«Parece que hay una explosión de enfermedades mentales, pero sólo estaban ocultas»
Bautizarse con un nombre inspirado en una frase del libro de psicoterapia ‘Prisoners of Pain’ (‘Prisioneros del dolor’) del psicólogo estadounidense Arthur Janov -cuyo paciente más famoso fue John Lennon-, fue casi obligarse a hablar de cosas serias durante el resto de su carrera. Y se puede decir que Tears for Fears lo han hecho todo este tiempo, cuarenta y tres años ya, nada menos. Es cierto que veinte de ellos estuvieron inmóviles en el terreno discográfico, entre ‘Everybody Loves a Happy Ending’ (2004) y ‘The Tipping Point’ (2022), pero desde que ganaron el prestigiosísimo premio a la composición musical Ivor Novello por todo su cancionero en 2021, se han venido arriba y quieren volver al club de grandes hit-makers de estadio al que una vez pertenecieron.
Con una ofensiva promocional sin precedentes desde sus tiempos dorados, el veterano dúo británico acaba de publicar su primer álbum oficial en directo, ‘Songs For A Nervous Planet’, con cuatro temas inéditos, que a su vez es la banda sonora de la película-concierto que también acaban de estrenar en cines, ‘Tears For Fears Live (A Tipping Point Film)’, grabada en el pintoresco FirstBank Amphitheater de Graystone Quarry en Franklin (Tennessee). «Con esta película mucha gente va a descubrir lo buenos que somos en directo, no como en el último concierto que dimos en España, en el festival 4Ever de Valencia, que fue el peor de nuestra carrera», dice el cantante y guitarrista Roland Orzabal sin el menor atisbo de estar bromeando.
La idea para hacer el filme surgió, curiosamente, gracias a las grabaciones que sus fans hacían con sus móviles en sus conciertos. «Nosotros sabíamos que dábamos un buen show a todos los niveles, pero nunca nos habíamos visto desde fuera, y al repasar los vídeos que la gente ha estado subiendo a YouTube en los últimos años, nos quedamos bastante sorprendidos. Por eso, cuando nos lo ofrecieron dijimos que sí al instante», cuenta Orzabal. «Además, también sucedió algo que a mí personalmente me impulsó a hacerlo. Un amigo de mi infancia, con el que tuve mi primer grupo, vino a vernos con su novia recientemente. Y al terminar la actuación y encontrarme con él, me miró a los ojos y me dijo: «Tío, sois una banda de clase mundial»».
Teniendo un repertorio de canciones tan colosales como ‘Everybody Wants to Rule the World’, ‘Shout’, ‘Head Over Heels’, ‘Advice for the Young at Heart’ o ‘Break It Down Again’, ya habría que tocar rematadamente mal para no dejar al público tan extasiado como removido por dentro. Porque como decíamos al principio, la banalidad no tiene cabida en el ideario letrístico de un grupo que habló de temas como la salud mental (‘Mad World’), el machismo (‘Woman in chains’) o el empoderamiento femenino (‘Break the man’) antes que casi todos en el pop.
«No creo que sean cuestiones que se hayan agravado desde entonces, de hecho creo que hemos mejorado bastante», apunta el cantante y bajista Curt Smith. «Lo que pasaba antes es que no había tanta gente que fuera diagnosticada con trastornos psicológicos. Ahora, al haber más diagnósticos, parece que hay una explosión de enfermedades mentales, pero puede que no sea así y que simplemente esté aflorando algo que siempre ha estado oculto. De hecho, a más diagnósticos, más tratamientos, lo que nos lleva a un entorno más sano. Cuando yo tenía trece o catorce años desearía haber tenido las ayudas y la comprensión que tienen nuestros hijos con ese tipo de asuntos. Lo que sí tienen bastante peor ellos que nosotros, no obstante, son las expectativas por culpa de las redes sociales. Dejarse llevar por la obsesión por compararse con los demás es algo tremendamente tóxico».
Tampoco dejan margen para la frivolidad en los títulos, como el de ‘Songs For A Nervous Planet’. «Es un buen título para definir la actualidad, pero el mundo no está peor que en otros momentos de la historia de la humanidad», matiza Orzabal. «Somos los suficientemente viejos para saber eso. En realidad, el nombre está cogido del libro ‘Notes on a nervous planet’, de Matt Haig, en el que habla sobre tener una discusión en Twitter con un tipo que está a cinco mil kilómetros. Ahora, leemos las noticias en las redes sociales, y lo que nos ofrecen es polarización. Porque eso es lo que más clics genera. El verdadero problema es que los medios tradicionales se han dado cuenta de eso, y han empezado a reproducirlo. ¿Cómo conseguimos ahora buena información, contrastada y veraz? Es casi imposible, porque siempre te la van a presentar con intenciones polarizadoras. En ese sentido Haig hace una especie de broma en su libro. Dice: «Las noticias sobre salud mental me generan mucha ansiedad». Por eso, la música es en mi opinión, muy importante en estos momentos. La belleza de la música es la evasión más hermosa para escapar de la polarización. Apaguemos los móviles, y dejemos que ella nos guíe».