Marcos Ruiz lo levanta todo: de una rodilla maltrecha a un oro mundial de 183 kilos
La máxima de caer cien veces y levantarse ciento una se puede aplicar a la perfección a Marcos Ruiz , oro en arrancada y bronce total olímpico en los Mundiales de halterofilia que se disputan en Baréin. Porque el catalán, 28 años, se cuelga este éxito tan brillante después de un año de apagón por una lesión en la rodilla que le costó no participar en los Juegos de París 2024.En este campeonato del mundo ya histórico para el de Molins de Rei pues es el primer hatera masculino español en subir a lo más algo del podio, Ruiz levantó 183 kilos en arrancada, quedó cuarto en dos tiempos con 212 kilos y alcanzó los 395 puntos que le permitieron colgarse el bronce en el total olímpico. Compartió podio con el kazajo Artyom Antropov y el qatarí Meso Hassouna.Por ahora, el mayor éxito de una carrera que ha ido consolidándose en diferentes territorios. Desde el club Molins de Rei en el que empezó de pequeño y en el que David Soria descubrió su potencial con once años; al CAR de Sant Cugat, donde estuvo cuatro años y seis más en el de Madrid. Una progresión que dio sus frutos en la categoría júnior, con una plata mundial y un oro europeo sub-23; y que lo impulsaron después hasta el diploma olímpico en los Juegos de Tokio 2020 (octavo). Sin embargo, Ruiz quiso cambiar de aires tras la cita olímpica y regresó a casa, al club de su ciudad en el que siguió entrenándose con Soria y en el que comenzó a ser quien, además de seguir levantando pesas y sueños, se dedicó a buscar y formar nuevos talentos. Esos que ya quieren ser como él, el mejor haltera masculino español de la historia. Desde hace dos temporadas se entrena en el CAR de León.Pero también ha pasado por caídas, y de las grandes, tanto físicas como emocionales. En mayo de 2018 fue suspendido por dar positivo por testosterona en una prueba realizada el 18 de noviembre de 2017 en la concentración para el Mundial de Anaheim. «La IWF informa que la muestra de Marcos Ruiz ha mostrado un resultado analítico adverso para la testosterona (Agentes Anabolizantes S1.1). Como consecuencia, el deportista ha sido suspendido provisionalmente en vista de una posible violación de las normas antidopaje. En cualquier caso en el que se determine que el deportista no cometió una infracción de las normas antidopaje, la decisión pertinente también se publicará. La IWF no hará más comentarios sobre el caso hasta que se cierre«, indicaba el mensaje de la Federación Internacional de Halterofilia. No obstante, en la prueba que le realizaron antes de la concentración, el 9 de noviembre, y la que le realizaron en la previa de la competición (quedó octavo), el 3 de diciembre, dio negativo. Por lo que, después de una investigación y la petición de la prueba B, no se encontraron pruebas en su contra y aquel positivo fue anulado dos meses después.Pero dejó huella en el atleta, al que le quitaron la beca y lo apartaron durante el tiempo de la investigación. Toda esa rabia de no poder defenderse ante lo que él consideró una injusticia la encauzó en los entrenamientos y después de la absolución volvió con toda su fuerza al deporte. En 2021, bronce europeo en dos tiempos; en 2022, una plata y dos bronces en el Europeo de Tirana; un oro y una plata en los Juegos del Mediterráneo, y una plata en arrancada en el Mundial de Bogotá. Un palmarés que daba continuidad a una época dorada de este deporte para España, con Lydia Valentín como punta de lanza. La leonesa destacó en campeonatos del mundo, con cinco oros, dos platas y cinco bronces; y también en Juegos Olímpicos, con el oro de Londres 2012, la plata de Pekín 2008 y el bronce de Río 2016. También Josué Brachi sumó recompensas a la vitrina nacional con un bronce mundial en 2018. Antes que ellos, también brillaron Sandra Gómez, con seis medallas mundiales en 1987 y 1988 (dos platas y cuatro bronces); María Dolores Martínez (plata y bronce); Mónica Carrió (plata y bronce), Lorenzo Carrió (bronce) y Gema Peris (bronce).Pero en pleno despegue, llegó la cara negra del deporte: las lesiones. Una rotura del 70 % del tendón del cuádriceps de la rodilla derecha lo obligó a estar parado más tiempo del que requería su trayectoria, pues incluso tuvo que ser operado en julio de 2023. La recuperación, ardua y complicada, le supuso un bache también mental. «Hubo momentos en los que pensé que nunca más podría competir y tendría que cambiar de actividad», reconocía en de aquellos momentos en una entrevista en EFE. El proceso fue, sin embargo, lento pero seguro. Con esa espina de no poder optar a clasificarse para los Juegos de París 2024, pero sacada a la fuerza con este oro y este bronce con el que Ruiz se encamina hacia su siguiente sueño, Los Ángeles 2028, con toda la ilusión del mundo y respaldado por este éxito en Baréin.