La exconselleira Rubio reivindica que, sin el bipartito, el Álvaro Cunqueiro «no sería el hospital» que hay ahora
Rechaza el modelo de concesión escogido por el PP para el hospital porque «encorseta» su desarrollo al tener que «negociar» las obras
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 5 Dic. (EUROPA PRESS) –
La exconselleira de Sanidade María José Rubio, que estuvo en el cargo entre 2005 y 2009, ha reivindicado en el Parlamento gallego que, sin el bipartito que presidió el socialista Emilio Pérez Touriño, el Álvaro Cunqueiro de Vigo «no sería el hospital» que hay ahora con una capacidad de 950 camas.
Rubio ha comparecido este jueves en la comisión del Parlamento gallego que investiga, entre otros asuntos, el modelo concesional de este centro sanitario. Ha asegurado que la Xunta de Touriño llegó a «presentar a la sociedad viguesa el proyecto del nuevo hospital, haciendo público el número de camas, de quirófanos y todas las estructuras sanitarias».
Su iniciativa, ha añadido, «condicionó» las decisiones que luego adoptó el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo a partir del 2009. «Tuvieron que mantener la capacidad de, al menos, 950 camas», ha asegurado la exconselleira, reconociendo no obstante que son «suposiciones», igual que las que hace el PP con el bipartito.
Rubio ha relatado que, cuando llegó a la Consellería en 2005, «heredó» de la etapa de Manuel Fraga una deuda de «más de 400 millones» y un proyecto para levantar «un cuarto hospital» en Vigo, concretamente en la parroquia de Beade.
Además, ha criticado el modelo de concesión de obras públicas que escogió la Xunta de Feijóo para levantar el Álvaro Cunqueiro. Un informe del Consello de Contas, que motivó –entre otros– la creación de la comisión, estimó que este modelo supone un desembolso de 470 millones de euros a mayores de que si se hubieran licitado obras y servicios por separado.
«Uno de los defectos es que no somos dueños del edificio durante un período de 20 años», ha subrayado la exconselleira, ya que la actualmente la Xunta paga un canon a la concesionaria hasta 2035. Hasta entonces, la infraestructura no revertirá en lo público.
Durante este tiempo, ha explicado Rubio, todas las reformas que precise el edificio «hay que negociarlas» con la concesionaria y «un hospital es un centro en constante evolución» que «se tiene que remodelar y adaptar a las nuevas tecnologías».
Por tanto, cree que el modelo público-privado «encorseta, y muchísimo, el desarrollo de las especialidades y de los profesionales sanitarios».
CONSTRUCCIÓN A TRAVÉS DE LA SPI
María José Rubio es la segunda conselleira del gobierno de Touriño en comparecer en la comisión, tras la de Obras Públicas, María José Caride. Ambas han coincidido en que, pese a que se llegaron a encargar dos informes –a Price Waterhouse Coopers (PWC) y a Garrigues– para evaluar los «diferentes modelos» financieros y legales que había para construir el nuevo hospital, el bipartito había acordado hacerlo a través de la Sociedade Pública de Investimentos (SPI), adscrita a la propia Xunta, como «forma más idónea».
De tal forma, en febrero de 2009, poco antes de que las elecciones en las que el PP de Feijóo consiguió la primera mayoría absoluta, el Consello de la Xunta aprobó un plan de financiación de la SPI que reservaba 420 millones de euros tanto para el nuevo hospital de Vigo como para el de Pontevedra.
«La única decisión probada y documentada es la que se aprobó en el Consello de la Xunta. No dude de que hubiésemos hecho esos proyectos», ha defendido, dirigiéndose hacia la bancada del PP.
«MENTIRA CONTINUADA» DEL PP
Por parte de los grupos, la diputada del BNG Montse Prado ha agradecido a Rubio su comparecencia para desmontar una «mentira continuada en el tiempo» que sostienen los populares, porque la constitución de una sociedad público-privada había sido «una valoración de opciones».
Los argumentos del PP, para la nacionalista, son unos «despropósitos para justificar» que la concesión fue «un mecanismo mucho mejor para las arcas públicas».
En similares términos se ha pronunciado Elena Espinosa, del PSdeG, quien ha afirmado que el gobierno de Touriño «recibió una herencia envenenada» de Fraga, que además pretendía hacer «un cuarto hospital» y no el centro «de referencia» que hay hoy.
La socialista ha denunciado las «irregularidades» puestas de manifiesto por Contas, como ese «sobrecoste» de 470 millones de euros por haber elegido el modelo de concesión «sin que hubiese un análisis sólido previo».
PP MANTIENE QUE SERÍA «IMPOSIBLE»
Por parte del PP, Roberto Rodríguez no ha negado que el bipartito tuviese una «voluntad inmediata» de «solventar la situación del área sanitaria de Vigo», dado el estado que presentaba el Hospital Xeral, pero ha preguntado por qué no llegó a empezar la construcción del nuevo durante aquellos cuatro años.
Con todo, el popular ha mantenido que «era imposible» acometerlas a través del SPI porque eso hubiese impactado en la deuda pública en un contexto de crisis, tal y como confirmaron otros comparecientes.
En su respuesta, la exconselleira ha afeado las «suposiciones» y «elucubraciones» que utiliza el PP al respecto de lo que «hubiese hecho» el bipartito su hubiese continuado gobernando.
«Tratan de concluir que nosotros hubiésemos tomado la misma decisión que tomó en aquel momento el gobierno de Feijóo, de realizar el Álvaro Cunqueiro a través de la fórmula de colaboración público-privada. Parece una búsqueda de justificación», ha esgrimido María José Rubio.
Asimismo, ha rechazado el argumento de que las reglas financieras que impusieron tanto Europa como el Gobierno central impidiesen hacerlo por la SPI, porque en ese momento aún no se había modificado el artículo 135 de la Constitución –ocurrió en 2011– que blinda esa estabilidad en las cuentas públicas.
A este respecto, la exconselleira también ha sostenido que, en el año 2012, cuando ya gobernaba el PP de Mariano Rajoy en España, los Presupuestos Generales del Estado permitían «respetar las inversiones» de aquellos proyectos que ya estuviesen en marcha a través de empresas públicas, como hubiese sido el caso del Álvaro Cunqueiro a través de la SPI.
En definitiva, la titular de Sanidade de aquella coalición PSdeG-BNG ha sacado pecho de su gestión en cuatro años en los que el presupuesto del Sergas «se incrementó casi un 40 por ciento», al tiempo que se «saneraon» las cuentas y se eliminaron las fundaciones hospitalarias, que estaban en «quiebra técnica».