La Nevera, el mítico pabellón del Estudiantes, comenzará a reconstruirse «de manera inmediata»
Ha costado casi cinco años, pero por fin están a punto de comenzar las obras de reconstrucción del pabellón de baloncesto del colegio Ramiro de Maeztu, conocido popularmente como La Nevera y en el que jugaron tantos partidos de entrenamiento del Estudiantes. El Gobierno regional ha anunciado el inminente inicio de las obras, que comenzarán «de manera inmediata» y se prolongarán durante doce meses.
El Consejo de Gobierno ha autorizado este miércoles la licitación de estas obras, que van a suponer una inversión de 4,1 millones de euros. Las instalaciones, como se recordará, tuvieron que ser demolidas en los primeros días del año 2021 debido a los graves daños provocados por el temporal Filomena.
Aunque la promesa de reconstruirlo llegó apenas ocurrido su colapso, por boca de la propia presidenta regional Isabel Díaz Ayuso, lo cierto es que desde entonces había pasado mucho tiempo. En el Gobierno regional recuerdan que se trata de una instalación que está protegida por su condición de Bién de Interés Cultural, y ello hace que cualquier actuación haya de ser previamente contrastada y autorizada por la comisión de patrimonio.
En este caso, el proyecto plantea levantar el nuevo pabellón y un aula específica como un edificio independiente del resto de este centro educativo, con el que se conectará mediante una pasarela ubicada en la zona de Secundaria. Esto permitirá que haya una separación rigurosa de los circuitos para dividir el acceso de los alumnos y el de los jóvenes del club deportivo.
Los trabajos consistirán en la construcción de un recinto con un volumen similar al antiguo, aunque con una ocupación menor. Además, se mejorará la accesibilidad tanto en el interior del edificio de Secundaria existente como en el espacio exterior.
Respecto al ajardinamiento y urbanización, se recuperan dos espacios, actualmente residuales, que se ajardinan e integran en el área urbanizada de forma accesible, favoreciendo la conexión con el jardín histórico. De igual forma, las dos pistas deportivas se rehacen a una cota inferior, para dar continuidad a los espacios y mejorar paisajísticamente el entorno.