Greenpeace despliega una pancarta contra el cambio climático
Activistas de Greenpeace han desplegado una pancarta de 140 metros cuadrados en la Plaza de España de Madrid con el mensaje «Frenar el cambio climático salva vidas» coincidiendo con el inicio de la Cumbre Climática COP29 en Azerbaiyán. La organización pide a los líderes mundiales que acuerden nuevos impuestos verdes a las petroleras y gasistas por los daños que producen y subraya la relación entre el cambio climático y la DANA que ha arrasado con la Comunidad Valenciana.
Según ha informado Greenpeace en un comunicado, la crisis climática sigue mostrando sus efectos, en forma de eventos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes e intensos que serán especialmente virulentos en el Mediterráneo. Esto es debido a la elevada temperatura que lo ha convertido en una bomba de relojería para alimentar tormentas fuera de toda escala. La organización ecologista cree que las consecuencias de la DANA han puesto de manifiesto que la prevención y la adaptación de los municipios a estos fenómenos meteorológicos son urgentes e imprescindibles para proteger a la población.
También Greenpeace ha indicado que la solución a este problema es el abandono progresivo, pero definitivo de los combustibles fósiles. Desde su punto de vista, se tiene que erradicar el carbón, petróleo y el gas y sustituirlos por energías renovables eficientes, además de dejar de usar consumos energéticos superfluos o excesivos.
«El cambio climático nos ha sacudido con extrema dureza en Valencia, y si no se actúa con firmeza, lo volverá a hacer. Esta DANA, que jamás olvidaremos, tiene que suponer un antes y un después y marcar el punto de inflexión en la comprensión de la sociedad de la emergencia climática que la ciencia lleva advirtiendo años», ha declarado el representante de Greenpeace España en la delegación internacional de Greenpeace en la COP29, Pedro Zorrilla.
A su vez, ha expresado que la acción climática es «impulsar la transición energética, pero, sobre todo, es proteger la vida de las personas por encima de los intereses económicos de las corporaciones fósiles». Zorrilla ha cargado contra estas al exigirles que «paguen los costes de la emergencia climática que han provocado, pues cada tonelada de CO₂ que no eviten supondrá más vidas en riesgo».
Impuestos a las energéticas
El presidente de España, Pedro Sánchez, acudirá este martes a la COP29 de Bakú. Allí, los líderes mundiales reunidos deberán responder a un contexto de desastres climáticos, temperaturas globales récord y un aumento de las emisiones y del consumo de combustibles fósiles. Greenpeace ha reclamado a los gobiernos que se comprometan a aumentar significativamente la financiación pública a los países del sur global para la adaptación, la mitigación y el pago de las pérdidas y los daños.
Igualmente ha exigido que eliminen, de manera progresiva y justa, las subvenciones fósiles y que establezcan impuestos verdes a la industria del petróleo y del gas y a otros grandes contaminadores. Así como, la organización ha demandado el abandono real de los combustibles fósiles, para limitar el aumento del calentamiento global a 1,5°C.
Por último, Greenpeace ha explicado que es muy importante crear reglas para el control de los lobbies petroleros y para la regulación de los mercados de carbono, de manera que garanticen la protección y restauración de los ecosistemas densos en carbono.
Ayudas para los municipios arrasados por la DANA
Esta organización ha pedido al Gobierno español que amplíe el actual gravamen temporal a las grandes energéticas y los bancos que se decretó en 2022 tras la guerra de Ucrania y la covid-19, para «disponer de recursos» para atender a las poblaciones devastadas por la DANA.
Este impuesto ha tenido una fuerte resistencia empresarial y está a punto de ser suprimido esta semana en el Congreso en el debate de la «reforma fiscal exprés» como consecuencia de los acuerdos adoptados por el Gobierno con algunos de sus socios. Greenpeace ha considerado que el actual contexto de unidad social frente al desastre es también momento de exigir la contribución de las grandes corporaciones con crecientes beneficios, implementando el principio de «quien contamina paga».
La organización ecologista ha solicitado al Ejecutivo que convierta estos gravámenes en medidas estructurales y obligue a las empresas contaminadoras, como Repsol, a hacerse cargo de las pérdidas y daños que sus emisiones provocan.
En palabras del coordinador de la campaña contra los combustibles fósiles, Francisco del Pozo Campos: «Mientras el mundo va a decidir en la COP si las empresas fósiles tienen que pagar por la acción climática, en España esas corporaciones se sienten tan fuertes como para chantajear al Gobierno y algunos de sus socios con la retirada de inversiones, y con ello forzar la eliminación de un impuesto que protege y compensa, al menos mínimamente, a la ciudadanía frente a los beneficios exorbitantes que continúan teniendo las energéticas y la banca».
También Campos ha exigido que tanto la COP como España «antepongan la protección de la vida en el planeta y los derechos de la ciudadanía por encima de los intereses económicos vinculados a los combustibles fósiles».