Las empresas se hartan del barullo de la reforma fiscal: «¿Quién invertirá en España si una norma puede cambiar varias veces en una tarde?»
La surrealista reunión de la Comisión de Hacienda del pasado lunes en la que se tumbó en la votación ordinaria buena parte de la reforma fiscal del Gobierno, impuesto a la banca incluido, para resucitarse más tarde, entrada ya la madrugada, no solo con el impuesto a la banca sino también con la puerta abierta a rescatar el impuesto a las energéticas tras una oscura y enigmática negociación política del PSOE con el bloque soberanista formado por ERC, Bildu y BNG, ha terminado de hartar a los sectores bancario y energético , sometidos desde hace meses a un vaivén de amenazas y propuestas inconexas cuyo punto de destino ni siquiera ahora se puede vislumbrar.Con el bloque a la izquierda del PSOE aparentemente convencido para respaldar el proyecto gubernamental, bajo el vago compromiso de un real decreto ley que prorrogaría un año más el gravamen a las energéticas; y PNV y Junts mirando hacia otro lado en tanto no se concreta ese real decreto ley; el impuesto a la banca y la potencial prórroga del impuesto a las energéticas parece depender de la capacidad del Gobierno de convencer a Podemos, que este martes ha deslizado que no morderá el anzuelo que sí han aceptado ERC, Bildu y BNG.Incertidumbre no deseable para la inversiónEl barullo político configura un panorama de incertidumbre e inseguridad jurídica que fuentes tanto del sector financiero como del sector energético coinciden en señalar como perjudicial para la reputación del país. Ante la situación de incertidumbre generada en la tramitación parlamentaria del impuesto a la banca, lo que reina en el sector es la confusión. Fuentes del sector señalan que no saben a qué atenerse con los vaivenes y reveses que sufren los planteamientos del Gobierno, que cambian a cada instante.Noticia Relacionada estandar Si España sube al podio de los países de la UE que más suben impuestos y cae a la cola de la competitividad fiscal Bruno PérezEn este sentido, más allá de las habituales críticas al gravamen, los bancos han salido en tromba a atacar esa incertidumbre. Juan de Villota, director de Asesoría Fiscal de la patronal CECA, ha señalado que «la situación vivida en los últimos días en relación con la aprobación del paquete fiscal está generando una gran incertidumbre y no es deseable para los mercados, los inversores, los agentes económicos… En definitiva, no es deseable para nuestro país ».Alejandra Kindelán, presidenta de la patronal AEB, se ha pronunciado en términos muy similares contra el procedimiento. «Necesitamos procesos ordenados, transparentes, que den confianza a los ciudadanos, los inversores y el mercado», ha destacado, para lanzar una advertencia a continuación: «¿Quién va a invertir en España si no tenemos la necesaria seguridad jurídica, si no conocemos las consecuencia de las normas que cambian en una tarde varias veces ?».A nivel de entidades individuales, Juan Manuel Cendoya, director general de Comunicación, Marketing Corporativo y Estudios del Banco Santander, ha puesto el acento en que «la reforma fiscal que estamos viendo en los últimos días no es el mejor ejemplo para potenciar la atracción de inversión extranjera« y ha incidido en que la reforma »quiebra la seguridad jurídica« y realmente se trata de »un ataque al crecimiento económico y al progreso social«, tal como recoge Ep de su intervención en el Foro Latibex celebrado en el Palacio de la Bolsa de Madrid.Improvisación y falta de transparenciaEstas idas y venidas sobre la aplicación o no del impuesto a las energéticas ha generado malestar entre las compañías del sector , según ha podido conocer ABC en fuentes del mercado. Tras una dura beligerancia presentada principalmente por las petroleras y gasistas, aunque con rechazo masivo por parte de todas las afectadas, las empresas asumieron hace unas semanas que todo volvía a la normalidad.Sin embargo, se ha vuelto a la casilla de salida, aunque con un condicionante que deja tranquilas a las empresas energéticas. Desde Hacienda aseguran que «mantiene su acuerdo con Junts para no gravar a las empresas energéticas que mantengan su compromiso efectivo de inversión para la descarbonización», una situación que ‘de facto’ deja el impuesto sin valor real si finalmente hay algún tipo de votación, y termina saliendo adelante.Noticia Relacionada estandar No Garamendi advierte de la «inseguridad jurídica» de los bandazos de la política fiscal del Gobierno S.E. Resalta que las empresas están «más que a la altura» con su respuesta a la DANA en ValenciaEn todo caso, la indignación se ha instalado en el ámbito energético . Diversas fuentes del sector estiman que la negociación parece estar improvisada y que, además, empieza a haber una notable falta de transparencia. Sobre todo, en un escenario donde hay grandes necesidades de inversión y se deben hacer planes a largo plazo.Una vez más, el sector ha criticado el fondo del impuesto, más allá de la forma. El directivo de la CECA ha recordado que que el impuesto tendrá «efectos perniciosos» no solo sobre la banca y su capacidad de financiación sino también sobre el conjunto del país. «La banca viene contribuyendo de manera sustancial al sostenimiento de los gastos públicos y lo seguirá haciendo, pero debe hacerlo en unas condiciones de equidad, de igualdad y homologables a otros sectores de actividad y otros competidores a nivel europeo», ha añadido.La presidenta de la AEB ha seguido una línea muy similar en las críticas al fondo del gravamen ya que considera que «es un ataque al crecimiento económico y al progreso social de nuestro país». Y seguidamente ha expresado que el impuesto llegará en un momento en que las autoridades y organismos internacionales les están pidiendo más «confianza, seguridad y fortaleza». Ha hablado, además, del «señalamiento» que esto supone para el sector.La ofensiva de las entidades, así, ha ido ‘in crescendo’ en las últimas semanas hasta desembocar en un ataque frontal tras otro contra las políticas del Gobierno, aunque en el sector se lamentan porque podrían quizás haber hecho más antes para intentar evitar el golpe. Pese a todo, la banca sigue pensando en la posibilidad real de que los equilibrios parlamentarios den al traste con todo.