'El sonido del mar', de Mayte Vieta en el CGAC: A penas sin orilla que pisar
En el CGAC de Santiago de Compostela habita la exposición individual de Mayte Vieta (Blanes, Girona, 1971), donde nos encontraremos fotografías e instalaciones bajo el hilo conductor del mar y sus derivados. A pesar de que ella no se considera fotógrafa y la escultura ha sido y fue algo que le apasiona y practica, la faceta más conocida de la artista catalana son las imágenes que capta y escoge con su cámara. La fotografía tal vez sintetiza su perfil más personal e intransferible. A lo largo del recorrido por las salas, y una vez fuera del museo, perdura en la memoria la imagen de una mujer sumergida en un fondo marino. La inmersión, inerte, en el sordo mar.Noticias Relacionadas estandar Si CRÍTICA DE: ‘Esperpento’, en el Museo Reina Sofía: Deletrear y ‘deformar’ esta palabra Javier Díaz-Guardiola estandar Si ARTE Convidados de piedra en La Pedrera de Barcelona Isabel LázaroAguantar la respiración, la apnea, podría figurar como el primer subtítulo de la individual. Se trata de imágenes en el limbo de lo inerte, pues hablamos de cuerpos que caen al agua de noche y, así, suspendidos, pueden resolverse en cada espectador en forma de vida, saliendo a la superficie, o de muerte, ahogadas.Motivo recurrenteLa mujer sumergida es un motivo recurrente en la obra de Vieta: ‘Silencio’ (1999), ‘Nocturna’ (2024) o ‘Cuerpos de luz’ (2009). Sobre esta última obra, la comisaria Natàlia Chocarro escribe: «En estas fotografías, una luz proyectada en el mar mediante un potente foco nos revela la presencia de un cuerpo femenino flotando en medio de la nada. Inmerso en la quietud de un abismo ingrávido, el cuerpo da la impresión de estar suspendido en el tiempo y en el espacio, en una realidad paralela, onírica; más alegórica que descriptiva. Inerte y desnudo, el cuerpo levita, como la ‘Ofelia’ de Millais, en aguas heladas, completamente expuesto a la intemperie». Podríamos decir que la obra fotográfica de Mayte Vieta transcurre entre dos escenarios: o bien la oscuridad del fondo marino, o bien la superficie del mar y la luz. Por ejemplo, la instalación del año 2022 ‘La sonrisa innumerable de las olas del mar’, que consiste en la reunión de múltiples amaneceres en blanco y negro. También la serie ‘El Paraíso perdido’, creada este año con motivo de la exposición actual en el CGAC.Una de las obras de Vieta en el CGAC ABCEl segundo posible subtítulo sería ‘salir del ruido’. Es decir, dejar de compartir los ruidos individuales con los de la tribu. La conquista del aislamiento en las obras de Vieta presupone la búsqueda de una intimidad solitaria. Los sonidos únicos de la soledad que, como retrata la artista, son cada día más difíciles de encontrar. La pertenencia al silencio, tal y como Mayte Vieta lo elige plásticamente, nos recuerda a tres artistas gallegos cuya obra dialogaría sin palabras con las de Vieta: las fotografías y el uso de los pigmentos de Manuel Vilariño (La Coruña, 1952), las cajas de mar proyectado de Rubén Ramos Balsa (Santiago de Compostela, 1978) y los paisajes desoladores al tiempo que energéticos de Carla Andrade (Vigo, 1983). Las obras de los cuatro artistas –cada uno con sus particularidades– sostienen el aliento, suspenden el tiempo de una manera plástica e íntima. Falta el aire.Mayte Vieta ‘El sonido del mar’. CGAC. Santiago de Compostela. C/ Valle Inclán, 2. Comisaria: Natàlia Chocarro. Hasta el 19 de enero de 2025. Cuatro estrellasLas atmosferas recreadas por Mayte Vieta acercan a multitud de espacios cargados de simbologías de libre elección para el espectador (la muerte, la vida, la soledad). Esa realidad paralela que ralentiza y expande el tiempo de la Naturaleza en las imágenes. La apnea. Salir del ruido.