La inmigración no afecta significativamente al empleo y los sueldos de los españoles, según Fedea
Sugiere gestionar y seleccionar los flujos migratorios en función de las necesidades del mercado laboral y darles acceso a empleos de calidad
MADRID, 9 Oct. (EUROPA PRESS) –
La inmigración «no afecta significativamente» a las oportunidades de empleo y los salarios de los trabajadores españoles, según afirma la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) en un artículo dedicado a la inmigración publicado este miércoles y en el que concluye que el alarmismo asociado a este fenómeno está, «en gran medida, injustificado».
«A pesar del aumento en la visibilidad mediática y el debate público, el análisis sugiere que muchas de las preocupaciones sobre el impacto de la inmigración en el empleo, los salarios y los servicios públicos están influenciadas por percepciones erróneas y desinformación», asegura el artículo, elaborado por Raquel Carrasco, profesora titular en la Universidad Carlos III de Madrid.
De acuerdo con este estudio, la evidencia empírica existente apunta a que los inmigrantes de países no pertenecientes a la Unión Europea ganan aproximadamente un 30% menos que los trabajadores españoles.
No obstante, Fedea precisa que el 94% de esta brecha salarial se explica por diferencias en la edad, educación, tipo de contrato y sector de empleo. «Solo el 6% queda sin explicar y es, por tanto, potencialmente atribuible a la discriminación», afirma el artículo.
El informe señala que, inicialmente, existe una brecha de empleo significativa entre inmigrantes y españoles, de 15 puntos en el caso de los hombres y de 4 puntos en el de las mujeres.
Sin embargo, Fedea precisa que esta brecha tiende a reducirse con el tiempo, con algunos grupos, como las mujeres latinoamericanas, incluso superando las tasas de empleo de los nativos después de cinco años.
«La evidencia empírica sugiere que la inmigración no tiene efectos negativos significativos sobre las oportunidades de empleo ni sobre los salarios de los trabajadores nativos en España y en gran parte de Europa. (…) El consenso general es que la inmigración puede coexistir con un mercado laboral saludable, aportando beneficios a la economía local. Sin embargo, es vital continuar investigando los efectos a largo plazo y en contextos específicos», apunta Fedea.
El estudio pone de manifiesto que los inmigrantes, especialmente los de países no pertenecientes a la UE, a menudo se concentran en trabajos poco cualificados y mal pagados. Sin embargo, algunos grupos, particularmente los de Europa del Este y América Latina, muestran movilidad ascendente con el tiempo, según Fedea.
Asimismo, Fedea constata que los inmigrantes tienden a tener períodos de desempleo más cortos que los nativos españoles, «posiblemente debido a una mayor presión económica para encontrar trabajo rápidamente». Inicialmente, tienen menos probabilidades de recibir prestaciones por desempleo, pero esta diferencia disminuye con el tiempo.
Desde 1998, la población extranjera en España ha pasado de aproximadamente 600.000 personas (1,5% de la población total) a más de 5,5 millones en 2022 (11,7% de la población total).
SALUD Y DELINCUENCIA
Fedea subraya que el uso del Sistema Nacional de Salud por parte de los inmigrantes es similar al de los españoles en los mismos grupos de edad. Sin embargo, los inmigrantes tienen menos acceso a especialistas y tienden a usar más los servicios de urgencias.
Por otra parte, el estudio apunta que aunque la tasa general de delincuencia no ha aumentado sustancialmente con la inmigración, la tasa de condenas entre los inmigrantes es mayor que entre los españoles.
«Esta diferencia se explica fundamentalmente por factores demográficos y socioeconómicos, ya que una parte significativa de la población inmigrante está compuesta por hombres jóvenes con bajo nivel educativo, un grupo demográfico que tiende a tener tasas de delincuencia más altas independientemente de la nacionalidad», explica Fedea.
«Por lo tanto, a la luz de la evidencia empírica, el alarmismo asociado con la inmigración parece estar en gran medida injustificado. La inmigración podría ayudar potencialmente a mitigar los desafíos planteados por el envejecimiento de la población española, contribuyendo a la sostenibilidad del sistema de pensiones y estimulando el crecimiento económico», concluye Fedea.
DAR ACCESO A LOS INMIGRANTES A EMPLEOS DE CALIDAD
No obstante, Fedea defiende que para que la inmigración tenga un impacto positivo duradero, debe ir acompañada de políticas de integración adecuadas que permitan a los inmigrantes acceder a empleos de calidad.
Dichas políticas deberían contemplar, a su juicio, la integración de los inmigrantes a través del acceso a la educación, atención sanitaria y políticas de inclusión cultural; la gestión y selección de flujos migratorios, potencialmente basados en habilidades y necesidades del mercado laboral, y la coordinación a nivel europeo para gestionar eficazmente los flujos migratorios y evitar desigualdades en la distribución de responsabilidades entre los Estados miembros.
«Aunque la inmigración presenta desafíos, también ofrece beneficios potenciales significativos. La clave está en desarrollar e implementar políticas que maximicen estos beneficios mientras se abordan los posibles impactos negativos a través de estrategias efectivas de integración y gestión», concluye el informe.