El negocio de las cestas de Navidad, más allá del valor emocional

El negocio de las cestas de Navidad, más allá del valor emocional







La Navidad está a la vuelta de la esquina. Muchas empresas, desde restaurantes a jugueterías, hacen gran parte de la facturación del año estas semanas. Pero hay unos negocios que dependen en su totalidad de los resultados de este mes: las empresas que se dedican a la fabricación y distribución de cestas de Navidad. 

Millones de trabajadoras y trabajadores reciben cada año estos aguinaldos de sus superiores. Es el caso de Clemente, dueño de una farmacia cercana al antiguo Hospital Xeral de Vigo. Lleva sobre 20 años regalando a sus empleadas una cada Navidad. «Una empresa es como algo familiar, entonces es un pequeño cariño que se hace», explica a RTVE.es.

Este farmacéutico lleva tanto tiempo regalando estos lotes como la marca Sadival fabricándolos. Según su director general, Antonio Gea, cuentan con 25 años de experiencia en el negocio. «Es una empresa exclusivamente dedicada a la venta de cestas. Todas las personas que trabajan en Sadival piensan desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre en cestas de Navidad», explica.

Gea asegura que toda la facturación de su compañía depende de los últimos meses del año. «Es cierto que la parte de fabricación de cestas de Navidad y venta se realiza desde septiembre a diciembre», explica, aunque incide en que los meses restantes también tienen trabajo: «Tenemos que reunirnos con proveedores, hacer fotografías del catálogo, elaborar los escandallos y visitar los distribuidores que tenemos en España».

En estas dos décadas, el negocio ha cambiado «mucho». «Antes era un sector menos profesional, pero había muchos pequeños distribuidores que hacían sus cestitas y cajas de Navidad», explica. Entonces, la crisis de 2008 hizo que desaparecieran muchísimas de estas empresas especializadas y las que resistieron tomaron más tamaño, según el director general de Sadival, que puntualiza que la demanda no llegó a caer de la misma manera. 

De hecho, año a año han ido vendiendo cada vez más cestas. Durante su primera campaña vendieron 10.000 lotes navideños, que es lo que ahora fabrican en un día. «Este año vamos a comercializar cerca de 670.000 cestas, el incremento en estos 25 años ha sido bastante importante», aclara a RTVE.es.

Más cestas y nuevos productos

Clemente no acude a compañías especializadas, como muchos otros pequeños empresarios, compra sus cestas de Navidad en grandes superficies. «Un supermercado ya te las prepara, te las pone en unas cajitas y te las envía a la empresa», explica. Este año las adquirirá en El Corte de Inglés, que este año elaborará más de 310.000 lotes, regalos temáticos y cestas de Navidad

Makro, empresa de distribución a hostelería, también se mueve en estas cifras. «La media de cestas que hemos servido en los últimos años oscila entre las 200.000 y 220.000 al año», explican desde la compañía, que prevén comercializar 270.000 cestas navideñas. Este producto lleva siendo uno de los más destacados de su catálogo desde hace 50 años. «Es un formato que siempre ha estado disponible en nuestra oferta mayorista durante el periodo navideño», añaden.

El sector de las cestas de Navidad no para de crecer, a pesar de la inflación

Las ventas crecen, aunque los productos se hayan ido adaptando a nuevas realidades. «Es cierto que hay algunos lotes nuevos, como los sin alcohol, veganos, sin gluten, ecológicos o solidarios. Es decir, diferentes lotes que se han ido proponiendo y el mercado ha ido aceptando», afirma Antonio Gea.

Desde Makro, aseguran que «esta campaña se ha transformado en una importante iniciativa solidaria». En concreto, «con la venta de los lotes», realizan «una donación» a una ONG que promueve la inserción laboral de personas en situación de vulnerabilidad. Además, han observado que cada vez más clientes les solicitan «Lotes Halal».

Aun así, los productos más tradicionales se mantienen presentes. «Compro algo que pueda llegar a cubrir lo que tomaría una familia en Navidad», dice Clemente. Su aguinaldo siempre incluye champán, algún vino, embutidos y los dulces que más se comen en estas fechas, como turrones o polvorones. 

De 22 euros a pagar más mil euros por un lote navideño

Ahora bien, según fuentes de El Corte Inglés, el negocio es cada vez más premium, «tanto en los continentes, que son un regalo en sí mismos, como en el contenido, que llega a los más altos niveles de calidad y exclusividad». Por eso, en las tiendas se pueden observar precios que pueden sobrepasar los mil euros.

En los catálogos de las empresas consultadas también hay cestas modestas, que no alcanzan los 10 euros y que incluyen seis artículos diferentes, entre los que se encuentra una botella de vino. Pero las más caras alcanzan los 1.200 euros y contienen jamones de bellota 5J y diversas botellas de alcohol de primeras marcas. 

Los fabricantes de cestas de Navidad trabajan estos días a contrarreloj para preparar todos los pedidos. Este año tienen más demanda a pesar de la inflación y, para evitar un gasto mayor, las empresas optan por cambiar marcas o reducir cantidades.

Cuanto más premium son los productos, más dinero cuestan los lotes. Aun así, Antonio Gea admite que la evolución de la inflación en los últimos años «es ha condicionado». Ha habido productos que «han tenido un incremento del doble», pero asegura que no han subido los precios todo lo que deberían. «Hemos asumido parte de ese margen por nuestra parte», afirma a RTVE.es. 

¿Hay que declararlas?

Clemente regala a sus empleados lo que «puede disfrutar una familia normal», lo que le gustaría que le regalaran a él. Por eso, no busca la cesta más premium y se gasta sobre 50 euros por trabajador. Además, trata de respetar este límite porque, si no, «entra en la cotización y declaración por parte de los empleados». 

El presidente del sindicato de técnicos de Hacienda, Carlos Cruzado, explicó a La Hora de La 1 que este tipo de regalos de empresas son «retribuciones en especie». Es decir, de trata una forma de pago al trabajador en forma de servicios o bienes, por lo que el empresario deberá reflejar su valor en la nómina y en su certificado de retenciones. El empleado, además, deberá incluir en la declaración de la renta.

Por otro lado, las empresas pueden estar obligadas a regalar estos lotes navideños. Obviamente, si se incluye en el contrato, pero también cuando se ha entregado tradicionalmente. «Si se considera un beneficio del trabajador, la empresa la podrá deducir en su declaración de impuestos y debería de seguir dándonosla cada año», aseguró Cruzado.

Las cestas hay que declararlas, aunque propietarios como Clemente sientan que son un detalle al empleado. Pero ¿y los regalos de Navidad? Según el presidente del sindicato de técnicos de Hacienda, no. «Si es un regalo que recibimos de un tercero, estaríamos hablando de una donación», apunta y explica que «en teoría» hay que declararlos, aunque la «Agencia Tributaria o la administración autonómica no va a perder el tiempo en controlar eso» cuando tienen escaso valor monetario. 

Las cestas de Navidad también se sortean

Otras cestas a declarar son las que se sortean en bares. «Estamos hablando de un incremento de patrimonio y tendrá que declararlo la persona que lo cobra», dice Cruzado, que puntualiza que, en caso de que su valor sea superior a 300 euros, el premiado o el local deberá aplicar ese pago a cuenta a Hacienda. 

Depende del valor de la cesta, el pago de los impuestos puede suponer un desembolso muy importante. Por eso, la venta de carretera El Paisano, en Utrera, incluye estos gastos dentro del premio. «Nosotros llevamos 15 años haciendo cestas y esto se hace para dar una alegría y para que te acuerdes de nosotros toda la vida para bien», dice a RTVE.es su encargado, Juan Luis Cadena.

Este local, situado «en el camino que va a la playa de Sevilla a Cádiz», lleva confeccionando una cesta especial desde la crisis de 2008. Entonces, dejaron de acudir a la venta muchos de sus clientes habituales como obreros o camioneros. Los productos se les quedaron «atrasados» porque no se vendían. «¿Y qué hicimos? Pues organizar pequeñas cestas de un euro con alimentos de la zona», explica Juan Luis. 

El éxito fue tal, que año a año fueron incluyendo más regalos a la cesta. «Nos dijeron: oye, ya que ponéis cesta de todo alimentación, ¿por qué no metéis una bicicleta o una consola?», narra el encargado de El Paisano. Así los premios fueron siendo cada vez mayores y de mayor valor. Este año, el conjunto del lote que sortean está valorado en 850.000 euros –incluyendo impuestos–. 

«Este año es la más grande que hemos hecho en la historia», asegura Juan Luis. La persona cuyo número coincida con el del sorteo de la ONCE del 5 de enero podrá conseguir un piso en Sanlúcar de Barrameda, la autocaravana «más grande que hay en el mercado», dos coches y hasta un lingote de oro valorado en 18.000 euros, entre equipamiento para casa, tecnología y productos de alimentación. «Te acuestas hoy y mañana tienes un piso en la playa con un coche nuevo», recalca.

Fuente: www.rtve.es