La Regata Sevilla – Betis, un pulso de seis kilómetros entre los eternos rivales
La historia más reciente del derbi del río, que este sábado alcanza sus 58 años, es la foto fija de los remeros béticos felices celebrando la victoria con el ‘Cocodrilo’, el histórico y pesado trofeo que distingue a los ganadores de esta emblemática prueba con 64 años de antigüedad. El día de la Sevilla-Betis, la siempre bien avenida familia del remo se divide aunque sólo sea por unas horas. El triunfo del Betis se ha repetido desde 2011, origen de un cambio de tendencia radical en los resultados de la prueba que ha convertido al bote verdiblanco en el absoluto dominador contemporáneo de la misma gracias a la conjura y capacidad física y competitiva de una tripulación experta, con muchos kilos, potencia en vatios y años de remada que ha impuesto una verdadera tiranía a la que no se le divisa, de momento, el fin. Tampoco parece que en 2024, a priori, vaya a saltar la sorpresa, aunque seis kilómetros de regata, un esfuerzo colosal, dan para mucho.
El balance de la general sigue correspondiendo al Sevilla, por 30-27, aunque la amplia distancia que había en 2010 entre ambos equipos (30-14) se ha esfumado por ese serial de victorias consecutivas del barco entrenado por Gaspar Company y timoneado por Tomás Jurado. Más allá de la rivalidad, que existe porque el sentimiento de pertenencia se multiplica cuando los remeros se enfundan las camisetas de su equipo, la Regata Sevilla-Betis es una fiesta del remo con mayúsculas. Un acontecimiento deportivo del primer nivel y espectacular que en nada tiene que envidiarle a la Oxford Cambridge. Quien la ha vivido de cerca, en los barcos auxiliares, reconoce el sonido de las palas, la contundencia de las plomizas remadas, cómo los timoneles dirigen y animan siendo los ojos de los ocho compañeros que reman y reman sin cesar, pero de espaldas al destino final, sufriendo cuando se pierde la referencia visual del contrario y hay que tragarse las hogueras del rival sin que el bote, pese a todo, deje de avanzar. Aquí no se rinde nadie.
La Sevilla-Betis es disfrute para quien toma la delantera y una larga tortura para el barco que se queda rezagado, sabiendo que las opciones de remontada son mínimas. Sus seis kilómetros y pico, que se consumen en veinte minutos, comienzan antes del Puente del Alamillo, cerca de la corta de San Jerónimo, y acaban superado el Puente de los Remedios, en el Muelle de las Delicias, a la vera del Acuario y frente al Club Náutico. Hay tres curvas de diferente grado, aunque la más importante es la del Puente del Cachorro, a la izquierda, en el otrora tapón de Chapina, como se le sigue conociendo a esta parte del río cuando de la regata se trata. En este sentido, el barco que boga por la orilla más cercana a la de Sevilla tiene ventaja respecto al que avanza por la orilla de Triana. Es un punto crítico, aunque el bote nervionense ha aguantado bien el tipo en los últimos años y superado esa criba aunque la regata se decidiera más adelante. Obviamente, el Betis ha ganado en este largo ciclo con la curva en contra y a favor. Así la disfrutará este año. Un condicionante más a modo de dificultad para el Sevilla, que al menos tiene que llegar en paralelo con su rival hasta Chapina. Luego, hasta la meta, quedarán unos 2.500 metros y tocará seguir remando llevando hasta el límite el ácido láctico.
Cambios mínimos
El barco que pierde suele ser, salvo cambio generacional, el que más cambios introduce, aunque en esta ocasión los que hay en el ocho sevillista son obligados. Pierde a su marca, el joven Jorge Knabe, lesionado con rotura de menisco, y también al proa, Patri Rojas. Al primero lo suple cambiando de posición en el bote Antonio José Díaz Ramos, y al segundo, Rafael Gómez. También entra Julio Casielles. Mirson Camadro entrena a la tripulación que, timoneada por el veterano Jacobo Castiñeira, formará de popa a proa con esta ‘alineación’: Antonio José Díaz (marca), Juan Miguel Palomino, Luis Vilches, Jaime Canalejo, Alejandro Vera, Juan Kaulani, Julio Casielles y Rafael Gómez (proa).
Dos cambios hay en el Sevilla respecto a 2023 y sólo uno en el Betis. Sale Antonio Guzmán y entra Jaime Lara, que se ha llevado unos años en el País Vasco compitiendo en traineras pero forma parte de esta generación tan exitosa de remeros béticos. No es nuevo en esta empresa. Dirigido por Gaspar Company y con Tomás Jurado al timón, el Betis remará con Javier García (marca), Marcelino García, Gonzalo García, Carlos González, Jaime Lara, Álvaro Gutiérrez, Emilio Fernández y Bruno Eder (proa). El Betis mantiene su indestructible bloque, del que forman parte una docena de remeros sin que los mínimos cambios que hace de un año a otro mermen su excelente rendimiento. A Marcelino García, plusmarquista en número de derbis remados y también en victorias, ha habido que convencerlo y nunca se sabe si esta será o no su última regata.
El Sevilla, para plantar cara, romper el pronóstico y zanjar su deuda con el río desde 2010, tendrá que salir a tope, aprovechar la mínima ventaja que le concede la ligera curva a la derecha del CEAR y luego aguantarle la proa al Betis al menos hasta Chapina, donde comienza la segunda parte de la prueba, la más sufrida, pero también la más bonita, porque es a partir de ahí donde más gente y aficionados se acumulan en las orillas y los puentes para dar ese aliento extra que necesitan los remeros. Todos ellos, no se olvide, están acostumbrados a la distancia olímpica, 2.000 metros, y en la Sevilla-Betis hacen 4.000 más, con el tremendo gasto físico que ello implica. En la semana previa ha cundido, por cierto, cierta preocupación entre los deportistas por la aparición de algas en el campo de regatas, hasta el punto que han tenido que detener más de un entrenamiento por esta circunstancia.
David Galisteo arbitrará el derbi masculino (13 horas), colofón de una mañana que comienza a las 10.15 y tendrá al mediodía su primer plato fuerte con la disputa de la prueba absoluta femenina, para la que Sonia Gil ha sido elegida juez arbitra. Como sucede en la masculina, en las chicas el favoritismo recae también en el Betis, que se ha impuesto en las seis últimas ediciones y domina, además, el palmarés general por 19-15. Desde hace unos años se disputa en las mismas condiciones que la de chicos, sobre seis kilómetros. Con las bajas de Claudia de Marco (remará con las aspirantes) y Clara Palacio, el ocho sevillista lo integran Amanda Gil (marca), Rocío Laó, Nuria Barrios, Lidia Florido, Inmaculada Rius, Isabel Monedero, María Navarro e Inés Izquierdo (proa), con Hugo Díaz de timonel. En el Betis causan baja Olivia del Castillo y la más veterana, Esperanza ‘Polola’ Márquez, leyenda del remo sevillano. Se llevó la ovación de todos sus compañeros en la presentación de la prueba el martes en el CEAR y le cede los galones de la experiencia a Estela Díaz. Con Fernando Cano al timón, las verdiblancas remarán con Paola Alonso de Caso (marca), Teresa Sánchez-Lanuza, Ana Navarro, Laura Montes, Estela Díaz, Lucía Ruiz, Carmen Civera y María Jesús Gómez (proa).
Ante los ojos de World Rowing
La Sevilla-Betis se convertirá en la carta de presentación de la ciudad en un día muy especial para esta disciplina deportiva, ya que Sevilla acogerá también este sábado la gala anual de la Federación Internacional de Remo (World Rowing) a pocos días de conocerse la sede del Campeonato del Mundo de 2027, al que opta la capital hispalense con el CEAR como centro neurálgico. El derbi del río podrá seguirse en directo a través de Teledeporte, RTVE Play, Canal Sur (ATV y Canal Sur Más), Betis TV y las plataformas de World Rowing, que potenciará la dimensión internacional de la prueba. La vuelve a dirigir Sergio Paredes y será la última que viva Miguel Ángel Millán como presidente de la Federación Andaluza de Remo.