la campeona indiscutida del superligero Katie Taylor (Irlanda) frente a la puertorriqueña Amanda Serrano. El otro cinturón en liza será el del peso welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) que defenderá Mario ‘el Azteca’ Barrios frente a Abel Ramos, ambos estadounidenses.
Quizás lo único positivo de este circo que veremos en el estadio de los Cowboys de Dallas será que los (y las) boxeadores que arropan a Tyson y Paul recibirán una bolsa notablemente superior a la que habrían en un cartel sin el combate morboso.