Marcha histórica en La Línea para exigir ante la Verja un trato singular

Su objetivo: hacerse oír y ponerse en el foco de las negociaciones que desde hace dos años mantienen la Comisión Europa y España con el Reino Unido para propiciar un encaje de Gibraltar en el espacio Scheguen tras el Brexit, unas conversaciones que están en la fase final y más crítica, momento que ha elegido el regidor del municipio que linda en el Peñón para hacerse oír.

No es casualidad. Tomó la decisión tras el nuevo episodio de tensión diplomática vivido hace unos días, cuando Gibraltar pidió los pasaportes a los españoles que pretendían entrar en Gibraltar, lo que atrapó a miles de trabajadores transfronterizos que tuvieron que aguardar una hora para poder acudir a sus puestos y provocó una retención considerable durante una hora.

Tras una pancarta y gritos de ‘La Línea cuenta, no somos invisible’, la marcha, promovida por el Ayuntamiento, ha partido de la plaza Fariñas, con proclamas como «el pueblo unido jamás será vencido», en dirección a la frontera con Gibraltar para leer un manifiesto. Como previa a la manifestación, el alcalde ha ido manteniendo reuniones con entidades, asociaciones y colectivos de la ciudad, además de repartir octavillas en las inmediaciones de la frontera informando de esta marcha.

Desde el Ayuntamiento se ha calificado la marcha de «histórica» al asegurar que habían acudido a la misma unas 1+-0.00 personas, una manifestación que busca exigir «una respuesta inmediata a los graves problemas que afectan a la ciudad«. De hecho, debido a la gran participación de personas, han tenido que cambiar el recorrido para llegar hasta el punto final programado.

La falta de un acuerdo sobre Gibraltar tras el Brexit en opinión del alcalde «amenaza la estabilidad económica de miles de familias y empresas». «Parece que el punto de entendimiento está cada vez más cerca pero no termina de llegar», ha lamentado Juan Franco, quien ha recordado que La Línea es «el reflejo directo de lo que pasa en Gibraltar», por lo que ha reclamado que se tenga en cuenta «la especial situación» del municipio en este acuerdo.

Miedo a un colapso en la Verja

Cabe recordar que el pasado 9 de octubre se producía una nueva reunión del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, con alcaldes del Campo de Gibraltar, Junta de Andalucía, Diputación de Cádiz y Mancomunidad de Municipios para informar sobre la situación en la que se encuentran las negociaciones sobre el Peñón, en la que, de momento, no se ha llegada a ningún acuerdo.

Tras esa reunión, el propio alcalde señaló que veía «altamente improbable» alcanzar un acuerdo sobre Gibraltar antes del 10 de noviembre, vaticinando con ello «un colapso circulatorio brutal» en la Verja debido a la implantación de los controles biométricos de obligado cumplimiento por la Unión Europea en territorios del espacio Schengen.

«En los últimos ocho años, porque parece que es que el Brexit fue ayer, no se han tomado medidas excepcionales para esta parte del territorio nacional por parte de nadie», afirmó recientemente el alcalde de La Línea, que ha trasladado su hartazgo por llevar todos estos años pidiendo inversiones en infraestructura, educación, en planes de empleo y en una fiscalidad especial.

Desempleo y abandono escolar

Esta localidad gaditana, con un elevado índice de desempleo y de abandono escolar, y con la lacra del narcotráfico y el contrabando que lamentablemente viene soportando históricamente, depende económicamente de Gibraltar. La mayoría de los alrededor de 14.000 trabajadores transfronterizos residen en La Línea, una ciudad sin industria y con un reducido término municipal. Soporta además las largas retenciones de vehículos que se producen para entrar a Gibraltar a través de la Aduana.

Según acordaron España y Reino Unido el 31 de diciembre de 2020 en el denominado Acuerdo de Noche Vieja, el objetivo es derribar la Verja y crear un espacio de prosperidad compartida que garantice un tránsito fluido de personas y mercancías a ambos lados.

De no lograrse el tratado, los controles en la Aduana se endurecerán y quienes más se resentirán serán los trabajadores transfronterizos y la economía de La Línea, cuyo sector servicios y hostelero depende en buena parte de la colonia británica. Se teme un éxodo masivo y una debacle como la que se vivió en 1969 cuando el general Francisco Franco ordenó el cierre de la Verja.

El otro objetivo de esta manifestación es exigir al Gobierno central un Plan B si finalmente no se firma el tratado ya que los controles se endurecerán en el recinto aduanero al no formar parte el Peñón del espacio Schengen. Gibraltar ya tiene listo un plan de contingencia con Reino Unido por si finalmente no se firma un tratado. Juan Franco exige al Gobierno de España lo mismo para La Línea.