El PSOE de Castilla y León, a Sevilla en dos delegaciones
El próximo viernes arranca en Sevilla el 41º Congreso Federal del PSOE, una cita de la que saldrá reelegido Pedro Sánchez como secretario general y en el que sus más fervientes seguidores quieren que se concentre todo el foco. Que a nadie se le ocurra montar algún numerito similar al que el pasado mes se organizó cuando la Ejecutiva liderada por el secretario general del PSCL, Luis Tudanca, intentó convocar unas primarias exprés que la dirección nacional tumbó sin contemplaciones. Todos con Sánchez y luego ya se verá es la instrucción que llevan los delegados del PSOE de Castilla y León. Sin embargo, la forma en la que se ha organizado la propia cita congresual ya deja en evidencia que los socialistas de la Comunidad llegan a la capital hispalense completamente fracturados y que cuando la abandonen comenzará la gran batalla que llevará al Congreso autonómico previsto para el 22 y 23 de febrero.
A Sevilla –donde empezarán a medirse claramente las fuerzas– técnicamente se podría decir que no acude una delegación del PSCL si no dos, porque los representantes de León y Valladolid –las que cuentan con un mayor número de delegados, ya que son 30 de 58– han optado por buscar un techo para descansar distinto al que tendrá el sector oficial de la Comunidad capitaneado por Tudanca. Leoneses y pucelanos se alojarán en un hotel diferente al resto, según ha podido saber ABC, demostrando, de paso, que lo de la tradicional rivalidad provincial no va con ellos. Los del Bernesga también han fletado su propio autobús, y lo llenan (al sumar a los invitados), para el traslado hasta la capital andaluza.
Así que tiempo tendrán las delegaciones que encabezan, en el caso de León, su secretario provincial, Javier Alfonso Cendón, y en la de Valladolid, la viceportavoz en las Cortes, Patricia Gómez, de avanzar en el diseño de sus próximos movimientos, que no serán otros que armar un candidato a la secretaría general del PSCL alternativo a Luis Tudanca, si es que éste llega a presentarse.
Sin contacto
Los socialistas castellano y leoneses afrontarán un Congreso Federal llamado a dejar algunas evidencias. La primera, el punto en el que se encuentran las relaciones de Luis Tudanca con Pedro Sánchez. El que fuera uno de los más puros exponentes del sanchismo parece que ha dejado de serlo después de que Ferraz le señalase como uno de los barones autonómicos a apartar. Con ello se cayó un mito que obligó al propio presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, a cambiar su discurso y apartar el repetitivo calificativo de «sanchista» con que hasta hace poco obsequiaba al burgalés a la menor ocasión. Porque la realidad es que hace meses que Tudanca y Sánchez no cruzan palabra, ni en directo ni en diferido, así que a la vera del Guadalquivir se volverán a encontrar, aunque sólo sea porque el secretario general y único candidato se reunirá con los responsables de las diferentes delegaciones en las negociaciones que se lleven a cabo, entre otras cosas, para diseñar la nueva Ejecutiva del Partido.
Sánchez y Tudanca no se ven cara a cara desde hace meses, (una de las últimas ocasiones fue en el Comité Federal del 7 de septiembre), y conversaciones telefónicas tampoco se han producido desde la frustrada convocatoria del Congreso Autonómico que anuló Ferraz, a principios de octubre, según ha reconocido el propio secretario regional. Además, la última vez que el presidente del Gobierno estuvo en la Comunidad fue el 1 de junio, en un acto de la campaña electoral a las europeas. El reencuentro, por lo tanto, será en Sevilla.
El Congreso Federal también servirá para visualizar la fuerza de los críticos con Tudanca (con León y Valladolid como abanderados) y oficialistas en función de la presencia que unos y otros consiguen en los órganos federales del partido. De momento, vallisoletanos como Javier Izquierdo, Óscar Puente o Ana Redondo forman parte de la Comisión Ejecutiva Federal, a la que se suman la burgalesa Esther Peña y la palentina Luz Martínez Seijo.
En cuanto al contenido del Congreso, todas las provincias han trasladado ya sus enmiendas tanto a la ponencia marco como a los nuevos estatutos y es de prever que superen las 500 (508 fueron en el congreso de Valencia). Sólo León lleva 86, entre ellas dos en las que reivindica su autonomía y que han sido presentadas por las agrupaciones de la capital, que dirige el alcalde, José Antonio Diez, y la de Valencia de Don Juan, que firma José Miguel Debesa. En ellas se solicita que se reconozca que «sigue abierto el proceso previsto en la Constitución y el derecho de León a ser una comunidad autónoma». «El PSOE debe reconocer explícitamente que los mecanismos, diseñados en la Constitución, para emprender un proceso autonómico, siguen totalmente vigentes, y por lo tanto, nada impide a los leoneses, que se sienten agraviados por 40 años de pésima gestión de la Comunidad de Castilla y León, buscar su camino autonómico, uniprovincial o regional, iniciado en los ayuntamientos y continuado en la Diputación, para culminar en las Cortes Generales y en su día refrendando un Estatuto propio», señala una de las citadas enmiendas.
En lo que coinciden bastantes de las enmiendas es en la reivindicación de un nuevo modelo de financiación autonómica. Además, una de León –unificada con otra de Teruel– rechaza de forma explícita el principio de ordinalidad y la singularidad pactada por los socialistas catalanes y ERC para la investidura de Salvador Illa. «La pretensión de que puede ser beneficioso para todas las partes no es verosímil», señala, según informa Ical.
Corresponsabilidad fiscal
Asimismo, desde varias provincias, los militantes socialistas exigen que las negociaciones se desarrollen en un marco multilateral, así como que se sustituya el criterio de población ajustada por el de coste real de los servicios en zonas despobladas o envejecidas. También plantean avanzar hacia una «verdadera corresponsabilidad fiscal» y frenar el ‘dumping’ entre autonomías, además de la creación de un fondo autonómico de reindustrialización. Desde Burgos se hace autocrítica por la existencia de nuevos hechos que obligan a modificar el sistema de financiación para corregir posibles «desigualdades».
Otro de los ejes de la militancia de Castilla y León es la lucha contra la despoblación, así como la cohesión y el equilibrio territorial. En este apartado, las enmiendas inciden en el impulso de un «país de 30 minutos» en el acceso a los servicios públicos, así como en los planes de repoblación y para la descentralización de organismos. Además, plantean extender a comarcas o municipios las ayudas al funcionamiento concedidas a Soria, Cuenca o Teruel e implantar la figura del doble empadronamiento para la población flotante que vive en el medio rural.