La oferta del Gobierno para renovar el concierto de Muface dejaría pérdidas de 500 millones a las aseguradoras
Los 466 millones extra en los próximos dos años que el Gobierno está dispuesto a poner encima de la mesa para conseguir que SegurCaixa Adeslas, Asisa y DKV continúen encargándose de la asistencia sanitaria de los cerca de 2,5 millones de funcionarios y familiares dados de alta en Muface, Isfas y Mugeju son insuficientes.
Las primeras aproximaciones realizadas por el sector a partir de la propuesta de mejora del 14,5% de la asignación presupuestaria del concierto que les planteó Función Pública hace una semana y de la previsión de incremento anual del 10% del gasto sanitario que se prevé concluyen que las aseguradoras tendrían que asumir unas pérdidas de unos 500 millones de euros en dos años si aceptaran prestar el servicio bajo esas condiciones.
A menos de tres meses de que venzan los conciertos de Muface, Isfas y Mugeju, las mutualidades públicas a través de las que se canaliza y financia la asistencia sanitaria de más de dos millones de funcionarios del Ejército, el Poder Judicial y la Administración Civil del Estado, la continuidad de este singular modelo de cobertura privada de los empleados públicos está más que nunca en el aire.
Las tres aseguradoras que concurrieron a la última convocatoria para cubrir este servicio entre 2022 y 2024, han deslizado su intención de no presentarse en esta ocasión si el Gobierno mantiene su oferta actual, presentada hace una semana y que a día de hoy es la que prevé someterse a aprobación del Consejo de Ministros.
Como avanzó ABC en su edición de ayer, la mejora planteada por el Gobierno supone una inyección extra de 466 millones de euros en dos años para los conciertos de Muface e Isfas respecto al escenario del concierto anterior. Una cantidad insuficiente según las aseguradoras para cubrir el desequilibrio económico millonario que se ha puesto de manifiesto durante la operativa del último concierto.
Un agujero millonario para las aseguradoras
«La situación actual no es sostenible», aseguran fuentes de Adeslas, que han solicitado a Deloitte una auditoría financiera del funcionamiento del actual concierto para poner cara en forma de cifras a ese desequilibrio. El estudio concluye que en los 28 meses que transcurrieron entre el inicio del último concierto de Muface, en enero de 2022, y el mes de abril de 2024, la diferencia entre el coste real de los servicios prestados y la asignación prevista en el concierto fue de 190 millones de euros. Desde la aseguradora subrayan, además, que ese agujero ha sido creciente en el tiempo, de modo que en 2022 las pérdidas fueron de 63 millones; en 2023, de 77 millones; y para 2024 las proyecciones realizadas apuntan a unas pérdidas de unos 115 millones de euros.
La extrapolación de estas cifras es consistente con el agujero de unos 200 millones de euros anuales que el sector maneja como saldo del último concierto de Muface.
Desde SegurCaixa Adeslas calculan que para garantizar el equilibrio financiero del concierto, o, al menos, para que este cubra el coste real de la prestación de los servicios sanitarios, la transferencia del Estado debería incrementarse entre un 36 y un 38% en el próximo bienio, muy por encima del 14,5% puesto encima de la mesa por el Gobierno y del 24% que estimó en su día Muface, según aseguran fuentes del sector. Así lo concluye un informe encargado al profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga y exdiputado de Podemos, Alberto Montero, para determinar la asignación que sería necesaria para garantizar la viabilidad del modelo de asistencia sanitaria de Muface, Isfas y Mugeju.
Las cifras que maneja el sector, con el que el Gobierno no ha vuelto a ponerse en contacto desde la última reunión de hace una semana, apuntan a que con una mejora de la asignación del concierto del 24% las pérdidas anuales por seguir prestando ese servicio rondarían los 100 millones de euros anuales. Con la propuesta del Gobierno, de una mejora del 14,5%, esa brecha se abriría hasta el entorno de los 250 millones anuales y provocaría un agujero en forma de pérdidas de 500 millones de euros.