Las renovables se convierten en la primera fuente de electricidad en España por primera vez en la historia
El pasado año fue uno de récord para las energías renovables en España, pues por primera vez alcanzaron el hito de superar durante doce meses consecutivos al resto de fuentes de energía en producción de electricidad. Al final de 2023 el saldo era favorable para la electricidad verde en un 50,4%, según se desprende del Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables elaborado por Deloitte para la patronal del sector, APPA Renovables.
Y tan importante como esto es el dato del ahorro económico que esto supuso. Las renovables son más baratas y, muy importante, debido al sistema de casación de precios empujan a la baja el precio global de la electricidad, ya que entran en la subasta de Red Eléctrica a precio cero por ley. Sumémosle a esto el hecho de que los costes marginales (lo que cuesta producir una unidad adicional) de producción de este tipo de electricidad son relativamente reducidos -inferiores a los de las fuentes que necesitan combustibles fósiles-, y ahí está la razón del efecto a la baja sobre la factura final.
Según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, en 2023 el precio medio spot (costo marginal) español se situó en 87,10 €/MWh, mucho menos que los 67,53 €/MWh de 2022. Dicho de otro modo, fueron 12.745 millones de euros de ahorro para el sistema eléctrico, 9.575 millones de euros en términos netos (un 41% más que en el año precedente). Hay un matiz muy importante, y es que sin la presencia de las energías renovables en la matriz eléctrica, APPA calcula que el precio promedio del mercado en 2023 habría sido de 142,60 euros/MWh en lugar de los 87,10 euros/MWh que se pagaron.
Pero no acaba ahí la explicación del ahorro, porque también hay que tener en cuenta que las renovables evitaron la importación de 25 millones de toneladas equivalentes de petróleo (por 21,4 millones en 2022), «lo que supuso un ahorro de 15.622 millones de euros en importaciones fósiles», explica APPA en su informe. A su vez, continúa, «el uso de renovables en nuestra matriz energética evitó la emisión de 66,9 millones de toneladas de CO2, lo que implicó un ahorro de 5.586 millones de euros en derechos de emisión».
Estos datos acercan los objetivos que se marcó el Gobierno en la última actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2023-2030 (PNIEC), que fue aprobada en 2023. Dicho plan prevé elevar la participación de las energías renovables en la generación eléctrica total para llevarla hasta el 81% en 2030 y que el 90% de este incremento proceda del aumento de la capacidades eólica y solar. Los efectos benéficos de este proceso no son solo de tipo medioambiental; por ejemplo, el Banco de España estimó recientemente que el precio medio de la electricidad en nuestro país podría reducirse hasta en un 50% en 2030 si se cumple lo que está previsto en el PNIEC.
Los retos: más almacenaje y autoconsumo
En la presentación del informe esta mañana, el presidente de APPA Renovables, Santiago Gómez Ramos, ha incidido en la valoración positiva del plan PNIEC, aunque ha destacado los retos a los que se enfrenta, entre estos «el desequilibrio entre oferta y demanda y el desequilibrio entre tecnologías», ha dicho. «Si no avanzamos en el desarrollo del almacenamiento energético, la flexibilidad en la demanda y la búsqueda de un mix renovable equilibrado, lo que vivimos en abril (precio eléctrico mensual más bajo de la historia) podría convertirse en tendencia», reflexionó Gómez Ramos.
Sobre esto último, no hay que olvidar que en 2023 los precios de la electricidad aumentaron su volatilidad respecto al año anterior (del 15,5 % de 2022 al 37,4 % de 2023) debido a la mayor producción a partir de fuentes de energía renovable.
Como ya explicó ABC, los costes de la eólica y la solar no están ligados a las fluctuaciones en el mercado de ninguna materia prima, pero sí a las contingencias meteorológicas. Además, en nuestro país falta capacidad de almacenamiento de energía de este tipo, lo que hace que los precios sean significativamente distintos en función del período del año y el tramo horario.
En su intervención, el presidente de la Asociación se refirió a la necesidad de potenciar el autoconsumo y e impulsar la eficiencia energética, medidas «ambas que reducen la demanda eléctrica de forma efectiva», ha dicho. Según el informe, en 2023 el ritmo de instalación de nueva capacidad se mantuvo firme, con la fotovoltaica para venta a mercado como protagonista, pero hubo retrocesos en autoconsumo y energía eólica, y sigue faltando capacidad de almacenamiento. En concreto, el ritmo instalador sufrió una leve desaceleración, mientras la fotovoltaica para venta a red instaló 1 GW más que el año precedente, el autoconsumo disminuyó un 27% su potencia anual instalada y la eólica redujo su instalación a la mitad respecto al año precedente.