Europa busca aprobar la reválida colaborativa para dar una nueva dimensión a la economía del dato
La disrupción tecnológica en la era del dato, aún más en tiempos de inteligencia artificial y en la antesala de la irrupción de la computación cuántica, hace que sea todo un desafío controlar con eficiencia un vector de desarrollo tan progresivo. Ceros y unos que deben ser gestionados de forma segura y eficiente, como se establece en el Espacio Europeo de Datos. Un esfuerzo colectivo, colaborativo, para afrontar este torrente cibernético: según International Data Corporation (IDC) se espera que en 2025 el volumen global de datos alcance la marca de 175 zettabytes.
En este contexto, GaiaX Hub España ha organizado, el 3 y 4 de diciembre, en Matadero Madrid, las dos jornadas (más de 90 ponentes) de la Primera Cumbre de Centros de Datos, con el apoyo de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (Sedia) para repasar el presente y futuro de este enorme desempeño de colaboración público-privada, en la que la primera parte de la ecuación es fundamental para establecer estructuras de gobernanza de datos transparentes, de calidad, interoperables para todos tipo de sectores. Una ruta en la que la innovación y la estandarización propician el desarrollo empresarial, el progreso de la sociedad, con diversas organizaciones, nacionales e internacionales, que promueven el uso de software de código abierto para resolver con solvencia este desafío.
«La explotación y compartición de datos (destaca Alberto Palomo, director de CSO Gaia X AISBL) representa una de las principales oportunidades de la economía y de la sociedad actual, aunque no está exenta de riesgos. Nuevos productos, nuevos servicios, nuevos modelos de negocio, mayor eficiencia, mayor personalización… son, sin duda, inmensos avances que los datos y la IA aportan, creando un cambio de paradigma». Nuevos tiempos reflejados en las diversas ponencias del encuentro, que comenzó desde el ámbito general, de contexto, para pasar a varias mesas sobre todo tipo casos de uso en diversos sectores.
Este nuevo modelo debe contar con ciertos elementos de seguridad jurídica y respeto de los principios y derechos de los ciudadanos y de las empresas, para no permitir un desarrollo desordenado y descontrolado de la tecnología, un ámbito en el que Palomo destaca cómo «Europa ha decidido posicionarse como líder mundial en lo que podemos denominar como uso responsable de los datos y la inteligencia artificial, con la ciudadanía y las empresas en el centro y velando por la transparencia, portabilidad, seguridad, interoperabilidad y soberanía como principios fundamentales en los servicios de datos».
De hecho, la Comisión Europea publicó en febrero de 2020 la Estrategia Europea de Datos, plan a cinco años para situar a Europa como líder mundial en la economía del dato, en línea con los parámetros de mercado único-unificado, de libre circulación, sin privilegios ni posiciones de ventaja. Un «marco regulatorio claro, práctico y justo» para la gobernanza de los datos que incluye acciones legislativas, de formación y de inversión para el desarrollo de este espacio de datos europeos, al que se suma el Reglamento de Gobernanza de Datos (Data Governance Act), aprobado en mayo de 2022. Marco general que aportará soluciones prácticas, como en el caso del European Single Access Point (ESAP), para acceder a información pública de empresas europeas y productos financieros.
Desde España
En el caso del gobierno español, el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública lanzó el pasado mes de abril la convocatoria de ayudas para la creación de Espacios de Datos Sectoriales, a través de su Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, con una ayuda máxima es de cinco millones de euros por proyecto y la mínima de 300.000 euros (Turismo cuenta con sus convocatorias específicas).
Se acaba de lanzar, además, un nuevo plan con una inversión de 500 millones de euros («para reforzar la colaboración público-privada con la que queremos fomentar el uso de los datos en todos los sectores productivos en España, como herramienta para la resolución de retos, para optimizar servicios y para el progreso económico y social». Inversión necesaria para contribuir al incremento requerido por el reciente ‘Informe Draghi’, en el que se marca la ruta para incentivar la (menguada) competitividad europea, en un entorno globalizado, hipercompetitivo ante el que el propio autor del informe señaló que «falta innovación y sobra regulación».
Esta convocatoria, enmarcada en el Programa Espacios de Datos, y alineada con la Estrategia Europea del Dato, los Reglamentos Europeos de Datos y de Gobernanza de Datos y la consecución del Mercado Único del Dato, tiene como objetivo «la creación de centros demostradores y la puesta en marcha y explotación de casos de uso de espacios de datos en los sectores estratégicos de la economía. Estos proyectos deberán ofrecer soluciones a retos de negocio a través de la compartición de datos».
«Con este plan (señala Ruth del Campo, directora general del Dato, que participó en la apertura del foro de Gaia-X), implementamos once medidas, seis de ellas de nueva creación, con un importe de 300 millones de euros, contenidas en seis ejes de acción y un esquema de gobernanza, para impulsar de forma integral la cadena de valor de los espacios de datos, orientando iniciativas hacia promotores, empresas participantes e industria tecnológica, así como actuaciones transversales para habilitadores, promoción y divulgación, y el dato en lo público».
Una iniciativa que Del Campo considera «clave para generar nuevas oportunidades para la innovación, para incrementar la competitividad y productividad de nuestras empresas, y para afianzarnos en el futuro mercado único de datos europeo».
‘Libro de estilo’
Desde el punto de vista de la gobernanza, Óscar Jacobo, asociado senior del área de Propiedad Intelectual y Nuevas Tecnologías de la compañía jurídica Ontier, señala la importancia de cumplir con «este novedoso paquete legislativo (Data Act, Data Governance Act) que introduce nuevas obligaciones tanto en actividades como B2B como B2B y tanto a operadores públicos como privados. Es relevante recordar que resultarán plenamente aplicables el resto de normativas que regulan o restringen el intercambio de información (defensa de la competencia, privacidad y protección de datos, confidencialidad de las comunicaciones, ciberseguridad y ciberresiliencia, responsabilidad civil, defensa de los consumidores, etc.)».
Todo un empeño de responsabilidad corporativa, el de la utilización de los datos, en el que Jacobo considera que Europa tiene una oportunidad de diferenciarse en un entorno global «para dejar de ser ‘stoppers’ y ser impulsores de un negocio seguro y de cumplimiento». Cuestión, en todo caso, de tiempo y acierto para que legislación y tecnología encajen en este complejo engranaje del siglo XXI: «No resultará sencillo ni inmediato, especialmente en estructuras empresariales complejas y multidisciplinares que intervienen en diferentes verticales del mercado. Al mismo tiempo, supone una oportunidad para startups y negocios incipientes de corte tecnológico, que no necesitarán un gran volumen de mercado ni asociarse con los grandes ‘players’ para detectar necesidades del sector y nichos de negocio».
«Europa (avisa Palomo) se enfrenta entonces al desafío de combinar este desarrollo ordenado y controlado, sin frenar el desarrollo económico, y poder competir en un mundo globalizado. Para ello, los Espacios de Datos se configuran como un instrumento que debe permitir dicha combinación para posicionar a Europa como líder mundial. Los espacios de datos son estructuras que proporcionan confianza y seguridad para la compartición voluntaria de datos entre diversos agentes de manera homogénea a través de mecanismos combinados de gobernanza, organizativos, legales y técnicos».
Todo un aporte de tecnología, en entornos colaborativos, que permita llevar a cabo el intercambio y la explotación de datos «para lo que se necesita (concluye) un ecosistema de actores que participen, aportando datos, infraestructuras o servicios, además de un modelo de negocio y de gobernanza».