El peligroso derrumbe de una valla del campo provoca la suspensión del caliente derbi barcelonés

Taito Suzuki, nuevo dueño japonés del Sant Andreu, miraba atónito desde la grada del Nou Sardenya, el estadio municipal donde juega el Europa, histórico club afincado en el barcelonés barrio de Gracia. C.E. Europa y U. E. Sant Andreu, equipos que militan en el Grupo 3 de Segunda Federación, disputaron este domingo un modesto pero apasionante derbi en la Ciudad Condal.

Suzuki se estrenó como propietario del conjunto visitante viviendo en primera persona la intensidad de un partido que apenas duró la mitad del tiempo estipulado. Y es que en el minuto 49 el árbitro decretó la suspensión del mismo al considerar que no estaba garantizada la seguridad de parte de los numerosos espectadores presentes en el campo.

El motivo de dicha suspensión fue el aparatoso derrumbe de la valla del fondo en el que estaban ubicados los hinchas del Sant Andreu. Su equipo ya ganaba 3-4, pero cuando Jurado marcó el quinto, la alegría desbordante y el empuje de la celebración derivó en la caída de la frágil sujeción exterior.

Afortunadamente, no hubo que lamentar víctimas ni heridos de consideración. Ningún aficionado ni reportero gráfico situado en ese fondo resultaron dañados seriamente. Intentaron reparar la valla, pero fue imposible hacerlo con garantías de solidez, así que el colegido prefirió curarse en salud y ordenó a los jugadores de ambos equipos retirarse a sus respectivos vestuarios.

Confirmada la suspensión, los espectadores abandonaron el estadio. En las calles aledañas, grupos minoritarios de violentos se dedicaron a lanzar botellas y a montar bronca, lo que provocó varias cargas policiales por parte de los Mossos.