Los toros le fallan a Robleño en su confirmación en noche de La México
Los toros y la fe confluyeron en la noche de este sábado en Plaza La México. Y es que el ruedo se intervino con un tapete de aserrín, por el cual transcurrió la procesión de la Virgen del Rosario, acompañada por la luz de las velas que sostenían los asistentes a la tradicional Corrida nocturna de Las Luces. Asistieron aproximadamente 15.000 personas.
El cartel fue conformado por los matadores mexicanos Arturo Saldívar, y Diego Sánchez, así como el torero español Fernando Robleño, quien confirmó alternativa.
Robleño llegó al recinto de la colonia Nápoles tras una larga trayectoria como matador y tras convertirse en torero predilecto de los aficionados, especialmente de los de Las Ventas, donde el diestro acumula dos puertas grandes, once orejas y doce vueltas al ruedo.
En México Robleño ya había toreado en Querétaro y Aguascalientes. Su más reciente comparecencia en el país fue en San Francisco de los Romo, en el estado de Aguascalientes.
Fue la segunda ocasión en la historia de «La México» para la llamada Corrida de las Luces, cuyo origen es un festival taurino que se celebró en Ecuador durante décadas, en honor a la Virgen de la Esperanza de Triana en la plaza de toros ‘Belmonte’ en la ciudad de Quito.
Robleño abrió el ruedo al enfrentar a Cantaranas, de la ganadería San Rafael, un toro de 484 kilos y embestida limitada, al punto que generó cierto malestar entre la afición ya que el madrileño necesitó de dos estocadas para concretar la faena. Recibió aplausos en el arrastre.
Luego llegó el turno del mexicano Arturo Saldívar, quien enfrentó toros de Fernando Lomelí y de Los Encinos. En ambos casos estos exhibieron buena forma pero en el primero el matador se mostró un tanto acelerado y recibió un llamado de atención en tanto que en el segundo de su lote, un toro muy templado, tampoco estuvo fino y desaprovechó lo que en principio pintaba para una oreja.
El segundo toro de Robleño fue Templario, de la ganadería Santa Inés, un toro mediocre, sin demasiada clase lo cual se congenió con una espada errática por parte de Robleño que devino en un llamado de atención y el silencio esperable del final. En este caso el toro fue disperso y no le dio oportunidad al diestro de hacer una maniobra digna de ser recordada. De hecho, muy poco pudo hacer Robleño con un toro sin recorrido ni transmisión.
Finalmente, el mexicano Diego Sánchez enfrentó a los toros de Villa Carmela y Santa María de Xalpa. No tuvieron buena embestida aunque el matador tuvo mejor recepción con la afición, especialmente con el segundo de su lote, con el cual Sánchez tuvo una faena correcta aunque no demasiado vistosa. No le alcanzó para oreja.