Esperar la atención social es más sangrante
Avisa de una feminización de la exclusión social y lamenta que las mujeres son «las invisibles de los invisibles»
VALÈNCIA, 10 Dic. (EUROPA PRESS) –
El impacto de la dana ocurrida el pasado 29 de octubre en Valencia tiene «unas características diferenciadas» en las personas en situación de sin hogar y «sobre las mujeres más todavía», y aunque se aún se necesita un recuento de personas que se encuentran en esta situación en los municipios afectados por la riada para dimensionar el problema, se prevé que «el número probablemente se habrá incrementado».
Así lo ha explicado, en declaraciones a Europa Press, la responsable territorial de Accem en la Comunitat Valenciana, Marta Albiol, durante la III Jornada de Género y Sinhogarismo, que se ha celebrado este martes en la Filmoteca Valenciana.
Albiol ha indicado que, para las personas en situación de sin hogar, no solo se ha vuelto más difícil el acceso a los recursos que antes estaban disponibles, sino que «la atención todavía es más de emergencia y más necesaria», por lo que «esperarse un mes a recibir una atención social es más sangrante». Ante ello, «sin duda el trabajo para las entidades viene por tratar de facilitar y gestionar todo lo que viene ser el acceso a los servicios públicos».
«El número de personas que va a requerir ayuda será mucho más elevado de lo que estamos estimando, porque hay un número de personas que están sin hogar en los municipios afectados, pero, además hay población que a lo mejor ha estado viviendo en una habitación, en un bajo, sin un contrato de alquiler, que ahora mismo se queda sin ningún tipo de recurso y ni acceso a ayuda, porque no hay manera de demostrar que esto ha sido así. Este número de personas, que no podemos de momento cuantificar, sí que preveemos que va a ser significativo», ha explicado Albiol.
Además, ha añadido que «ahora mismo en los municipios existe una entrega de alimentación, de vestuario, que de alguna forma puede sostener situaciones de infravivienda, por ejemplo; pero una vez todo esto se retire, se va a visibilizar una necesidad de trabajo que ahora mismo todavía no vemos».
SABER EL NÚMERO DE PERSONAS
La experta ha insistido en que es «muy arriesgado» avanzar cuál va a ser el impacto del futuro de este colectivo porque «ni siquiera sabemos ahora mismo cuál es el número de personas sin hogar que están en los municipios afectados y que se han visto impactadas por la dana directamente».
Por ello, de igual forma que se han realizado en los últimos años en la ciudad de València censos de personas en situación de sin hogar, ha señalado que se debe contar con «un recuento de personas que se encuentran en municipios afectados en situación de sin hogar».
Accem ha señalado que «en algunas ocasiones» sí están recibiendo información sobre la situación en las pedanías de València, donde hay personas que «a lo mejor venían al centro de día y que ahora la asiduidad al centro está mermada», ha explicado.
Sobre qué piden las organizaciones del tercer sector a las administraciones, ha afirmado que lo más importante es la coordinación entre la administración pública y las entidades sociales.
Así, respecto a cómo hacer que la recuperación llegue a las personas en situación de calle, ha indicado: «Yo creo que sobre todo acercándonos a esos municipios, mirándolas, identificándolas y ver cómo podemos trabajar con ellas, preguntándoles qué necesitan».
Así, las organizaciones se están preparando para hacer una estimación de las necesidades diferentes de las personas, sin querer «emitir recetas generalistas», sino «con una respuesta muy ajustada al tipo de necesidad que las personas nos vayan diciendo que tienen».
LAS MUJERES, «LAS INVISIBLES DE LOS INVISIBLES»
Dentro de este contexto, Albiol cree que se agravará la vulnerabilidad de las mujeres en exclusión social, especialmente las que están solas o con personas a su cargo.
La responsable de Accem ha señalado que las mujeres son «las invisibles de los invisibles». «Estamos acostumbrados a trabajar con el estereotipo de persona sin hogar, hombre, a media de 40-50 años, pero no vemos a las mujeres, a veces jóvenes, que se encuentran en una situación de calle por haber salido, a lo mejor, de un centro de menores y no tener red de apoyo, o a las que han echado de su hogar», ha expuesto.
Así, ha explicado que tradicionalmente se creía que la proporción del sinhogarismo era un 70% de hombres y un 30% de mujeres. «Nos hemos dado cuenta que probablemente esta proporción no es real y que el trabajo con las mujeres en situación de sin hogar va a ser, y es, arduo y complejo», ha explicado.
Son realidades diferentes porque las mujeres en situación de calle «sufren unas violencias que no sufren los hombres y eso impacta sobre su bienestar emocional de una manera brutal». «Hay un componente que es la violencia sexual que no lo sufren los hombres, y si lo sufren es de manera puntual. Por otro lado, algunas mujeres tratan de evitar el sinhogarismo realizando prácticas vinculadas a lo que puede ser un abuso laboral, un abuso sexual, que no está visibilizado.
«Se vive de manera distinta el sinhogarismo entre las mujeres respecto al de los hombres y no podemos tener una respuesta igual para las mujeres que para los hombres. Si hablamos de intervención individual, tenemos que hablar también de una intervención individual desde una perspectiva de género», ha explicado.
Precisamente, la jornada celebrada por Accem este martes se ha centrado en la creciente realidad de la feminización del sinhogarismo y se ha abordado el fenómeno de la exclusión residencial en las mujeres a través de la experiencia de diferentes entidades de toda España, públicas y privadas, que han compartido buenas prácticas en esta materia.
El evento ha contado con la participación de las expertas de diversas entidades de Madrid, Bilbao y Girona y con el secretario autonómico de Familia y Servicios Sociales de la Generalitat, Ignacio Grande Ballesteros. Además, se abordará el fenómeno del sinhogarismo en las mujeres a través del cine, con la proyección del cortometraje ‘Hàbitat’, ganador del Premio Berlanga 2023 otorgado por la Academia Valenciana del Audiovisual.