«El teatro es aquello que es capaz de mover y trasladar al ser humano»

«El teatro es aquello que es capaz de mover y trasladar al ser humano»



«Si aporta algo habré hecho muy bien en no jubilarme. Si no aporta nada, estaré haciendo el tonto… Pero a mí me gustaría seguir trabajando». Quien pronuncia estas palabras es Pilar de Yzaguirre, 89 años, y se refiere al Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid, que se inaugura el próximo 6 de noviembre y este año cumple cuarenta años de vida. Pilar de Yzaguirre dirigió, junto a José Luis Ocejo, aquella primera edición -inaugurada por Josep Carreras con un recital en el Teatro Real-, y a Mariano de Paco, consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, le pareció que encargarle la programación de este año sería una bonita manera de rendir homenaje a esta batalladora y apasionada mujer. «Decir que me hizo ilusión es poco. Cuando me lo propuso me asusté, porque soy consciente de todo lo que he perdido con los años. Lo que yo hice hace cuarenta años es inimaginable a mi edad. Porque yo me fui, por ejemplo, a París en mi coche de una tirada…»

Madrid es, culturalmente, una ciudad muy diferente a cómo era hace cuarenta años. «Gracias al Festival de Otoño. Hubo gente que se indignó con lo que hacíamos. Fue difícil acostumbrar al público a las nuevas tendencias que traíamos, pero yo estaba tranquila, sabía que los espectáculos que traíamos iban a triunfar». No duda Pilar de Yzaguirre cuando se le pregunta de qué se siente más orgullosa de haber traído a Madrid. «El ‘Mahabharata’ de Peter Brook -contesta rotunda; el espectáculo, de once horas de duración, se presentó en la segunda edición, en 1985-. ¡Costó tanto esfuerzo, tanto! No había dinero, no había un lugar donde presentarlo… Lo vimos en Aviñón, y decidí coproducirlo con mi empresa, Ysarca, porque yo quería que se viera en Madrid. No tengo ni idea de cómo lo hice, pero lo hice; hoy en día sería imposible».

Se estrenó, recuerda, en medio de una atmósfera muy tensa, «por cómo trabaja él y lo que transmite. Pero era un espectáculo tan hermoso…». Tuvo problemas para sentar a los invitados, y más cuando la Reina Doña Sofía anunció a última hora su presencia. «Estaba todo absolutamente vendido. Recuerdo que Javier Solana, ministro de Cultura entonces, se sentó en las escaleras. Y Peter Brook enfadadísimo: «¡Esto no puede ser, no puede llegar a última hora y querer sentarse, no es una Reina demócrata!». Pero bueno, al final se sentó todo el mundo. Tuvimos el estreno más maravilloso del siglo, y el público no se quería ir después de once horas de espectáculo. Consiguió atrapar a todo el mundo, y a mí me sirvió como tarjeta de presentación para traer otras cosas».


Pilar de Yzaguirre, junto al coreógrafo Maurice Béjart y el bailarín Jorge Donn


YSARCA

Han pasado cuarenta años, y Pilar de Yzaguirre ha querido en esta edición traer a artistas internacionales como Robert Lepage, Wajdi Mouawad o Jo Stromgren Kompani. «Aunque parezca mentira, el presupuesto es ahora mucho menor y no he podido hacer lo que hubiera querido. Pero me he empeñado en traer ‘The Seven Streams of the River Orta’, de Robert Lepage, que no ha venido a España y que es una maravilla. La compañía ya no la tiene en repertorio, pero le pedí que la trajera como regalo de cumpleaños, porque así me siento yo… Es un recuerdo del siglo XX, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Ha sido difícil económicamente, pero Lepage me vio tan enamorada del espectáculo que hizo un esfuerzo. Y es que en esta profesión el amor y la pasión están por encima de todo. Hay algo que te hace volcarte en ello: y no es el dinero, en absoluto, es la necesidad de transmitir lo que los creadores hacen, de abrirnos a pensamientos y tendencias diferentes.

¿Cómo han influido los espectáculos internacionales presentados en el Festival de Otoño en los creadores españoles? «Le diré lo que me dijo Adolfo Marsillach en una de las primeras ediciones. «¿Y ahora yo qué hago?». No siguen faltando, hoy en día, creadores excepcionales que marcan el paso. «Ahí está Wajdi Mouawad, Lo conocí porque mi hija se casó en Canadá, y en una de mis visitas me dijeron que tenía que ver ‘Incendios’, que era lo mejor del mundo en ese momento. Yo pensaba que era una exageración. No había entradas, pero al final conseguí que me sentaran en una silla plegable incomodísima. A los 15 minutos ya estaba como loca y pensando en cómo lo traería a España (entonces duraba nueve horas). Se lo ofrecí a Mario Gas, y lo llevó al Matadero. Pero no fue a verlo hasta el tercer día, y salió entusiasmado. «¡Pilar, me has traído al mejor dramaturgo del mundo!»»


Junto a Peter Brook


Ysarca

«El teatro, las artes escénicas -concluye Pilar de Yzaguirre- es aquello que es capaz de mover al ser humano, de trasladarle. Es lo que te saca de tu mundo de confort. Yo en media hora sé si un espectáculo me va a trasladar o no, a hacerte perder durante un tiempo tu identidad». Y es que no hay que entender, dice Pilar de Yzaguirre. Hay que sentir. «El teatro es emoción. Y saber, claro. Todos esos sabios que nada más que hablan y leen, pero no sienten, te dicen que te calles, que no tienes idea de lo que estás hablando. Pero lo verdaderamente mío es sentir. que se te erice el pelo, que te emociones. Yo me emociono y siento mucho. Y si no sientes, no puedes ser un buen programador».

Fuente: www.abc.es