José Antonio Jainaga, dueño de Sidenor y aspirante a la compra de Talgo, pretende adquirir también el Sestao River

José Antonio Jainaga, dueño de Sidenor y aspirante a la compra de Talgo, pretende adquirir también el Sestao River




El próximo 20 de noviembre puede ser un antes y un después para el Sestao River, conjunto que milita en Primera Federación, la tercera categoría del fútbol. La junta directiva del club vizcaíno ha convocado para ese día una asamblea general extraordinaria en la que se pondrá sobre la mesa y se informará a los socios verdinegros de la posibilidad de que la entidad pueda convertirse en sociedad anónima deportiva (SAD). Un proceso que, según ha podido saber ABC, supondría la entrada del conocido empresario bilbaíno José Antonio Jainaga, propietario de grupo siderúrgico Sidenor y con una fortuna cercana a los 400 millones de euros, como accionista mayoritario del conjunto de Las Llanas.

Al día con la Seguridad Social y sin deudas con proveedores, el Sestao River, que cuenta con 2.500 socios, no arrastra problemas económicos, pero los gastos en Primera Federación se han disparado, entre otras razones por la exigencia del pago de un sueldo mínimo anual a los futbolistas de 20.000 euros. El club se encuentra al día con sus jugadores, aunque es consciente de que su capacidad para crecer en infraestructuras, recursos humanos o herramientas de trabajo resulta limitada.

El club presidido por Ángel Castro entiende que en el actual escenario las posibilidades de crecimiento deportivo del Sestao River resultan también escasas y el próximo 20 de noviembre informará a sus socios de la posibilidad de convertir la entidad en sociedad anónima deportiva, opción para intentar dar un salto institucional que debe contar con el visto bueno de los socios.

Un posible cambio de rumbo que ya emprendieron a principios de 2023 sus vecinos del Barakaldo, actualmente terceros en el Grupo I de Primera Federación. A diferencia del caso de la entidad gualdinegra, en el que el proceso de conversión en SAD estuvo motivado con una sanción de 1,2 millones de euros por impagos a la Seguridad Social, el Sestao River (en puestos de descenso a Segunda RFEF) piensa en esa fórmula como vía de crecimiento económico y deportivo para la entidad.

Precedente del Sestao Sport

Una fórmula de gestión que, sin embargo, no es desconocida en esta localidad vizcaína porque en 1992, el entonces Sestao Sport tuvo que convertirse en SAD ya que el Consejo Superior de Deportes (CSD) obligó a adoptar esa forma jurídica a todos los clubes de Primera y Segunda división (en la que militaban los verdinegros). Cuatro años después y con una deuda acumulada de 250 millones de pesetas de la época, la entidad sestaotarra se vio abocada a disolver la sociedad anónima deportiva. El equipo empezó entonces de cero en Segunda Regional, bajo su actual denominación de Sestao River, un tránsito por el desierto que muchos socios no olvidan y que puede dificultar la iniciativa de la directiva presidida por Castro, quien ha avalado personalmente 200.000 euros de un presupuesto actual de 1,4 millones de euros.

La conversión en SAD del Sestao estaría bien vista desde las esferas del PNV ya que en el horizonte aparecería como accionista mayoritario el reputado empresario José Antonio Jainaga (70 años), propietario de grupo siderúrgico Sidenor y al que el Gobierno vasco respalda para que tome el control de la compañía ferroviaria Talgo. Desde hace semanas, las miradas están puestas en este empresario bilbaíno como posible salvador de esta empresa puntera.

Jainaga quiso presentarse a elecciones del Athletic en 2018, pero aquel año el sector del metal vivía una importante crisis y desde el PNV no se veía con agrado que el empresario ocupara el sillón presidencial de San Mamés. Vinculado al fútbol actualmente a través del Amorebieta, club al que patrocina desde 2020 con una aportación de 100.000 y al que intentó convertir en SAD, aunque se encontró con la negativa de Jon Larrea, presidente de este equipo.

Para que el Sestao pueda convertirse en SAD, proceso que se alargaría durante más de un año para cumplir las tres fases para la adquisición de acciones, Castro y su junta necesitarían el respaldo mínimo de dos tercios de la asamblea general de socios y el visto bueno del Consejo Superior de Deportes (CSD).

Fuente: www.abc.es