La diferencia en eslalon es el dorsal, del ‘1’ al ’20’ hay un segundo de diferencia
El vizcaíno celebra los avances realizados y recuerda que se tarda «10 años» en fabricar «un corredor de la Copa del Mundo»
MADRID, 15 Nov. (EUROPA PRESS) –
El español Juan del Campo está ya listo para afrontar una nueva temporada de la Copa del Mundo de Esquí Alpino en la que va a intentar acercarse «lo máximo posible a los primeros» en la modalidad de eslalon, una disciplina en la que ha demostrado tener «un nivel muy competitivo» cuando ha podido disfrutar de la pista en buenas condiciones y de un dorsal de salida bajo ya que entre el ‘1’ y el ’20’ «hay un segundo de diferencia».
«Sinceramente, la afronto como el resto de temporadas. Es verdad que tenemos Mundial y el año que viene Juegos, pero antes tenemos unas seis o siete carreras de Copa del Mundo y después de los Mundiales tenemos otras cuatro para finalizar la temporada y las Finales. Y después otra temporada de Copa del Mundo», recalcó Del Campo en una entrevista a Europa Press.
En este sentido, «a pesar de que Juegos y Mundiales dan mucha más visibilidad» y les otorgan «de cara al público más audiencia y más espectáculo», deja claro que «la Copa del Mundo sigue siendo el circuito donde siguen estando todas las estrellas, donde hay la misma o incluso más competitividad» y el circuito el que se mueven «siempre».
Una Copa del Mundo que una vez empieza tiene «un ritmo de un no parar» y donde su objetivo es «poder estar en esas segundas mangas que es donde está el resultado final e ir escalando posiciones para acceder a unas mejores condiciones de pista porque influye mucho». «Se ha podido ver en los últimos años que cuando hay una pista en buenas condiciones estamos a un nivel muy competitivo y que el salir más tarde siempre nos influye mucho», apuntó.
«El objetivo es acercarnos lo máximo posible a los primeros para ir escalando posiciones en el ranking y poder ser competitivos en el periodo final de temporada, en los Mundiales y luego en los Juegos», añadió el esquiador vizcaíno, que arranca este domingo la temporada en Levi (Finlandia).
Este no esconde que la Copa del Mundo es «un caos» en sus entresijos. «Una Copa del Mundo de Eslalon empieza el 7 de noviembre y acaba el 28 de marzo. Llegas a un sitio cercano a la estación de competición, entrenas tres o cuatro días, descansas uno o dos, y el sábado, por lo general, hay un gigante, y el domingo, un eslalon. Recoges un porrón de material y te marcas 400 kilómetros hasta la siguiente estación. Hay veces que los deportistas somos afortunados y podemos subirnos a un avión y hacer el trayecto, pero mi pobre ‘skiman’ se tiene que ir con la furgoneta desde Levi, en el círculo polar ártico, hasta Gurgl, en Austria», detalló.
«UN ‘TOP 30’ SÍ QUE ES UN GRAN RESULTADO, ESTAMOS MAL ACOSTUMBRADOS»
Del Campo aclara que «no es lo mismo competir» en Wengen que en Saalbach, donde serán los Mundiales, y que por ello siempre intentan «buscar condiciones de nivel, altura y condiciones climatológicas similares a la carrera». «Cada detalle influye y en el eslalon ahora mismo, una diferencia de un segundo y medio te saca fuera de los 30 primeros», recordó.
Por ello, un ‘Top 30’ «sí que es» un gran resultado. «Lo que pasa es que estamos muy mal acostumbrados. En pretemporada hemos hecho entrenamientos en el Hemisferio Sur con gente que ha estado en el podio de Mundiales, Juegos o Copas del Mundo. Y un día ellos están delante, otro tú, y la diferencia nunca es más de medio segundo. De hecho hay días que estamos muy por delante de ellos y tenemos un nivel superior», puntualizó.
«La diferencia está en el dorsal que tienes. De salir el ‘1’ a salir el ’20’, está calculado más o menos que en una pista con muy buenas condiciones, hay un segundo de diferencia. La media del año pasado en Copa del Mundo, del 1 al 30, es 1.86, es decir, con 1.87 estás fuera de los 30. Eso de media, hay carreras que con 1.40. Con 30 tíos en 1.40, las diferencias son mínimas en 60 curvas, no puedes dejar detalles. Hay muchísima competitividad y el nivel es muy alto, sobre todo en las disciplinas técnicas», agregó al respecto.
Y todo exige la máxima concentración para evitar errores como el que sufrió él en Adelboden (Suiza), que le sacó de un posible ‘Top 10’, lo que le generó «muchísima impotencia» y le dejó «mucha rabia acumulada». «Todo pasa muy rápido, todo es muy instintivo y no te da tiempo a corregir fallos. En velocidad, tienes más espacio, en eslalon, un fallo te saca afuera. Y muchas veces es muy frustrante, a veces tienes que ir a romper un palo o a desahogarte de alguna manera», se sinceró.
«Creo que la diferencia entre los mejores y el resto es un tema mental. Los movimientos son muy rápidos y se usa mucho el subconsciente, tiene que tomar decisiones muy rápidas porque las puertas pasan en promedio de ocho décimas entre giro y giro y tu cabeza tiene que estar muy libre a la hora de bajar. No puedes tener preocupaciones ni pensar en el pasado, en el futuro, ni en el resultado, ni en lo que va a venir dentro de dos curvas. Tienes que estar lo máximo posible en el momento presente porque si no, un error te saca de la pista o te hace un fallo del que te vas a arrepentir abajo», argumentó Del Campo.
«SE HIZO MUCHA PRUEBA-ERROR CON NOSOTROS»
Por otro lado, el esquiador español se refirió al trabajo de la RFEDI en un deporte que «ha cambiado muchísimo en los últimos años» y que desde que empezase «con 11 años» ve que «el trabajo se hace de una manera mucho más inteligente». «Se hizo mucha prueba y error con nosotros, pero es lo que había, no teníamos dirección ni experiencia, no habíamos estado en Copas de Europa y Copas del Mundo, y ahora la tenemos», incidió.
«Creo que se están usando esa experiencia y esos errores para intentar hacerlo lo más rápido posible con los jóvenes, que tienen mucha suerte porque tienen a gente que ha estado delante, que sabe cómo funciona el circuito y que es capaz de decirte yo he estado aquí», prosiguió el vasco.
Ahora, los esquiadores españoles van «ganando experiencia, conocimientos y habilidades», pero todavía les queda «camino». «Sigues viendo a los países grandes y llevan muchos años de experiencia, muy buena infraestructura, algunos con unos presupuestos increíbles, y se nota mucho. Los corredores, sobre todo, tienen una información muy buena y unos conocimientos muy buenos desde que son muy jóvenes. Las cosas que he aprendido con 30 o 25 años, quizás ellos las aprenden con 15. Las cosas están mucho mejor, aunque se pueden mejorar siempre», manifestó.
«¿Se puede tener más en cuenta y aprovechar a corredores como a Quim (Salarich) y como a mí que llevamos 10 años dando vueltas? Se hace y se puede, pero hace falta tiempo. La creación de un corredor de Copa del Mundo en alpino lleva como mínimo 10 años y es una realidad porque llevo 10 años compitiendo en Copa del Mundo y ahora es cuando realmente estamos empezando a decir que somos competitivos contra esta gente», ahondó.
Pero sabe que «es una apuesta arriesgada porque al final tienes que tener una gran infraestructura, mucho tiempo, y mucho presupuesto que quizás estás quitando a otros deportes como puede ser a un campeón del mundo como Lucas Eguibar y que se lo estás dando a unos esquiadores de alpino que se están metiendo entre los 30». «Hay que invertir para poder conseguir estas cosas. Al final, la realidad es que el esquí sigue siendo el rey de los deportes de invierno, por decirlo así, y que la competitividad es cada vez más alta y más exigente», concluyó.