Los arroceros de Sevilla inician la cosecha «a tope» después de las últimas lluvias y tras dos años muy difíciles
SEVILLA 22 Oct. (EUROPA PRESS) –
Los arroceros de las marismas del Guadalquivir han empezado «a tope» esta semana su cosecha después de dejar unos días que se seque el grano tras las primeras lluvias de otoño, según ha explicado el presidente de la Federación de Arroceros de Sevilla, Mauricio Soler, que ha recordado que el año anterior no se pudo sembrar nada y el anterior solo el 30% de las hectáreas disponibles por falta de agua.
Este año ha sido diferente, las lluvias de mayo ayudaron a que los arroceros sembraran, entre finales de mayo y principios del mes de junio, el 68% de la superficie disponible. Esta siembra fue posible después de saber que la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) les otorgaba una dotación de dos tercios de la totalidad de agua máxima que pueden obtener, esto es, 264 hectómetros cúbicos.
«Con 200.000 toneladas en la provincia de Sevilla, en ambas márgenes, al menos pagaríamos o cubriríamos los costes de producción del arroz», subrayó entonces Soler, quien ha asegurado ahora que las primeras lluvias de otoño han emparejado la cosecha, tanto los arrozales tempranos como los tardíos, y «ya está todo para cosecharse».
En cuanto a la humedad, uno de los parámetros más importantes en su recolección, ha indicado que está llegando del campo a 17 grados y después de «un pase por el secadero» se quedan en 14 grados, humedad óptima para almacenarlo.
En cuanto a la previsión de kilos cosechados, la incertidumbre continua teniendo en cuenta que «las condiciones no han sido las mejores». «Hemos tenido una media de dos gramos de sal por litro en las zonas intermedias, situación que el arroz ha estado sufriendo toda la campaña. Además, estas lluvias y los vientos han tirado parte de la cosecha al suelo y, ahora, si está revolcado, la máquina no lo puede coger con tanta facilidad». «Al menos esperamos poder coger lo suficiente como pagar los gastos y ganar algo», ha subrayado.
En cuanto al nivel de empleo, Soler apunta que, en una campaña normal, se llega a los 5.000 puestos de trabajo, por lo que, en esta, imagina que estará por «4.000 y pico». «Aunque se haya sembrado el 68% de la superficie, hay personal que se necesita sí o sí, ya sea con la superficie total sembrada o con solo una parte de la tierra», ha explicado.
Asimismo, el sector arrocero sevillano siempre llama la atención sobre la capacidad de «devolver cristalina el 75% del agua que capta con materiales en suspensión», lo que les convierte en «un filtro del río», además de ser «la despensa de Doñana» ayudando a su diversidad de flora y fauna.