La Zarzuela recupera su mítica producción de ‘La del manojo de rosas’
El Teatro de la Zarzuela estrenó en 1990 -hace ya casi treinta y cinco años- una producción de ‘La del manojo de rosas’, de Pablo Sorozábal y libreto de Francisco Ramos de Castro y Anselmo Cuadrado Carreño, dirigida escénicamente por Emilio Sagi. Aquel montaje -que descubrió a cantantes como Carlos Álvarez, uno de los grandes barítonos internacionales de los últimos años- se recibió con elogios unánimes por su modernidad y lo que suponía entonces para la renovación escénica de un género, la zarzuela, que la pedía a gritos. Hoy el coliseo de la calle Jovellanos recupera una vez más aquella producción (es la sexta reposición) y la presenta del 20 de noviembre al 1 de diciembre. La principal novedad está en el foso, con Alondra de la Parra -en su primera zarzuela- al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, titular del teatro, de la que es su directora artística. Las funciones se dedican al maestro granadino Miguel Ángel Gómez Martínez, director artístico del Teatro de la Zarzuela entre 1985 y 1991, que falleció este verano.
En el reparto, Vanessa Goikoetxea y Beatriz Díaz se alternan en el papel de Ascensión; Manel Esteve Madrid y David Menéndez lo harán en el personaje de Joaquín; la pareja cómica, Capó y Clarita, la interpretan respectivamente Jesús Álvarez Carrión y Joselu López y Nuria García Arrés y Rocío Faus; el resto del elenco lo componen Gerardo López, Ángel Ruiz, Enrique Baquerizo, Milagros Martín, Abel Vitón, Ángel Burgos, Joseba Pinela, Francisco José Pardo, Ricardo Rubio y Alberto Ríos.
«’La del manojo de rosas’ tiene un significado muy especial para mí por muchas razones -dice Sagi-. Fue mi primer trabajo de zarzuela en España, así que era mi presentación en Madrid. Aunque fue un encargo del entonces sobreintendente de este teatro, José Antonio Campos, con este montaje me acercaba más, si cabe, a la figura de mi tío Luis Sagi Vela, para quien los autores crearon el personaje de Joaquín».
La zarzuela, estrenada el 13 de noviembre de 1934 -hace justamente noventa años- en el desaparecido Teatro Fuencarral, está ambientada en el convulso Madrid prebélico, que refleja a la perfección, «con alusiones constantes a los conflictos de clases», añade Emilio Sagi.