«Ese bandolero que fui nunca hubiera imaginado el nivel de vida que tengo ahora»
En una tarde noche lluviosa de otoño, Gijón comienza a oscurecer. Pese a todo, sus calles, empapadas, tienen vida, trasiego de gente. En una de ellas, enclavada en una arteria no muy ancha, varios chavales entran en una pequeña puerta, de donde salen varias voces y risas. Es el Club Deportivo Tíbet, un gimnasio de barrio donde hasta los cristales sudan. El ambiente está cargado, algo característico de los lugares «con esencia». De ahí han salido y salen grandes talentos del deporte de contacto asturiano, pero uno, Joel Álvarez, destaca sobre el resto. El Fenómeno recibe a ABC MMA con una sonrisa, mientras juega con su hija en brazos y termina su entrenamiento de fuerza. La atmósfera es caótica, pero tiene el sabor de los grandes caladeros de talento. Los muchachos ultiman sus entrenamientos y se disponen en fila debajo del cuadrilátero. Es el momento de escuchar al referente.
Joel Álvarez busca su séptima victoria dentro de la UFC, pero antes hace un hueco en su agenda para hablar con este periódico y analizarlo todo, incluido su turbulento pasado, que ahora utiliza como inspiración para las nuevas hornadas. En el horizonte estará su combate ante Drakkar Klose, el próximo 14 de diciembre en Tampa, Florida, donde una victoria le podría aupar de nuevo al top 15 del peso ligero de la UFC.
– Lo primero de todo, gracias por abrirnos la puertas de tu casa, el Club Deportivo Tíbet. ¿Cómo estás?
– Muy bien, acabando ya la semanita. No estoy bien del todo porque he estado un par de días con una gripe fea, pero ya se me ha quitado, he vuelto a los entrenamientos y tengo muy buenas sensaciones para esta pelea.
– Queda apenas un mes para que te enfrentes a Drakkar Klose. Igual no es un nombre tan mediático, pero tiene un récord de 9-2 en la UFC. ¿Qué has podido analizar de él?
– Es un tío que es bueno, uno malo no tiene ese récord en UFC. He visto sus peleas, lo he estudiado bien y puede ser una pelea bonita para mí por el estilo que tiene Drakkar Klose.
– ¿Cree que irá al choque en esta pelea?
– Creo que buscará bombas. Se equivocará puede ser y buscará el ‘wrestling’, puede ser una pelea entretenida. Una pelea para que el público se vaya contento.
– ¿Cómo está yendo el ‘training camp’?
– El ‘training camp’ lo estoy haciendo como siempre en el Tíbet, en mi casa, con mi gente. No está siendo enfocado más en golpeo ni en lucha, está siendo muy variado porque la pelea puede ir para cualquier lado. Estamos haciendo un poco. Ahora llegan los refuerzos: Enrique Wasabi, Acoidan Duque, Basco, Miguel Ángel Colombo… así que muy bien. Siempre hay que quitar unos 10 kilos, que es la parte complicada, pero por lo demás muy bien.
– Uno de los cambios que hiciste en los últimos tiempos es ajustar mejor el recorte de peso. ¿Por qué ya no son tan duros para ti? ¿Has perdido músculo?
– Antes eran muy extremos, incluso traumáticos. Y ahora no es que haya quitado músculo, es que lo he ganado. Vamos haciéndonos más inteligentes, David Rojas es el que me lleva todo esto. El músculo se deshidrata, la grasa no. Me noto mucho más fuerte y cuando empezamos a perder agua, logro bajar el peso bien. Antes igual me tiraba dos semanas deshidratándome, no sabía hacerlo bien. Pecaba de ignorante y era un castigo muy grande.
– Una de las grandes novedades para este combate es que viajas a Estados Unidos. ¿El visado ya está arreglado?
– Sí, sí, el visado ya está arreglado. Vuelvo a ser persona grata en Estados Unidos. La primera vez que tuvieron que darme el perdón para entrar allí fueron tres semanas y esta vez han sido ocho meses. Cuando pregunté en abril y les dije que la otra vez me había durado tres semanas, me dijo que había tenido suerte. Ahora entiendo por qué lo decía (risas). Tengo un año para entrar en Estados Unidos, hasta noviembre de 2025. Hablando de temas políticos, que Donald Trump (muy amigo de Dana White) haya ganado, creo que nos conviene a los luchadores de UFC.
– ¿Cómo te han afectado esas limitaciones y cancelaciones de combates por culpa del visado?
– Te afecta un montón, sobre todo cuando llevas la preparación hecha, porque te corta. Haces todo el campamento y te dan la patada. Cuentas con esa actividad deportiva y económica y no llega. Es una hostia grande. Ahí llega lo complicado, mantente entrenando, sigues enfocado pese a todo, es lo que marca la diferencia de un gran profesional a alguien que lo haga por hobby. Hablé con mi mánager y me dijo que estaban muy contentos, que me habían dado el bono. Pero tengo que volver pronto a la rueda. Lo bueno es que voy a cumplir con esa actividad constante que quiero tener.
– ¿Qué tal esa relación con Ali Abdelaziz (su representante)?
– Muy bien, muy fluida y correcta. Él su trabajo y yo el mío.
– ¿Y el inglés cómo va?
– Ali, al no ser americano, habla muy claro, le entiendo bastante bien. Yo voy haciendo mis frases.
– ¿Hacia dónde te debería llevar una victoria contra Drakkar Klose?
– Me debería meter en el ranking, en el top 15, otra vez. No entraba en el ranking por falta de actividad, ahora estoy activo, si gano esta pelea, soy carne de ranking. Y ya tocará ir a por los chicos de arriba.
– ¿Algún nombre legendario en el ranking del peso ligero al que querer enfrentar?
– Me gustaría pelear contra alguien que vaya a la carga, por eso pedí a Bobby Green. Gente que pelee en el ‘striking’, que sea bonita y divertida. Paddy Pimblett me mola, es un tío batallero y tiene buen grappling como yo, luego de los de arriba Dan Hooker por el estilo que trae, sería una pelea guapa.
– ¿Cómo hacéis el análisis de tus rivales?
– Yo lo suelo hacer solo, cada miembro del equipo lo hace por separado. Me voy poniendo cuatro o cinco peleas mientras hago la cinta de correr. Y veo los detalles para adaptarme luego a la pelea.
– Algo que sorprende mucho de tu estilo de pelea actual es la madurez que tienes en tus combates. ¿Cómo has evolucionado esta faceta?
– Te lo da la experiencia, el ser más hombre, el cambio de mentalidad. Lo pasas del gimnasio a la jaula. Aquí entrenaba con los chavales y buscaba noquearlos y finalizarlos, porque pensaba que haciéndolo en el gimnasio lo haría también en la jaula. Pero me di cuenta de que no es así. Al madurar ya no tienes ese afán, y las finalizaciones siguen llegando. Te vas haciendo más frío y calculador. Antes era mi sangre que me hervía, pero ahora es diferente. No sé si ser padre tocó esa fibra.
– Hablando de ser padre. ¿Cómo te ha cambiado la vida?
– Yo siempre fui un bandolero, bandolero pistolero (risas). Un canalla. Y ahora le das mucha importancia a todo, hasta tu manera de conducir es distinta. Sabes que ya no le puedes faltar a esa personita y no puedes fallarle. Tienes que intentar darle, no todo, porque no quiero que tenga todo, pero sí lo mejor. Que sepa que si se cae de espaldas que sepa que tiene un colchón donde caerse, no que tenga que pasar lo que yo, que no había colchón. Eso hace que a peleas de la UFC no le des ni importancia, porque es una pelea y te van a pagar.
– ¿El hecho de que haya nacido tu hija hace que valores más las situaciones que tuviste que superar?
– Nunca le di valor a eso. Hay gente que lo tiene mucho más jodido. Mis capacidades son muy buenas, estoy sano, a llorar a la llorería, búscate la vida y para arriba. El que no tira hacia adelante y no se busca la vida creo que son excusas. Para la nena, quiero que se busque la vida, aunque siempre estarán ahí su padre y su madre.
– Seguro que hay muchos chavales que están pasando por una etapa ‘golfa’, algo similar a lo que viviste tú en tu juventud. ¿Qué mensajes les mandarías?
– Hasta que tú no le ves las orejas al lobo, no cambias la mentalidad. Tienes que llevarte tú la hostia. A mí también me lo decían, que iba a acabar mal la cosa y finalmente acaba mal la cosa. Pero hasta que no te das cuenta, no escarmientas. Lo que sí diría que se dejen de la noche, la noche es para dormir. Yo trabajé en la noche cinco años y te trae malas compañías, son muy falsas. Es vivir en una nube. Al final era el portero, el que reparte, el guay y si te juntan los que van de macarras, que ni son macarras ni son nada, las chicas que quieren ligar con el durillo de turno… Es todo una nube de mentira. Que se centren en este deporte tan bonito y que intenten llevar una vida plena.
– Hablando del deporte de nuevo. ¿Cómo definirías tu gimnasio, el Tíbet?
– Es un lugar con mucha esencia, pero no es para todo el mundo. Aquí no ves postureo, ese tipo de gente que viene con ese plan enseguida se da cuenta de que no encaja aquí. Es un ambiente muy familiar, muy ‘hooligan’. Nos apoyamos todos mucho. Es un hogar, con una jerarquía. Está la palabra de los patrones y por encima de eso no hay nada.
– Te he visto que hoy estabas al mando del club, que si camiseta por allí, que si mover esto otro por allá…
– Sí, al final, a los patrones (Pepín y Borja Álvarez) es raro verlos. Me encargo yo del gimnasio. Tiramos todos del carro, para que se siga manteniendo este club social que tenemos aquí. Es el club de la lucha.
– ¿Qué importancia han tenido tus entrenadores Pepín y Borja para ti?
– Toda la del mundo. Son mis patrones, con los que llevo desde que empecé. Me han apoyado siempre. Desde que quise empezar a entrenar más yo, me dejaron las llaves del gimnasio. Para mí, viniendo de dónde vengo, que me dejen las llaves de su gimnasio, es algo que valoro mucho y lo hago con lealtad. La gente me dice que por qué no fui al American Top Team o a otros a entrenar y no, aquí acabaré, hasta donde llegue con ellos, pero será aquí.
– ¿Hasta donde llegues con ellos es ser campeón de la UFC? ¿Es tu principal ambición?
– No. Mi ambición es ser un buen padre y un buen compañero, mirar por los muchachos que vienen por detrás. Y hacer dinero con esto de las peleas. Algunos dicen: ‘¡No tienes ambición!’. Y me da la risa, qué sabrán ellos lo que es ambición. Mi ambición es hacer dinero, darle una buena vida a mi familia y poder dedicarme a mi familia. No pienso en títulos ni rankings.– ¡Son ya seis victorias en la UFC! Esa bolsa ha tenido que ir subiendo, ¿no?
– Sí, sí, es una buena bolsa, cobro bien y tengo un buen contrato. Puedo mantener un nivel de vida que ese bandolero no lo hubiese imaginado nunca. No era el futuro que me deparaba con aquella vida, lo tengo muy claro. Por eso estoy agradecido a Dios, a mis patrones, a mi familia, a los que me apoyan.
– Retomemos el asunto UFC España. ¿Qué importancia le das a esa posible llegada en 2025?
– Yo creo que ya es el momento. Por menos de lo que hemos hecho aquí, han llevado la UFC a otros países. Ya toca que lo hagan en España. Abril o mayo sería buenas fechas para hacerlo. Sería un evento genial, con el auge que tiene la UFC en España, es el momento.
– Te tengo que preguntar por tus compañeros en UFC. Empezamos con Ilia Topuria. Prometió que noquearía a Max Holloway y lo hizo. ¿Cómo lo ves?
– Me quedé acojonado. Yo era de los que decía que no boxearía a Holloway, que lo suyo era ir al suelo. Pero es que lo noqueó, que nadie lo había hecho. Como atleta es otro nivel. Es el mejor peso pluma que existe ahora, sin dudas.
– ¿Crees que podría ir a por el cinturón de la división de peso ligero contra Islam Makhachev?
– Después de lo de Holloway, no anda muy desencaminado con lo que dice. Los perros grandes de ligero son perros feos, Islam Makhachev y compañía. Pero es un gran atleta, después de lo de Holloway es brutal.
– Y el otro compañero en activo es Dani Bárez. Por fin sumó su primera victoria en UFC.
– Por fin. Ya se quitó la espinita. Va a poder lucir mucho mejor. Los nervios de la pelea ya lo pasó. Los nervios de la primera victoria ya lo pasó. Ahora viene su mejor versión. A mí me pasó algo parecido, perdí la primera, la segunda la gané pero no fue un gran espectáculo y, a partir de ahí, ya fueron todos espectáculos buenos. Es un cambio de chip.
– ¿Hasta dónde pueden llegar las MMA en España?
– Ahora es una moda. Es una pasada. Para nosotros es favorable vivir este crecimiento y creo que va a seguir haciéndolo. Todo el mundo ya sabe lo que es la UFC, las MMA. Ha crecido muchísimo y mola verlo.
– Joel, sabemos que tu hija es muy pequeña, pero… y si te dice que quiere ser como el padre, que quiere pelear en un futuro. ¿Te gustaría?
– Es peligroso, es un trabajo feo. No es un plato de buen gusto. Está muy guapo en redes sociales y en Instagram. Pero no os veo haciéndolo, ¿eh? Es muy jodido. Si quiere hacerlo por hobbie, hacer una peleíllas y tal, que lo disfrute. Pero dedicarte a esto no se lo recomendaría a mi hija, si lo quiere hacer… como si quiere ser bombera, cirujano o periodista, la apoyaré. Pero yo no se lo recomendaría.
– ¿En qué te ha cambiado la vida las artes marciales mixtas?
– Llevas la vida de una manera distinta, una vida sana. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, como dicen en Spiderman. Tienes que ser consciente de tus actos. Te cambia mucho la vida. No llevaba buen camino la cosa, y ahora lleva un camino maravilloso y de rosas, duro, pero de rosas.
– ¿Qué es lo más duro de este deporte?
– El recorte de peso. Aunque todo es muy mental. Lo más duro, quizá, sea la mente.
– ¿Acabarías con los recortes de peso?
– Yo sí, me gustaría que todo el mundo peleara en su peso natural. Pero no creo que los vayan a quitar.