«Es peligroso que el poder se erija en guardián y diga qué es la verdad»
Bulos, noticias, posverdad, verdad. Suelen aparecer juntas en la misma frase, pero no pueden ser más distintas. Lo dijo este viernes el director de ABC, Julián Quirós: «La noticia son los hechos, y los hechos no tienen que ver con la propaganda, ni con los bulos. Son hechos. Los bulos lo que antes llamábamos propaganda cuando queríamos diferenciarlos de las noticias».
Julián Quirós participó en el tercer y último día de las Jornadas de Otoño, que la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno organiza en Pozoblanco, y que este año han versado sobre el bicentenario del nacimiento de Juan Valera, sobre los hermanos Antonio y Manuel Machado y sobre la desinformación.
En una sesión en la que estuvieron presentes también los periodistas Álex Grijelmo y Juan Luis Cebrián, el director de ABC se preguntó si tiene sentido en este tiempo una definición clásica de noticia, aquella que dice que es lo que alguien en algún lugar no quiere que se publique. «Y yo creo que sí, que no hay que dejarnos llevar por las tensiones recientes para olvidarnos de los fundamentos».
Ahora se habla de bulos de forma constante en relación con la información, y con la sospecha de que salen de la prensa, entendida como los medios de comunicación profesionales, y esto no es cierto: «Los bulos existen, pero se fabrican fuera de los medios profesionales, de la prensa. Se han fabricado o bien para debilitarlos, para comunicar ideas distintas, o bien para engañar a la prensa o bien para acosarla. Para decir que los medios no dicen la verdad».
Julián Quirós insistió en que nacen y funcionan como «una palanca ideada contra la prensa, pero también contra la sociedad y contra la democracia». Admitió también que la prensa puede ser «sumamente imperfecta, cada vez con menos tiempo para resolver y contestar».
«Comete errores exageraciones, tiene sesgo y le da intencionalidad. Puede tener mayor o menor rigor, pero la prensa profesional no inventa ni planifica hechos falsos a conciencia», defendió al director de ABC.
Llamó también la atención sobre las opiniones, que, como recordó, «no son buenos. Pueden ser confundidas o criticables, pero los bulos son hechos falsos, y no opiniones que no parezcan aceptables. Si todo se tacha de bulo, se le quita importancia».
La desinformación es un gran problema para la sociedad, afirmó Julián Quirós, porque «destruye la confianza, y eso no es sólo un problema de los periodistas». Con el proceso tan rápido de digitalización se ha acentuado, pero ejemplos como la trama rusa de injerencia en Cataluña o el parking de Bonaire en la reciente DANA en Valencia son elementos ajenos al sistema tradicional de los medios. Y sí, «siempre ha habido prensa amarilla y sensacionalista, pero es distinto de la posverdad y del desprecio a la verdad».
«Tendrá mayor o menor rigor, pero la prensa no inventa ni planifica hechos falsos a conciencia»
Julián Quirós
Director de ABC
El director de ABC se refirió también al plan que tras su retiro de cinco días anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y que se ha revelado como «absolutamente inoperante».
Es más, esgrimió entonces unas razones y unos asuntos sobre los que, según el jefe del Ejecutivo, se han disparado los bulos, como la inmigración, las vacunas y la crisis climática. «Todo eso son bulos que sólo se han difundido en las redes sociales», concluyó Julián Quirós, y aquel llamado Plan de Regeneración «dejaba fuera a quienes fabricaban esos bulos».
«Es peligroso que el poder se erija en guardián de la verdad y diga qué es verdad y qué no. En una dictadura, el poder puede dictar verdad oficial, y de hecho por sistema fija qué es información y qué desinformación. En las democracias no es posible, porque el punto de vista gubernamental choca con otros puntos de vista, independientemente de cuál está más cerca de la verdad», aseveró.
Riesgo de censura
Para la sociedad, admitir que sea el poder quien de diga qué es verdad y qué no significa darle unos con los que se puede haber riesgo de censura política. Al hablar de la censura citó a Miguel Delibes, que además de escritor fue director del diario ‘El Norte de Castilla’, con una frase: «El problema de la censura no es lo que quita, sino lo que obliga a poner».
El cambio «brutal» ha venido dado por internet y por los cambios que ha impuesto, que ha llevado a situaciones muy difíciles de manejar. También han aparecido nuevas iniciativas, «algunas parecidas a medios y otras muy distintas».
«Si oculto el nombre, miento en la manera en que me nombro. Manos a la luz, rostro en la oscuridad»
Álex Grijelmo
Periodista de ‘El País’
Y lo resultante de todo esto, admitió el director de ABC, es «una pérdida importante de la fortaleza de los medios, que es la pérdida del monopolio de la intermediación». «Ahora no somos autónomos del todo, porque la irrupción brutal de las redes y una disminución importante de ingresos. En la prensa, es un desequilibro a favor del poder y en perjuicio de la prensa», advirtió.
Los medios de comunicación han perdido influencia y en parte del control de la agenda, de la capacidad para decidir de qué se habla. Es más, «el poder tiene cada vez más personal que trabaja enfrente de los periodistas». «Ya no decidimos qué debe saber la gente. Aunque todavía hay muchas cosas que la gente no sabe y que contamos, también hay cosas que creen que saben y que no son verdad», explicó.
La prensa vive asediada. «A un lado está Google, que distribuye el 50 % del contenido de los periódicos». Pero es también «un competidor directo, que ha acaparado publicidad».
En el otro lado están las redes sociales, que se han quedado con una buena parte de la captación de la atención. «No son medios, porque tienen otra lógica. No tienen preceptos editoriales y se mueven por un algoritmo. Pero una cosa es cómo lo veo y yo y otra cómo me gustaría que fuera y otra cómo lo ven los ciudadanos», insistió Julián Quirós, que prefirió llamar «canal» a las redes sociales.
De ellos pueden salir muchos bulos, pero más preocupante es la toxicidad, los contenidos dañinos. El director de ABC concluyó su intervención con una advertencia: «Si los medios no se salvan, el problema no es de los medios, sino de la democracia tal y como la entendemos».
Antes había intervenido Álex Grijelmo, articulista de ‘El País’ y autor de libros como ‘El estilo del periodista’, que habló sobre uno de los problemas actuales, que es la proliferación del anonimato en internet, como fuente de problemas. Comenzó recordando el nombre propio como un derecho para los niños y una fuente de información fundamental para la identidad de alguien, y bajo ese punto de vista, el anónimo o la ocultación del nombre debajo de uno que es falso, es ante todo una forma de desinformación.
«Hay muchos más periodistas para dar buenas noticias que para investigar las malas»
Juan Luis Cebrián
Fundador de ‘El País’
«Un nombre es desinformación cuando no designa una verdad, sino que la oculta. Miento en la manera en que me estoy nombrando», dijo el periodista, que resumió la estrategia de la ocultación en internet de forma gráfica: «Manos a la luz, rostro en la oscuridad». Siempre hubo anónimos, pero en internet tienen afán de daño, precisamente por poder ampararse en no ofrecer su identidad.
Puso ejemplos gráficos y reales: «Un niño de diez años no puede entrar en una tienda física de artículos sexuales, pero sí en una de internet, e incluso comprarlos, si tiene la tarjeta de crédito de sus padres. Toda persona se ha de identificar para enviar una carta al director, pero puede escribir sin identificarse un comentario».
Y de ahí llegó a reseñas falsas de hoteles restaurantes, o al menos no comprobadas. Las grandes plataformas se dedican a retirar contenidos violentos o de odio, en muchas ocasiones de carácter extremo, pero eso significa que también existe mucho y también mucho acoso, que se esconde en el fenómeno del «agresor motivado» por el anonimato. La autorregulación y la limitación pueden ayudar en el futuro.
Juan Luis Cebrián, fundador de ‘El País’, cerró las intervenciones hablando ante todo de posverdad y de la fabricación del relato, ahora crucial. «Ahora hay muchos más periodistas dedicados a que se publiquen noticias buenas y no se publiquen las malas, que periodistas dedicados a investigar para publicar malas noticias», dijo.
Para la posverdad puso ejemplos: Donald Trump y Pedro Sánchez: «Si mentir es decir lo contrario de lo que se siente, ellos las mentiras se las creen de verdad». Para él, «los mayores inventores de noticias falsas son los gobiernos».