Las claves de la nueva negociación para la senda de déficit
El Gobierno de Pedro Sánchez se preparaba esta semana para afrontar una nueva votación en el Congreso que, a todas luces, hubiese sido fallida con los diputados en contra de PP, Vox y Junts. Este pasado jueves estaba previsto votar la senda de déficit, paso previo a la presentación de los Presupuestos Generales del Estado, pero 48 horas antes el Ejecutivo dio un golpe de efecto y retiró la tramitación de la senda para seguir negociando, ganar tiempo y tratar de armar la mayoría suficiente para sacarla adelante.
Las reacciones se sucedieron en cadena y todo cambió: Junts se abría a negociar con una nueva propuesta de senda, pero eso provocaba una onda expansiva ya que el bloque de socios parlamentarios decía que todo empezaba de cero «con todos». El PP volvía a cargar contra un Gobierno «agónico» por su debilidad parlamentaria dando por «muerta» la legislatura.
Todo ello, mientras la guerra entre Junts y ERC se recrudece por momentos con un duro choque parlamentario a cuenta de la «financiación singular» en Cataluña esta semana y con movimientos internos, pendientes ambos de sus próximos congresos de partido.
Estas son las claves de una negociación que arranca de nuevo:
¿Qué pide Junts para dar su apoyo a la senda?
El partido de Carles Puigdemont llevaba días avisando: «Si la propuesta es la misma, votaremos lo mismo». Junts tumbó en julio la senda de déficit, impidiendo al Gobierno avanzar en la presentación de los PGE y su intención era volver a tumbarla de nuevo esta semana, después de la visita del secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, a Puigdemont en Suiza.
El discurso de Junts varió cuando el Gobierno se abrió a hacer cambios. «Parece que empiezan a entender que si quieren cosas diferentes, deben hacer cosas diferentes», dijo la portavoz parlamentaria, Miriam Nogueras, que dio pistas de sus pretensiones con un objetivo único: «Que gane Cataluña«.
Nogueras aludió a una propuesta votada en 2014 en el Parlamento de Cataluña como «buena base para comenzar a negociar», una moción que pedía que, en el marco de la capacidad de endeudarse, se otorgara a las comunidades autónomas «un tercio, como mínimo» del objetivo total de déficit de todo el Estado.
¿Qué opciones tiene el Gobierno?
«Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para seguir trabajando, dialogando y alcanzar un acuerdo sobre la senda de estabilidad» dijo la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, tras conocerse la retirada de la tramitación.
El Gobierno puede ahora presentar una senda diferente con nuevas condiciones pactadas con Junts y con sus socios parlamentarios, volver a presentar la misma o finalmente no presentar ninguna, lo que supone renunciar a unos nuevos presupuestos para 2025 y prorrogar de nuevo los de 2023. Varios ministros y el propio presidente se han comprometido a presentar nuevas cuentas para el año que viene. «Si hay acuerdo, no ha prisa», dicen.
En caso de que una nueva senda de estabilidad sea rechazada en el Congreso, el Ejecutivo puede presentar esos nuevos presupuestos, pero basados en los objetivos de déficit y deuda del programa de estabilidad remitido a Bruselas el pasado año, que conllevan una mayor restricción con comunidades y ayuntamientos.
Esa mayor restricción es el principal argumento que usa el Gobierno para cargar las tintas más contra el ‘no’ del PP que el ‘no’ de Junts, ya que si se aplica la senda del pasado año, las comunidades autónomas y ayuntamientos (con mayoría de Gobierno del PP) tendrían que realizar un ajuste de unos 12.000 millones de euros entre 2025 y 2026.
Sobre la propuesta de Junts de otorgar a las comunidades autónomas al menos un tercio del objetivo total del déficit, lo que daría más recursos y más margen de endeudamiento a las comunidades, el Gobierno cree que va demasiado lejos, aunque está dispuesto a «moverse algo». Sumar se ha mostrado a favor de modificar la distribución del objetivo de déficit para dar más margen a las regiones.
De momento, ya esta semana ha habido movimientos en la línea de lo pedido por los independentistas con la activación de las comisiones de investigación sobre el atentado terrorista de Las Ramblas y sobre la denominada ‘Operación Cataluña’.
¿Qué plazos maneja el Gobierno para negociar la senda de déficit?
Fue el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien fijó los plazos para tratar de aprobar los presupuestos con el apoyo de la mayoría de investidura. Dijo desde Nueva York que el Ejecutivo esperará a que se celebren los congresos previstos de Junts y ERC, en octubre y noviembre, respectivamente, para presentar la nueva senda de déficit, citas en las que ambas formaciones deben decidir sobre liderazgos y hojas de ruta política a seguir, en plena pelea por quién arranca más y quién cede más al Ejecutivo.
Sánchez insistió en que el Gobierno presentará unos presupuestos para 2025 y en que hablará con todos, menos con Vox. Sobre el ‘no’ del PP dijo que es una «enorme hipocresía» que los presidentes de las comunidades autónomas gobernadas por el PP estén pidiendo una nueva financiación y más recursos económicos y no exijan al grupo parlamentario popular que apruebe la nueva senda de estabilidad con el argumento de que pone sobre la mesa 12.000 millones de euros más de financiación autonómica.
¿Cuál es la posición del PP?
Nada más conocerse que el Gobierno aplazaba la tramitación de la senda, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, dijo, con ironía: «Parece que las reuniones en Suiza han salido mal y se ha decidido que España no tenga, al menos de momento, presupuestos para 2025».
Y ante las pullas del Ejecutivo por que el PP se «autodescarte» de la negociación, Feijóo rechaza cualquier responsabilidad ya que, dice, el Ejecutivo no se ha sentado a hablar con ellos, y subraya que es el Gobierno «quien tensiona, insulta, descalifica e intenta destruir a la oposición, hacer muros y dividir a la sociedad». «Ya está bien de echarme la culpa de los problemas de la minoría parlamentaria en la que está el Gobierno», criticó.
En un duro enfrentamiento con la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el portavoz económico del PP, Juan Bravo, le recriminó que después de haber «ninguneado» al PP, ahora le quiera «chantajear» para lograr su apoyo a los objetivos de estabilidad. «De cemento armado», espetó a la ministra en el Congreso. «Quien ríe el último, ríe mejor y no lo digo por nosotros, lo digo por sus socios de Junts, que se ríen de ustedes en cada votación ¿Cuántas humillaciones parlamentarias les hace falta para darse cuenta de la realidad?, añadió. No parece, por tanto, posible una mínima negociación entre el Gobierno y el PP.
Negociación con los socios en plena guerra ERC-Junts
Así las cosas, al Gobierno no le queda otra que tratar de amarrar los votos de quienes le hicieron presidente del Gobierno y ahora todos quieren más.
Después de que el Ejecutivo se abriera a una nueva negociación, ERC le echó en cara que no se «plantara» ante el «chantaje de la derecha, tenga la bandera que tenga» en clara alusión a Junts, y advirtió: «Empezamos todos de cero».
La relación entre Junts y ERC pasa por mal momento y este jueves se escenificó con un cara a cara entre Gabriel Rufián (ERC) y Josep Maria Cruset (Junts) en el que se llamaron «miserable» y «chulo de barra de bar». Rufián sacó pecho del acuerdo para la «financiación singular» de Cataluña, que para Junts es un «engaño a los catalanes» porque no es «ni concierto económico, ni financiación singular, ni soberanía fiscal ni la llave de la caja». Dijo que ERC da estabilidad al Gobierno «a cambio de nada», para visible enfado del republicano.
Fuentes del Ministerio de Hacienda han reconocido a TVE que esta guerra dificulta la negociación que se abre ahora para la senda de déficit porque «ambos van a pelear por pedir uno más que el otro«.
Otras formaciones necesarias para sacar adelante la votación de la senda como EH Bildu, Podemos o el BNG se han sumado a la reclamación de Junts de renegociar el reparto del déficit. EH Bildu y BNG, para reclamar un mayor margen de gasto para los ayuntamientos, según informa Efe. ERC también presentará nuevas demandas pensando en las corporaciones locales.
Comienza, por tanto, una nueva negociación con todos los grupos que se antoja más que complicada. En la pasada legislatura, en la que el Gobierno ya tuvo que hacer uso del funambulismo parlamentario, Sánchez fue capaz de aprobar tres Presupuestos Generales. En lo que va de este mandato, el Gobierno renunció a presentar los de 2024 por el adelanto electoral en Cataluña y está aún en el aire si será capaz de configurar una mayoría suficiente para las cuentas de 2025.