María Sancho-Arroyo : «Un boom que ya ha terminado es el de los NFTs, gracias a Dios»

María Sancho-Arroyo : «Un boom que ya ha terminado es el de los NFTs, gracias a Dios»





El calendario de las Ferias de Arte no para. Hace unas semanas se celebró Artissima de Turín y la semana que viene le llega el turno a Feriarte en Madrid . Luego, vendrá ArtBasel Miami con la que se cerrará el año hasta decirle hola al 2025 y a la feria más querida y criticada por estos lares, nuestra ARCO . Entre medias, subastas en las principales capitales del mundo… Es evidente que el mercado del arte no descansa y para saber cómo manejarse en él, sea usted un gran coleccionista o uno más modesto. que se inicia en la materia, María Sancho-Arroyo ha publicado ‘¿Inversión o pasión? Una guía para navegar en el mercado del arte’ (Deusto) . La suya es un dilatada carrera que abarca todos los ámbitos. Empieza a trabajar en el Museo d’Art de Catalunya y en el Louvre de París , para luego dar el salto a la casa de subastas Sotheby’s en Londres. — ¿El arte es inversión o pasión como se pregunta en el libro?—El arte como bien de inversión no lo aconsejo. Hay muy poca gente que compre con el único objetivo de revender. Hay que estar a un nivel muy alto, ciertos artistas… Estar muy metido dentro, tener los contactos adecuados. Sí hay gente que lo hace pero son muy pocos y muy especializados. Yo creo que sobre todo lo que hace hace falta es la pasión.— ¿Luego, el arte es pasión y el arte contemporáneo concita todas las pasiones y emociones a tenor de sus precios ?—Sin duda, el arte contemporáneo es lo que mueve el mercado. Es más del 50 por ciento en valor y volumen. En los últimos años lo que se busca son artistas más desconocidos: mujeres, artistas de color, más marginales…— ¿Usted que ha trabajo también en relevantes museos por qué se mira tan mal desde estas instituciones al mercado?—Hay un segmento de la sociedad que critica mucho ese aspecto de ser un artista que vendes… Esta mentalidad de que el artista tiene que ser pobre para crear mejor es una idea romántica. Si quieres vivir de tu arte el museo no te va dar el dinero para poder vivir. Solo te lo va dar el mercado.— ¿A la hora de decir que es arte y que no, quién tiene la última palabra ?—Hay muchos museos que creen que hay una muralla china entre el mercado y ellos. Y es una muralla muy porosa que tiene sus riesgos porque el mercado es como una bestia que se lo toma todo. Y hay que poner unos límites o saber poner unos límites. No hay que pensar que yo soy el bueno y tú eres el malo.— ¿Cuál ha sido el último fiasco auspiciado por el mercado del arte?—Un boom que ya ha terminado es el de los NFTs , gracias a Dios. Estaban mal entendidos desde el principio. NFTS era solo el certificado digital que estaba en un ‘blockchain’ que justificaba que esa obra había sido hecha por tal artista. La obra en sí no estaba en ese ‘blockchain’ sino en la nube. Era arte digital con un certificado digital. Afortunadamente eso fue una burbuja que explotó. Hoy en día, se habla de arte digital. Terreno en el que se hacen cosas muy interesantes. Ha desaparecido la especulación y ahora el arte digital es una categoría más como la pintura, la fotografía…— Muertos los NFTS, ¿quiénes son los nuevos reyes?—En los últimos años lo que se busca son artistas más desconocidos: mujeres, artistas de color, más marginales… porque, lo cierto, es que no estaban en los museos, donde primaban los hombres de raza blanca… A estos sectores se le están empezando a dar más importancia, aunque para equilibrar queda mucho tanto en los museos como en los mercadosSegún los informes más fiables, casi el 50 por ciento de la venta de los artistas procede de las ferias. Luego no es un modelo obsoleto— ¿En este sentido funciona igual el mercado primario (las galerías) que el secundario (las casas subastas)?—El mercado necesita nuevos artistas siempre. El primario tira hacia nuevos nombres y el secundario se dirige hacia nombres del pasado que en su día eran conocidos pero no habían llegado al estrellato. Esta es la última tendencia.— ¿Pese al calendario sin fin de ferias, no son un modelo del pasado?—Según los informes más fiables, casi el 50 por ciento de la venta de los artistas procede de las ferias. Luego no es un modelo obsoleto. La venta ‘online’ está bajando muchísimo. Sigue resultando importante la relación entre galerista y cliente. En las ferias no solo se trata de vender sino de establecer relaciones con todos los agentes que participan en el arte. — ¿Cómo le explica usted a una pequeña galería de las que pueblan nuestro sistema que se recorra el mundo, de feria en feria, qué aguante el tipo?—Es cierto que cuestan mucho dinero y veo que se están reduciendo el número de ferias que hacen cada año. Han subido muchísimo los costes, por eso las grandes galerías son la únicas que lo pueden hacer. Estas megas salas (Gagosian, Hauser & Wirth…), son las que están creciendo porque son las únicas que aguantan el ritmo.— ¿Durante la pandemia se temió por el futuro?—Durante la pandemia de repente se paró todo y todo era qué va a pasar aquí, pero seis meses después hubo un boom brutal porque la gente que más dinero tenía no lo podía gastar; las tasas de intereses estaban muy bajas y entre 2020 y 2022 se dispararon los precios. Había dinero y una oferta muy buena.— Sin embargo, en este momento, el mercado está muy flojito.—En el 23, empezó a bajar porque estamos en un momento muy complicado a nivel mundial y sigue bajando. No hay un ‘crash’, pero ha habido una bajada lenta que no está claro que pare. No obstante, en el último Armory Show los galeristas estaban bastante contentos. Y las subastas de media temporada y de mercado medio se vendió bastante bien con precios apetecibles. Es posible que Estados Unidos esté despegando. Pero Europa, va unos meses por detrás…

Fuente: www.abc.es