«Llamé a la Policía para decir que la cabeza era yo»
Los vecinos de Gijón estuvieron una noche en vilo después de leer en ‘El Comercio’ una noticia de esas que hielan la sangre: una mujer había llamado a la Policía para avisar de que había visto una cabeza en el agua del río Piles. Inmediatamente las autoridades abrieron un cordón de seguridad y se pusieron manos a la obra para localizar esa supuesta testa y, en caso de hallarla, el resto del cuerpo. Durante toda la noche, el operativo se ponía en marcha, mientras la alarmante noticia saltaba a los medios de comunicación nacionales. Pero el giro de guión llegó en forma de una llamada de teléfono a la comisaría.
«Soy la cabeza, pero también tengo cuerpo. Que lo sepa la mujer que llamó a la Policía porque vaya miedo que debió de llevar la probe». Así fue cómo Borja Suárez, el dueño de esa cabeza y del resto de su anatomía, le explicaba a los agentes que la denunciante se había equivocado totalmente.
Y es que, en realidad, esa cabeza no era más que él mismo intentando tomar aire mientras luchaba contra la corriente del Piles. Suárez se había tirado al agua para rescatar a su perra, que se había tirado y no podía regresar a la orilla. Como muchos otros dueños de una mascota, él no pensó en su propia seguridad sino en la del can y no dudó en lanzarse al agua. Lo rescató y se marchó a su casa, empapado, aterido de frío y notablemente cansado por el esfuerzo, pero contento por haber salvado a su mascota. Obviamente no sabía lo que estaba pasando y cómo su cabeza se había convertido en un tema que acumulaba todo tipo de teorías.
«No me enteré de nada hasta por la mañana. Cuando lo leí en ‘El Comercio’, quedé asustado y llamé a la Policía para decir que la cabeza era yo y que sentía muchísimo el malentendido que se había formado…», asegura al periódico que le dio, sin él saberlo, unas cuantas horas de fama: fue el hombre más buscado de todo Gijón.
«No me enteré de nada hasta por la mañana. Cuando lo leí en ‘El Comercio’, quedé asustado y llamé a la Policía para decir que la cabeza era yo y que sentía muchísimo el malentendido que se había formado»
Borja Suárez
Dueño de la cabeza supuestamente perdida
Lo que realmente pasó fue lo siguiente. Suárez, de 48 años y pintor de profesión, estaba paseando con su perra Mía cuando esta se tiró al río (como tantas otras veces) a coger una botella que arrastraba la corriente. La bajada del agua venía fuerte y el animal no podía salir, así que su dueño se lanzó al agua para rescatarla.
Paralelamente, mientras él pugnaba por respirar y nadar, la vecina sólo vio una cabeza que identificó como de un hombre «porque tenía barba». Con esos pocos datos, llamó a la Policía para que efectuaran las pesquisas oportunas, hasta que finalmente se resolvió el misterio con una llamada del propio Suárez.
El suceso se ha quedado en una anécdota sin más, que todos los protagonistas se han tomado con cierto sentido del humor. No en vano, todos los involucrados en esta rocambolesca historia se encuentran bien y ninguno ha perdido (ni literal ni figuradamente) la cabeza.