El Tribunal de Cuentas fiscaliza al Museo Nacional Reina Sofía por el «relevante retraso» en sus cuentas anuales de 2021
MADRID, 29 Nov. (EUROPA PRESS) –
El Tribunal de Cuentas ha fiscalizado la gestión económico-financiera del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), incluyendo los sistemas y procedimientos de gestión utilizados para desarrollar su actividad y cumplir sus objetivos, relativos al ejercicio 2021, por el «relevante retraso» de más de un año en la aprobación y rendición de sus cuentas anuales.
En el análisis, al que ha tenido acceso Europa Press, el Tribunal de cuentas explica que no hay «perjuicio» de la extensión de la fiscalización del ejercicio 2021 hasta finales de 2023 para algunos de los procedimientos, ya que el retraso se encontraba tanto en el ejercicio fiscalizado como en los posteriores, encontrándose sin rendir las cuentas de 2022 y 2023.
Así, el Tribunal de Cuentas ha avisado de «algunas debilidades y deficiencias» en los procedimientos de control interno de la pinacoteca, así como en la estructura de recursos humanos y en la planificación estratégica.
Sin embargo, también asegura que algunas de esas deficiencias, que estaban siendo provocadas por la falta de recursos humanos, «están tratando de solventarse«.
Otro de los defectos que han provocado esta fiscalización es el sistema de seguridad y protección ante posibles incendios.
«Al analizar la gestión de su colección de obras de arte se han observado significativas incidencias (…) que repercuten en su adecuado control, al no existir un inventario fiable y disponer de un sistema informático con múltiples limitaciones, detectándose deficiencias en el registro, valoración y localización de las obras, y en la información sobre los depósitos de obras de terceros«, ha informado el Tribunal.
Por eso, el Tribunal de Cuentas ha formulado recomendaciones al Museo y al Ministerio de Cultura, del que depende la pinacoteca, para promover mejoras respecto a los órganos rectores. Entre ellas está el análisis de su dotación de personal en tareas de gestión para que pueda cumplir sus funciones con eficacia; así como reformular las principales actuaciones relacionadas con la gestión de las obras de arte y los sistemas informáticos utilizados para tal fin, con objeto de evitar las incidencias observadas y favorecer el cumplimiento de la normativa.