La Real Maestranza de Sevilla presenta un libro sobre los enfrentamientos entre los taurinos y los antitaurinos

La Real Maestranza de Sevilla presenta un libro sobre los enfrentamientos entre los taurinos y los antitaurinos




El tradicional enfrentamiento entre taurinos y antitaurinos a lo largo de la historia es el protagonista del libro ‘Taurinos y antitaurinos. Historia de una encrucijada’, de José Marchena Domínguez, que se ha presentado este jueves en el Salón de Carteles de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla junto a un número doble de la ‘Revista de estudios taurinos’ en el que han colaborado destacados articulistas, además de la inclusión de dibujos de José Cerezal. Estas publicaciones han sido editadas por la Real Maestranza en colaboración con la Universidad de Sevilla y la Fundación de Estudios Taurinos.

Ha iniciado el acto la presidenta de la Fundación de Estudios Taurinos, Fátima Halcón, que a raíz del libro ‘Taurinos y antitaurinos. Historia de una encrucijada’ ha dicho que «estamos en un momento crítico en el mundo taurino». Asimismo, ha destacado la existencia de personas contrarias a la Fiesta «desde siempre». Este ensayo del profesor Marchena Domínguez es el número 26 de ‘Tauromaquias’, colección que coordinada Rogelio Reyes Cano. En cuanto a la ‘Revista de estudios taurinos’, ha indicado que «hemos publicado un número doble ante la cantidad de artículos que hemos recibido». Como novedad, se incluyen por primera vez ilustraciones a color, algo que ya se va a mantener en las próximas publicaciones. «Tanto los libros que publicamos como la revista son un referente en el mundo taurino. La revista está colgada en la web de la Universidad de Sevilla y su venta ha crecido un 15 por ciento este año, habiendo subido hasta las 100.000 consultas».

A continuación, ha intervenido Alejandro del Río Herrmann, quien ha señalado sobre el libro ‘Taurinos y antitaurinos’ que esta obra se define por los términos «dificultad y belleza», resaltando que la dificultad se basa en que el libro reúne «el elogio y la condena». Además, ha citado a José María de Cossío, que dijo sobre dicha postura enfrentada que genera la tauromaquia que «esta contienda durará cuanto dure la Fiesta». Igualmente ha señalado que el profesor Marchena «ha pintado con mano de historiador la controversia entre taurinos y antitaurinos».

El libro cuenta con un prólogo de Alberto González Troyano y en la introducción Marchena establece la idea de que debe haber un diálogo entre «los juicios en pro y en contra de la Fiesta». A esto ha añadido Del Río Herrmann que «la encrucijada no se revela sólo como un espacio de confrontación, sino como un cruce o intercambio. Marchena trata los dos extremos, ya que atiende a personas de ambos bandos. No pierde de vista las posturas enfrentadas y las moldea, a la vez que estas inciden en él».

A partir de ahí, este profesor de la Escuela de Filosofía de Madrid ha dicho que las primeras manifestaciones antitaurinas surgieron en los siglos XVI y XVII, llegándose a condenar la tauromaquia dentro del seno de la Iglesia por el peligro que corría la vida humana. No en vano, el Papa Pío V promulgó en 1567 la Bula ‘De salutis gregis dominici’ mediante la cual prohibía este arte. En la Ilustración llega el debate contemporáneo con el moderno toreo a pie. La política muestra un rechazo a la tradición de la Fiesta. «Hubo grandes espadas de las letras que fueron antitaurinos, como José Cadalso. Moratín sí defiende la Fiesta. El carácter, el destino y la nación española se introducen en el siglo XIX. Habrá también quienes defiendan la vida animal, como se puede apreciar por ejemplo en un artículo publicado en El Correo de Andalucía de 1903», dice Alejandro del Río Herrmann.

También este ha subrayado que hasta la llegada del movimiento protector hacia 1870 «no ha habido una defensa tan fuerte en contra de lo taurino. Los proteccionistas contestaron con argumentos sólidos. De este modo, en el último tercio del siglo XIX el periodismo taurino se robusteció, habiendo también en la prensa antitaurinos. Ese siglo se cerró con posturas críticas como la de Ángel Ganivet». También Eugenio Noel fue antiflamenquista y antitaurino. Surgen protectoras de animales y en ciudades como París hay taurófilos y taurófobos. Esos enfrentamientos siguieron en el siglo XX.

Por su parte, Antonio José Pradel Rico ha presentado el número doble de la ‘Revista de estudios taurinos’. Este ha citado la recién inaugurada exposición ‘En el aire conmovido…’ sobre la teoría del duende de Lorca. «En una exposición sobre el duende sólo hay una obra taurina. Es un dibujo, ‘Torero sevillano’, que Lorca hizo en 1927. Quizás le inspiró la figura de Ignacio Sánchez Mejías, al que Lorca conoció en 1927».

También ha señalado que el artista Jorge Oteiza intentó captar en una escultura la «faena de lo inmóvil» de Manolete. «Si Lorca plasmaba en cierto modo su autorretrato en ‘Torero sevillano’, lo mismo hace Oteiza, que deja definido su concepto del toreo. El poeta y el artista aprenden del toreo algunos comportamientos clave. Tanto Lorca como Oteiza plasman lo frágil del toreo», ha dicho Pradel.

Fuente: www.abc.es