José Luis Garci: «En España hay complejo con el boxeo, a ver si nos lo quitamos»
José Luis Garci (Madrid, 1944) cuenta la vida como nadie, bien sea a través de su mirada, ganadora de un Oscar, o de su envolvente palabra. Su fútbol es el que huele a linimento y campo de tierra, pero también el de Simeone, Mbappé y Lamine Yamal. Aunque, puestos a elegir, siempre boxeo. Nobleza obliga.—Fútbol, atletismo, boxeo y cine. Ordénelos, por preferencia.—Imposible. Tendrías que meter música y pintura.Noticias Relacionadas estandar Si Hinchas Ferran Adrià: «Siempre quiero que pierda el Madrid» María José Hostalrich estandar Si Fútbol Lorenzo Caprile: «Admiro a Del Bosque por ser un ejemplo de coherencia» María José Hostalrich—Sabía que no me lo iba a poner fácil.—Procedo de una familia en la que esto que ahora se llama cultura popular era normal. Podía ir al boxeo a ver a Galiana y al Prado a ver un Velázquez. Leer un tebeo o ‘Viaje a la Alcarria’. A veces me apetece ver un buen partido de fútbol. Otras, leer un buen libro de tapa dura.—Haga un esfuerzo y escoja.—El atletismo, para mí, sigue siendo fundamental. No me pierdo un campeonato de Europa, de España, ni de los Juegos Olímpicos. De chaval, corría 1.500 metros, en la Universitaria. Era muy malo. Una vez, bajé de 5 minutos. Estaba duchándome y el encargado de los vestuarios, sin saber que me gustaba, me dijo: ‘chaval, dedícate al cine’. Le hice caso.—¿Sigue planificando su agenda en función del fútbol?—Sí. Estamos viviendo una invasión de pelmazos que te ponen una reunión tal día y les dices que no, porque juega el Madrid, el Atleti o el Barça, y se molestan. Yo estoy ya por un mundo sin reuniones. El fútbol, para mí, es importante. Un reflejo de lo que ha sido mi vida, el lugar donde he nacido.—Cuando Scorsese acabó ‘Toro Salvaje’ dijo algo así como que se había vaciado tanto que debía buscar una nueva manera de vivir. En el fútbol también pasa.—Scorsese lo había pasado mal. Para él, la película, fue la solución. ‘Toro Salvaje’ es una película de terror, no de boxeo.—Y el fútbol, a veces.—Es cada día más violento. He ido al boxeo y, en 70 años, no he visto una sola pelea fuera del ring. En conciertos y en partidos, he visto navajazos. La nobleza del boxeo me parece admirable.—¿Por qué compara siempre al Atleti con el eterno perdedor que representa Bogart en el cine?—Por la fascinación del perdedor. He sido socio infantil del Madrid, aun teniendo más simpatía por el Atleti, en esa España de postguerra, en la que todos iban de blanco y el Atleti iba a rayas. También soy del Sporting.—¿Rojiblanco y buen rollo con el Madrid?—A mí me gusta el fútbol. A la gente le gusta, sólo, que gane su equipo, no disfrutarlo. No ve el partido. Está esperando que su equipo marque un gol. Yo jamás he gritado en un campo de fútbol. No se lo escuché nunca a mi padre.—Volvamos a lo de Bogart y el Atleti.—El Atleti, durante muchos años, ha sido como el representante del cine negro. El fatalismo romántico: Milán, Lisboa, antes Bruselas. Muchas pérdidas. Siempre en las prórrogas.—Defíname eso de fatalismo romántico.—Es la fascinación en la derrota. He perdido pero no me siento mal. Y eso que la derrota es peor que la muerte. Porque la arrastras toda la vida.—Muchos no han podido ni perder.—Convivir con el Madrid y su gen ganador es lo que tiene. En una película mía, le puse a Jesús Puente un diálogo que decía: «En esta vida te falla todo. Tú le fallas a tu familia, tus hijos te fallan a ti, tu mujer te falla…el único que no falla es el Real Madrid».—Igual, ahora, cambiaba el guión.—La gente no tiene ni idea. El Madrid acaba de ganar la Liga y la Champions. Su gente está acostumbrada a que siempre tiene que ganar y eso no funciona así. Pero siendo del Madrid tienes asegurado, todos los años, un 80% de felicidad.—Al Barça, ¿en qué categoría cinematográfica lo mete?—Es cine clásico. Siempre ha jugado muy bien al fútbol. Con mucha clase. Ahora ha tenido la suerte que, al estar en la ruina, ha tenido que buscar en chicos de 16 años y están haciendo un fútbol lleno de entusiasmo y de fe.—Y a Ancelotti buscándole sucesor…—El fanático, no el amante del fútbol.—¿Qué es lo que no le gusta del Atleti?—Juega de una forma anticuada. Veo al Benfica, al Sporting de Lisboa, juegan de otra manera. Pero por Simeone, sus jugadores hacen lo que sea. Ves a jugadores acabar los partidos extenuados. Y ahora, ha inyectado el gen de su hijo. Pelea, no da un balón por perdido. El Atleti es un misterio. No hay equipo más misterioso. No se sabe lo que puede hacer. Por eso es tan atractivo.—¿Quién va a ganar la Liga?—Creo, desde que les vi arrancar la temporada, que el Barcelona. Juega de otra manera.—Flick es el hombre milagro.—Es bonito que venga un alemán y les diga que se olviden del tiki-taka, les ponga a correr como en su Bayern, sin dar un balón por perdido y, como son muy buenos, convenciéndoles de que no van a tener problemas en el pase en profundidad ni nada de eso.—¿Qué le parece el fenómeno Ilia Topuria?—No le he visto boxear, pero creo que acabará haciendo eso. Él me parece admirable, pero en España hemos tenido campeones del mundo de boxeo y ni tan siquiera se recogían esos éxitos. Vivimos algo parecido a lo que ocurrió con Urtain, que salió y tenía un carácter especial. Veo más el boxeo. No me gusta eso de pegarse en el suelo. Las reglas del boxeo me parecen más nobles.—No le veo tan combativo como a otros defensores del boxeo.—Lo de Topuria es una cosa más salvaje. Pero este boxeador es una estrella y lo que genera a su alrededor es espectacular. Por cierto, a ver si nos quitamos ya el complejo aquí en España con el boxeo: este deporte acaba de meter a 90.000 personas, en Wembley.—El mejor combate de boxeo de su vida.—Joe Frazier contra Cassius Clay, en Manila, el último de la trilogía. Al empezar el decimoquinto asalto, el entrenador de Frazier, Eddy Futch, le dice: ‘chico, nadie va a olvidar lo que has hecho hoy aquí’. Y Cassius Clay le contestó: ‘si se levanta, me muero. No puedo más’. Es el combate más duro que he visto, terrible, pero el más técnico.—El mejor partido de fútbol.—La vuelta de la final de la Copa Intercontinental entre el Madrid y el Peñarol. El primer tiempo del Madrid… yo no he visto jugar mejor al fútbol en mi vida. —Es usted un nostálgico.—Siempre lo hablaba con Manuel Alcántara que, si existe el cielo, tiene que ser muy parecido a ver un partido entre el Brasil del 58, con Pelé, Garrincha… y el Madrid de la tercera Copa de Europa. O de la Quinta. Incluso ver un Cassius Clay- Tyson. Y me hubiera encantado ver a El Guerrouj competir contra Clarke o contra Aouita.