El pueblo de León que tiene unos fiordos escondidos que nada tiene que envidiar a los noruegos
En ocasiones puesto a resaltar las bondades de otros países, a veces olvidamos que hay joyas escondidas en nuestro entorno más próximo. No tenemos que irnos tan lejos ni gastarnos demasiado para disfrutar de paisajes espectaculares que no tienen nada que envidiar a zonas turísticas más conocidas .Hay un espacio natural de León que recuerda a los fiordos noruegos y puede ser el plan perfecto para un fin de semana.
Fiordos leoneses
Si creemos que los fiordos solo son cosa de otras latitudes, como los países escandinavos estaríamos muy equivocados. Los fiordos leoneses de Riaño, es un extensa masa de valles y entornos escarpados con aguas que reflejan esta naturaleza vibrante. Un lugar tranquilo y bello que puede atraer a locales y turistas. Y también es idóneo para deportes como el senderismo y aficiones que supongan estar en contacto con la naturaleza.
Es un paisaje para todos los sentidos, con una paleta cromática otoñal que atrae las miradas de todos. Con el sonido gutural de la montaña donde podemos oír la berrea, que es el periodo en el que el ciervo rojo comienza con sus rituales de apareamiento, y el aire puro. Los que buscan tranquilidad acertarán en su elección.
Un valor que también reconoce el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, detalla que se trata de una comarca de grandes valores naturales y paisajísticos. Además. señalan que esta zona fue declarada en 1994 por la Junta de Castilla y León, Parque Regional por haberse conservado en ella «ecosistemas propios de la región eurosiberiana, que tiene como expresión más significativa extensas áreas de bosque atlántico caracterizadas por robledales y hayedos, con unas poblaciones de fauna entre las que destacan el oso pardo y el urogallo«. Dirigiéndonos al norte se encuentra el Parque Nacional de los Picos de Europa.
Embalse de Riaño
Asimismo, detallan que el embalse de Riaño es el más grande de todos lo construidos por el Estado en la cuenca del Duero. Su capacidad, superior a los 650 millones de metros cúbicos de agua, es suficiente para garantizar el riego de 80.000 hectáreas ubicadas, fundamentalmente, en la provincia de León. Y aunque su construcción dio comienzo a mediados de la década de los años sesenta del pasado siglo, el cierre de la presa no fue posible hasta el mes de diciembre de 1987.
El embalse de Riaño tiene más de 100 kilómetros de costa y en sus aguas pueden practicarse, además de la pesca, una amplia variedad de deportes náuticos, así como hacer el popular paseo en barca. El Museo Etnográfico de Riaño nos revela que en 1987 bajo las aguas del pantano de Riaño quedaron sepultados nueve pueblos: Anciles, Escaro, Hueldes, La Puerta, Vegacernega, Pedrosa del Rey, Burón, Riaño y Salio.
Y el ministerio apunta que «el muro de hormigón que, en forma de bóveda, retiene las aguas del Esla en uno de los más hermosos valles de la provincia leonesa, tiene una longitud de 337 metros y se alza casi 100 desde el suelo», apuntan.