Las necesidades humanitarias de menores, en máximos históricos

Las necesidades humanitarias de menores, en máximos históricos







Las necesidades humanitarias de los menores llegan a máximos históricos. Al menos 213 millones de menores van a necesitar ayuda humanitaria en 146 países y territorios diferentes, «un número asombrosamente alto». Así lo estima UNICEF en su informe de Ayuda Humanitaria para la Infancia 2025, en el que pide casi 100.000 millones de euros para satisfacer las necesidades globales de sus programas humanitarios en 2025. 

«En los últimos años hemos visto cómo las crisis humanitarias se están alargando en el tiempo. Hay países donde conviven muchas crisis como el Sahel, que sufre sequías, desnutrición, conflictos, desplazamientos… Todo esto va aumentando las necesidades. Y eso combinado con una reducción del financiamiento en los últimos años es una coctelera bastante peligrosa», declara a RTVE.es la especialista en emergencias de UNICEF España, Lorena Cobas. «Lamentablemente, ya no vivimos en un mundo en el que ocurre una emergencia puntual, se acaba y puedes empezar a trabajar en el desarrollo. Vivimos en un mundo en el que muchos países viven constantemente en crisis humanitaria», alerta. 

Vivimos en un mundo en el que muchos países viven constantemente en crisis humanitaria

Según el informe, «más de 460 millones de niños, niñas y adolescentes viven o huyen de conflictos devastadores en lugares como la República Democrática del Congo, Haití, Líbano, Myanmar, el Estado de Palestina, Sudán o Ucrania».

Lugares donde los menores son heridos y asesinados en sus propios hogares y comunidades y donde sus escuelas y hospitales son atacados. El acceso a los servicios básicos, como salud, agua, nutrición, educación y protección se convierte en una misión casi imposible. 

Los 9,9 millones de euros que pide UNICEF irán destinados al acceso al agua, al saneamiento y a la higiene, así como a la nutrición, educación y atención sanitaria, entre otros. Al menos 172 millones de personas, incluidos 109 millones de niños y niñas, serán beneficiadas. La ayuda también llegará, dentro de esos 172 millones, a 96,8 millones de mujeres y niñas y a 25,9 millones de personas con discapacidad.

«Estamos en una situación muy grave a nivel mundial»

Según UNICEF, hay regiones que se enfrentan a contextos humanitarios más graves que otros. «La zona del Sahel es especialmente grave. África occidental también. En Asia hay conflictos de larga duración en Siria o en Yemen y escaladas de violencia en la Franja de Gaza y en Líbano. También estamos viendo conflictos en Europa», dice Cobas, que añade que «la situación es muy grave a nivel mundial«. 

Sudán sufre la mayor crisis de desplazamiento infantil del mundo. En Gaza, ha regresado la polio 25 años después de desaparecer y la salud mental de los niños está muy deteriorada. En Latinoamérica la violencia armada y los flujos migratorios provocan una pobreza multidimensional, impidiendo a la infancia el acceso a la educación, la sanidad, el agua y el alimento.

«Estamos viviendo conflictos de muy larga duración en países en los que el derecho internacional humanitario no se está cumpliendo. Todas, o casi todas las graves violaciones contra la infancia, que son atacar escuelas y hospitales, asesinar, mutilar, secuestrar, utilizar a niños en grupos armados… se están cumpliendo», denuncia Cobas. Estas situaciones tan extremas llevan a las familias a «perder sus recursos y a recurrir a estrategias negativas de afrontamiento, como puede ser comerse las semillas porque no tienen otra comida y el año que viene no tienen nada que plantar. Esto va empeorando la situación», añade. 

Gustavo Suárez Pertierra. UNICEF

El año pasado, los países en los que UNICEF destinó más fondos fueron Afganistán, Sudán y República Democrática del Congo, según datos de la organización. La especialista de UNICEF denuncia que estas regiones «reciben menos fondos» porque «no salen en los medios».

El cambio climático, un factor clave

Más de mil millones de niños (casi la mitad de todos los menores del mundo) viven en países que corren un riesgo extremadamente alto de sufrir los efectos del cambio climático, según la organización. Las fuertes sequías y olas de calor y las tormentas e inundaciones cada vez más intensas, así como la contaminación del aire y las enfermedades afectan al suministro de alimentos y agua potable. 

«La mayoría de los países que están en mayor riesgo de incidencias meteorológicas extremas son países en crisis. No están preparados para afrontar estos eventos extremos. Si no actuamos pronto tanto en revertir en lo posible los efectos del cambio climático como en generar sociedades más preparadas para este tipo de crisis, la situación seguirá empeorando y lamentablemente cada año estaremos repitiendo que las necesidades siguen aumentando», alerta Cobas. 

A finales de 2023, casi 50 millones de menores tuvieron que desplazarse debido a los desastres naturales, los conflictos y la violencia, casi 20.000 cada día. Según cálculos de la organización, pueden estar hasta cinco años de media desplazados, una cuarta parte de su vida lejos de sus hogares y en lugares donde a menudo se les niegan sus derechos básicos.

El sudeste asiático y Asia-Pacífico son las regiones más afectadas por el cambio climático y este año han aumentado significativamente las necesidades humanitarias en la región. A los terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas e inundaciones se suma la violencia entre comunidades y los conflictos, como el de Birmania, en curso desde 2021 cuando el Ejército del país dio un golpe de Estado que sigue provocando desplazamientos a gran escala. 

También Asia meridional, la región con más niños del mundo, sufre las consecuencias del cambio climático, una región con desplazamientos por enfermedades como el dengue y el cólera. «Cuando te enfrentas al conflicto, al desplazamiento, te viene una inundación a empeorar una situación tremendamente frágil. Estamos viendo muchas personas que realmente no tienen ni donde vivir o están en campos de refugiados y de repente tienen un golpe más que les afecta tanto física como emocionalmente», explica Cobas. 

La salud mental y la educación, claves en las crisis humanitarias

La organización recuerda que la salud mental también ha de cubrirse, por lo que pide 1.100.000 euros para el área de Protección de la Infancia. «Parece que una vez está cubierta la alimentación y la salud, todo lo demás está cubierto y no. Los niños tienen que tener todos sus derechos cubiertos«, afirma Cobas. 

Dentro de esos derechos está la educación: «Nosotros siempre decimos que la educación salva vidas. No solo es volver a estudiar, es que el tiempo que están en la escuela están protegidos», afirma Cobas. Jugar, tener tiempo libre, pasarlo bien es algo muy importante también para «poder recuperar esa parte emocional e incluso para hacer un trabajo de reintegración y reconciliación de niños de diferentes comunidades», asegura Cobas. 

En los últimos años, muchas de las crisis han quedado «tremendamente infrafinanciadas». Para que la ayuda sea mucho más estratégica y de calidad, lo que necesitan son «fondos flexibles para que se puedan utilizar donde se necesite, según los datos objetivos de vulneración de derechos de la población», señala Cobas.

Estos fondos también van destinados al desarrollo y a la prevención. «Hacemos un análisis de riesgo en cada país. No es lo mismo los riesgos puedes tener en Colombia que en República Centroafricana. Si el desastre ocurre, nos ponemos a funcionar y después continuamos para volver a encaminar hacia el desarrollo. Porque si haces una atención inmediata y no sostienes, probablemente estés haciendo más daño del que resuelves», lamenta.

Fuente: www.rtve.es