Históricos de PP y PSOE piden «tender puentes» frente a «muros y trincheras»

Históricos de PP y PSOE piden «tender puentes» frente a «muros y trincheras»




Con una sonrisa extendiéndose e iluminando todo el rostro, un contundente abrazo y unas fuertes palmadas en la espalda. Así de efusivos se saludaban, tras tiempo sin verse, quien fuera el primer presidente de la Junta de Castilla y León salido de las urnas, Demetrio Madrid (PSOE), en el poder entre 1983 y 1986, y quien más tiempo ha ocupado ese sillón en los casi 42 años de andadura autonómica, Juan Vicente Herrera (PP), de 2001 a 2018. Y a partir de ahí, gestos de confidencia, de complicidad e incluso de amistad de quienes, siendo rivales políticos, demostraron ayer, cual espejismo en el panorama político actual, que el entendimiento es posible.

A volver a esa armonía coincidieron en apelar -durante la presentación en las Cortes del libro ‘Castilla y León: 40 años de autonomía’, editado por el Consejo Consultivo- quienes estuvieron durante años al frente de las dos formaciones mayoritarias. «Se deben reconstruir puentes», llamó expresamente Herrera a los «responsables políticos actuales». «Que hablemos mucho más de los puentes que de los muros», clamó el también expresidente de los populares, pidiendo actuar «con responsabilidad y lealtad». «Que seamos más conscientes de lo que nos une que de lo que nos separa, para afrontar las reformas imprescindibles y necesarias», incidió, retirado de la primera línea desde 2019. Consideró «fundamental» el «recobrar la sensatez, el sentido», pues «no podemos permitirnos el lujo de arrojar al desperdicio de la historia» lo logrado.

Camino de medio siglo de Democracia y más de cuatro decenios de autonomía que deben servir, subrayó Herrera, para «reivindicar todo lo positivo que hemos tenido» en este tiempo. Momento, recalcó, que se debe aprovechar para «hablar mucho, muy bien y, sobre todo, pedagógicamente» a los jóvenes de los «valores» que alumbraron y brindó la Transición. Un tiempo «feliz por el devenir de la convivencia de los españoles», señaló, a la vez que evocó los versos de Jaime Gil de Biedma ‘De todas las historias de la historia, la más triste es la de España porque siempre acaba mal’.

«En nuestra mano está que este periodo no acabe mal», añadió en una intervención en la que también lanzó un mensaje de optimismo: «Creo que lo mejor para Castilla y León y de España está por venir, que el futuro es positivo». «Autonomista convencido», como se definió quien reconoció a la vez que «no lo era especialmente» hasta que fue «desarrollando el sentimiento» gracias su trabajo. «No puede admitirse que se endose a las autonomías los problemas y desequilibrios que tiene hoy España», aseveró. La «legitimación» de este modelo de «autonomismo útil», aseguró, «se ejerce día a día» a través de la presentación se servicios, y alertó de que «los momentos centralistas y autoritarios» van «unidos».

Más de cuarenta años en los que «la transformación ha sido de tal intensidad que es muy difícil de imaginar», valoró Demetrio Madrid. Ensalzó cómo la conformación de la Comunidad se desarrolló «de manera tan pacífica» logrando la adhesión de los 2.248 municipios y siendo conscientes de que «eran dos regiones, pero que debíamos hacerlo juntos». «Haciendo de la necesidad virtud» se armó la que es la mayor autonomía, más grande que Portugal: «Era como hacer un estado dentro de un Estado». Para sacar adelante el Estatuto de Autonomía -el último aprobado- hubo «desacuerdo», recordó y reconoció Jesús Quijano, otra de las voces de la historia de la Comunidad.

Profesor de Derecho Constitucional, quien fuera secretario general del PSOE de Castilla y León durante una década (1990-2000), fue uno de los artífices del Estatuto de Autonomía alumbrado en 1983. Presente en las negociaciones y entre los encargados de dar forma jurídica al texto, como rememoró ayer, existieron puntos en los que el entendimiento se intuía tan complicado que se dejaron a un lado. Caso, dijo, de la fiesta de Castilla y León, años después fijada el 23 de abril, o la sede oficial de la Comunidad, que sigue sin ‘domicilio’. «Pero -añadió- llegó un momento en lo que se pudo acordar, se acordó». Percibían «incertidumbres, inseguridad», pero «la buena voluntad por parte de todos y la generosidad» permitió sacar adelante ese Estatuto de Autonomía con el que Castilla y León nacía oficialmente como Comunidad, abriendo una etapa de la que Quijano dijo «no» tener «ninguna duda» sobre su utilidad, aunque siga habiendo «problemas» y retos. «Tender puentes y eliminar trincheras», también su llamada. «¿Y qué comunidad no es artificial?», inquirió el profesor Enrique Berzal, participante también el encuentro sobre el Estatuto.

Fuente: www.abc.es