los otros ojos policiales que sobrevuelan Córdoba
El dron se cuela donde no llega un policía. En una de las últimas entrada y registro por tráfico de drogas en Córdoba este dispositivo de cuatro brazos, que mide poco más de una cuarta y apenas pesa 250 gramos fue capaz de pasar al salón de la casa de los traficantes por una ventana entreabierta. Mientras, otro de un metro de envergadura sobrevolaba el barrio en un ‘360º’ para evitar la fuga de los narcos.
Los drones son ya una herramienta indispensable para la labor diaria de la Policía Nacional que ahora ha reforzado su uso. «Es rápido, seguro y mucho menos costoso que cualquier otro medio aéreo: hemos calculado que una hora de helicóptero supera los 10.000 euros, y es justo lo que cuesta uno de estos drones de alta precisión», reconoce a ABC Sergio Palacios, el responsable en Córdoba de la Unidad Aérea de la Policía Nacional con sede en Sevilla.
Uno de los últimos vuelos de este dron fue durante el partido España-Serbia en el Estadio del Arcángel. El dron da una visión precisa a tiempo real de hacia dónde se mueve la masa, si hay aglomeraciones y es capaz de dar información suficiente para evitar posibles avalanchas. «El dispositivo del pasado martes fue solicitado por Seguridad Ciudadana en el entorno del Estadio del Arcángel por el encuentro España-Serbia por si hacía falta levantar el dron, para ver para donde va la masa; si hay estampida, además del sistema antidrón que usamos en ese mismo dispositivo por si hay un dron intruso poder evitar que sobrevuele sobre personas sea una amenaza para el orden público», cuenta el responsable de esta unidad áerea.
Como ejemplo, en la Feria de Córdoba el dron permite en los días de botellón cuando se concentran miles de jóvenes detectar que algo va mal, porque desde arriba, «si vemos que se produce un círculo con espacio en torno a una persona -eso está comprobado- es que hay una emergencia médica. Puede ser desde un desvanecimiento por el calor a un coma etílico. El dron da esa información y permite a su vez llegar con los servicios médicos de forma segura y geolocalizada», explica Palacios, este piloto de drones especialista en medios aéreos. El apoyo de estos drones es vital también en operaciones de estupefacientes o Feria.
La Unidad Aérea de la Policía Nacional tiene dos funciones específicas. La primera de ellas sobre el uso de estos drones para esas operaciones policiales y la segunda que tiene que ver con la seguridad y protección aéreas, es decir, evitar que se introduzca en el espacio aéreo protegido una aeronave de estas características.
El uso de drones por parte de la Policía Nacional también es disuasorio. En estos casos, los agentes usan este dispositivo de apoyo a las patrullas de seguridad ciudadana, para disuadir «en el caso del dron denominado ‘Matrix 350’ de un metro cuadrado de área, y con las luces, al subir y desplazarse eso impone», relata Palacios.
El responsable de este aérea explica a ABC que entre los cometidos de esta unidad policial están las labores de «supervisión del espacio aéreo tanto de operaciones que están autorizadas, en las que pedimos documentación, permisos y para frenar o abortar otras operaciones que no están autorizadas y que ponen en peligro a la ciudadanía o al patrimonio».
De este tipo de episodios en los que la Policía Nacional ha tenido que intervenir drones se han registrado cuatro casos en lo que va de año. «Normalmente son turistas que desconocen la norma, que no tienen seguro, no saben que no se puede volar, porque quizá en sus países de origen las normas son distintas», reconoce Palacios.
Dentro del sistema antidron en la Policía cuentan con dos dispositivos: uno que es el Aeroscope, capaz de detectar dónde está el dron y la controladora y que ofrece a tiempo real un mapa como el de ‘Street View’ y te dice dónde está el piloto y dónde el dron, identificando qué tipo de dispositivo y del recorrido que ha hecho con sus coordenadas. «Esto sirve también para cuando lo cazamos y propongamos para sanción podamos ofrecer este recorrido que ha realizado el dron por ejemplo sobre una zona que está protegido aeroportuariamente. El paso siguiente es la inhibición con la ‘Sendes’, que es el dispositivo en forma de escopeta que inhibe la señal electromecánica entre el dron y la controladora.
El dron entonces al entrar en ese haz de ondas se queda sin señal y el aparato se queda suspendido en vertical. «En este punto puede pasar que se quede sin batería baja de forma controlada, si tiene batería podemos hacer dos cosas, quitar el comando y vuelve a esta base que tengo en la mano, pero lo que hacemos es un ‘return to home’ del aparato, del dron a donde está su controlador, el piloto del dron. Si vemos a una persona con un aparato de control remoto en la mano y mirando arriba y abajo buscando su dron, es él, lo hemos cazado», añade este agente-piloto.
En lo que va de año ya se han detectado cuatro drones intrusos. Los cuatro han sido turistas procedentes de Dubai, Francia (nacionalidad serbia), uno en plena cabalgata de los Reyes Magos que era de Costa Rica y por último, un alemán. Quizá el que más se recuerde fue el ciudadano chino que estrelló el dron contra la torre de la Mezquita-Catedral pero eso fue el año pasado. El uso que hacen del dron es recreativo, es decir, es para hacer fotos o vídeos y subirlo a Instagram… pero cuentan con los permisos pertinentes no se pueden usar.
«Hay que saber que el desconocimiento de la Ley no exime de su cumplimiento. En estos casos, la Ley de Seguridad Aérea es muy restrictiva y la sanción puede estar en la horquilla de los 3.000 a 6.000 euros de multa», explica Palacios. Esas sanciones son elevadas a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) que a su vez ofrece en su página «Enaire drones» de uso público donde muestra qué zonas están prohibidas en un lugar determinado en el uso del dron y cómo solicitar el permiso para volar uno de estos dispositivos.
En la capital, prosigue Palacios, hay la proximidad del Aeropuerto de Córdoba -ahora aún más con la reincorporación de los vuelos comerciales de Gran Canaria y Las Palmas- se ha restringido mucho más el espacio aéreo. Otra zona a tener en cuenta es el helipuerto de Reina Sofía, y otra zona más restrictiva que son los Sotos de la Albolafia, zona Mitecto (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfic) está protegida.
Unas de las últimas comunicaciones que recibimos por ejemplo fue durante el rodaje del programa de ‘Planeta Calleja‘ y por otro, del Cabildo de la Catedral para grabar las obras en la Macsura. Es decir, volar se puede pero siempre que se haga en tiempo y forma, con seguro, certificado y coordinación aeroportuaria. «No dejamos de hacer operaciones, pero el turista que viene no está enterado», recuerda.
En la Sierra de Córdoba, por ejemplo, en los Baños de Popea, dentro de la demarcación de la Guardia Civil habría que pedir permiso al equipo Pagasus y a la Junta de Andalucía. En cambio, en Cerro Muriano, por ejemplo, por ser zona militar no se puede. En Córdoba, a diferencia de otras provincias hay muchos círculos concéntricos restrictivos por lo que los permisos son imprescindibles para alzar el vuelo.