La Fontana di Trevi estrena una polémica pasarela
La Fontana di Trevi estrena este sábado una pasarela que permite observar de cerca, mientras se restaura, uno de los monumentos más emblemáticos de Roma, un experimento que permitirá evaluar la futura entrada de pago. La fuente, joya del barroco romano, recibe entre 10.000 y 12.000 visitantes diarios, según fuentes del Ayuntamiento.
«La perspectiva es realmente espectacular«, ha dicho en la inauguración el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, mientras caminaba por la instalación, que «permitirá un disfrute verdaderamente único incluso durante estas importantes y necesarias obras de mantenimiento».
La plataforma panorámica llega tras otra controvertida instalación levantada en la fuente durante los trabajos de restauración, una especie de bañera para que los turistas puedan cumplir con la tradición de lanzar una moneda mientras la fuente permanece vacía.
Los comerciantes de la plaza creen que esta estructura de metal daña la monumental obra del Barroco integrada en la fachada renacentista del Palazzo Poli.
«No estamos de acuerdo porque, como se puede ver, es muy feo y tenemos miedo a que estropee la fuente», ha dicho a Efe Alessandra Ciotti, titular de la Farmacia Pesci, la más antigua de Roma, fundada en 1552. Las tiendas y negocios también se muestran «preocupados por el futuro cierre» y quieren «más diálogo con el Ayuntamiento», que se escuchen sus «sugerencias» porque, aunque entienden que «es necesario hacer algo para contener el turismo», debe «contar con el acuerdo de todos», ha explicado la farmacéutica.
Sin embargo, el alcalde de Roma cree que «se equivocan» porque la pasarela permitirá «que sigan viniendo los turistas aunque haya obras», al tiempo que ha alertado de que quien tire monedas a la fuente vacía desde la pasarela o coma al recorrerla será multado.
El Ayuntamiento evaluará si cobra por visitar la fuente
La polémica pasarela también permitirá al Ayuntamiento estudiar su plan para regular el número de turistas que visiten el monumento y valorar si finalmente se cobra por acceder a las escaleras que conducen hasta la fuente.
Desde ahora limitará la entrada en la plataforma a entre 100 y 130 personas aproximadamente, aunque esa cifra puede variar, para que puedan observar a la vez los detalles del conjunto escultórico de la Fontana, levantada en 1762 sobre uno de los acueductos de la antigua Roma por el papa Clemente XII.
Los turistas, en general, se muestran gratamente sorprendidos por la visión que proporciona la pasarela, como Maximiliano, un profesor de historia argentino, quien ha dicho a Efe que la había «criticado mucho» por la estética, pero que ver así la Fontana había sido «una experiencia diferente al permitir acercarse al famoso océano».
Las labores de restauración comenzaron el pasado 7 de octubre y deberían finalizar, según prevé el Ayuntamiento, antes de que comience el próximo 24 de diciembre el Jubileo, un año santo en el que se espera que unos 30 millones de peregrinos lleguen a Roma, la ciudad más visitada de Europa en 2023 con 50 millones de turistas.
Tras las obras, la pasarela será desinstalada
Tras las obras, la pasarela será desinstalada, pero se mantendrá un sistema de contención inicialmente gratuito para evitar las aglomeraciones en torno al monumento, que podría terminar siendo definitivo.
La polémica en torno a la Fontana nació hace unos meses cuando el concejal de Turismo de Roma, Alesandro Onorato, planteó que los visitantes pagaran dos euros por acceder a las escaleras con el objetivo de conseguir un turismo más “responsable, lento y que respete la ciudad y que los turistas tengan un recuerdo positivo”. Si se adopta, la entrada de pago podría estar operativa la próxima primavera.
No es la primera vez que una pasarela cruza el vaso de la Fontana di Trevi, también se colocó durante los casi 17 meses de su última limpieza, que concluyó en noviembre de 2017 con el mecenazgo de la firma romana Fendi, que en 2016 celebró sus 90 años de historia con un desfile sobre sus aguas dirigido por Karl Lagerfeld.