El Gobierno inicia su contraataque judicial apuntando a Aldama y su «estrategia de acoso condenada al fracaso»
La «estrategia de acoso» del Aldama tiene los días contados, así lo afirma el Gobierno, quien contraatacará a la ofensiva del presunto comisionista del caso Koldo, Víctor de Aldama. Lo hará la semana que viene, tal y como ha anunciado este viernes el ministro Óscar Puente, quien ha desvelado que habría indicios y pruebas de las falsedades que Aldama ha presentado contra el exministro José Luis Ábalos.
Mientras el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, insiste en que «el tiempo pone las cosas en su sitio» y que esa estrategia de «acoso judicial y político» está «condenada al fracaso», desde el ministerio de Transportes ya han movido ficha para, según dicen, frenar las presuntas mentiras de Aldama.
Así lo ha asegurado el Titular de Transporte en una entrevista en laSexta este viernes, en la que ha anunciado que desde su ministerio ya han empezado a investigar los contratos públicos que, según Aldama, se adjudicaron a cambio de mordidas.
«Lo que estamos viendo, al menos en el estudio inicial, es que lo que ha dicho no tiene ningún sentido ni pies ni cabeza«, ha indicado Puente en referencia a las acusaciones sobre presuntas comisiones que Aldama ha lanzado sobre el exministro Ábalos.
Así, Puente ha asegurado que la semana que viene, cuando terminen el informe, revelarán las principales conclusiones. «Van a ser malas noticias para el señor Aldama, y para la Justicia también, que, desde luego, lo que está haciendo es tomar el pelo a juez», ha asegurado.
Pese a que el informe del ministerio aún no ha terminado, Puente ya tiene claro que, por lo menos por ahora, lo que ha dicho Aldama «no tiene ningún sentido ni pies ni cabeza».
Hace dos semanas en su declaración en la Audiencia Nacional, que le valió su posterior salida de prisión, Aldama no solo apuntó contra Sánchez, también señaló a diferentes socialistas, así como al juez Ismael Moreno que Santos Cerdán recibió 15.000 euros en un sobre, que dio 400.000 a José Luis Ábalos y 200.000 a Koldo García. Incluso, llegó a asegurar que se llevó dinero al Ministerio de Transportes.
Sánchez denuncia acoso político, mediático y judicial
Por su parte, Sánchez ha asegurado que ese «acoso judicial y político» se «volverá contra los acosadores». Además, sobre las acusaciones contra miembros de su partido y su Gobierno vertidas por Víctor de Aldama, a quien la Guardia Civil considera el «nexo corruptor» del ‘caso Koldo’, Sánchez asegura estar muy tranquilo, insiste en que su Ejecutivo es un Gobierno limpio y reitera el argumento del acoso que, dice, están sufriendo. Una estrategia, asegura, que está condenada al fracaso.
En cuanto a la investigación contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, que está acusado de revelación de secretos sobre el caso de fraude fiscal del novio de Isabel Díaz Ayuso, Sánchez ha evitado hablar de este asunto, pero ha dejado claro que el Gobierno sigue confiando en el fiscal general, que cuenta con todo el apoyo del Ejecutivo.
Ábalos niega las acusaciones de Aldama
Precisamente este viernes, José Luis Ábalos ha pedido retrasar unos días su comparecencia voluntaria prevista para el día 12. En un escrito al que ha tenido acceso laSexta, Ábalos alega que ha tenido problemas para acceder a toda la documentación del caso y que no le da tiempo a revisarla antes del próximo jueves.
Este mismo día, Ábalos ha vuelto a negar haberse llevado ninguna comisión y ha rechazado las últimas acusaciones de Víctor de Aldama.
En una entrevista telefónica con ‘El País’, el exministro sostiene que «es todo mentira»: «En el piso había un inquilino. No me acuerdo si llegué a firmar ese contrato. Pero era imposible materializar [el acuerdo]», ha argumentado Ábalos en referencia al piso de lujo en el Paseo de la Castellana que el empresario supuestamente le ofreció a cambio de adjudicaciones de contratos con el Ministerio de Transportes, que dirigía por entonces.
El que fuera secretario de Organización del PSOE ha dicho que se siente diana de una «cloaca mediática» y lamenta haberse convertido en «material desechable», incluso metiendo a su familia por medio. El exministro ha lamentado, además, que su intimidad ha quedado «reventada» y asevera su imputación «estaba predeterminada».