este es el otro espectacular puente colgante de Andalucía
En las entrañas del Parque Natural de la Sierra de Grazalema se encuentra una espectacular ruta de pasarelas y puentes de hasta 75 metros de altura que permite a los más aventureros conocer algunos de los muchos tesoros que esconde este lugar. No es tan conocida como el Caminito del Rey, pero no dejará indiferente a nadie que la recorra.
Este emocionante recorrido permite a los visitantes cruzar abismos profundos y disfrutar de vistas panorámicas impresionantes que difícilmente se pueden encontrar en otro lugar. La sensación de caminar sobre un puente suspendido en el aire, con el rugido del río Guadiaro resonando en las profundidades es una experiencia que deja una huella imborrable en todos los que se atreven a realizarla.
Ubicada en el municipio malagueño de Montejaque -que se encuentra a una hora y media de Málaga capial- en mayo de este año se habilitó esta ruta colgante que permite visitar el enclave natural de Hundidero. En este lugar se encuentra, además, una cueva que es sin duda un tesoro natural que sorprende a quien la ve por sus dimensiones descomunales de más de 50 metros de alto por 10 metros de ancho.
Parque Suspendido
El Parque Suspendido del Hundidero es una ruta llena de puentes colgantes y pasarelas a gran altura situadas en pleno corazón de la Sierra de Grazalema. Cuenta tres vías ferratas -una de iniciación y dos verticales-, unidas por una tirolina a más de 60 metros de altura. Pero la joya de la corona es un puente tibetano que está colgado a más de 75 metros de longitud y 75 metros de altura que conecta con la fallida Presa de los Caballeros.
El recorrido por el puente tibetano debe realizarse con material apropiado: arnés, cascos y guantes. Y hay que tener en cuenta también su balanceo y que su altura es bastante considerable desde el fondo de la presa.
La visita dura unas tres horas y permite conocer, como decíamos, la impresionante cueva del Hundidero y también el embalse construido y abandonado hace un siglo tras un intento de aprovechar los recursos del río Gaduares. Se trata de una pionera obra de ingeniería pero que fracasó: no tuvo en cuenta la notable porosidad de la sierra donde se había proyectado. Pero sus muros de 50 metros de altura siguen en pie.
El recorrido de este parque «suspendido» es gratuito y apto para todos los públicos. No obstante, se recomienda que no la realicen menores de 14 años. Y tampoco está muy indicada para aquellas personas que sufren vértigo.
Hay que recordar que la maravilla kárstica por la que pasan los puentes y pasarelas fue declarado Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural (BIC) por sus pinturas rupestres de la Edad de Cobre.
La cueva
La Cueva del Hundidero, conocida por sus grandes dimensiones y el recorrido de puentes colgantes, posee además una historia fascinante que se remonta a siglos atrás. Para empezar por el principio, se dice que la cueva debe su nombre a la peculiar forma de su entrada, que se asemeja a un abismo que se hunde en la tierra. Se trata de una vista que sin duda impresiona a cualquier visitante que se acerque a sus inmediaciones.
La historia de la Cueva del Hundidero se remonta a tiempos ancestrales, cuando las civilizaciones prehistóricas habitaban la región y utilizaban estas cuevas como refugio, santuario y lugar de culto. Los restos arqueológicos encontrados en su interior revelan evidencias de asentamientos humanos que datan de miles de años atrás, lo que la convierte en un tesoro invaluable para entender nuestro pasado como especie.
La boca de la gruta se puede visitar, pero solo se puede entrar unos metros ya que está prohibido adentrarse más allá. Si se quiere visitar más en profundidad, se debe contratar los servicios de una empresa especializada.
Además, las pasarelas en Montejaque, que serpentean a lo largo de la cueva y permiten a los visitantes explorar sus recovecos más recónditos, añaden otro nivel de emoción y aventura a la visita. Estas pasarelas colgantes, hábilmente construidas para integrarse con el entorno natural de la cueva, ofrecen una perspectiva única de su majestuosidad y belleza, permitiendo a los visitantes sumergirse por completo en la magia y el misterio de este lugar único en el mundo.
En resumen, la Cueva del Hundidero es mucho más que una simple atracción turística: es un testamento a la grandeza y la diversidad de la naturaleza, así como un recordatorio de la rica historia que se esconde bajo nuestros pies. Con su ruta de puente tibetano y sus pasarelas en Montejaque, esta cueva se erige como un destino imprescindible para los amantes de la aventura, la historia y la belleza natural.